Mesa redonda sobre asistencia compartida de la SEMI.
Los
pacientes oncológicos tienen, en su condición, un factor de vital importancia para ellos:
la anemia. Y es que esta falta de hierro puede ser morta” para los enfermos de cáncer en el postoperatorio, tal y como han puesto de manifiesto los internistas. Es por ello que, con un abordaje adecuado y óptimo de la anemia, los sanitarios pueden asegurar por un tiempo más largo la
supervivencia del paciente. En esta labor, según recalcan en la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI), la figura del internista debe ser fundamental. Un papel que debe tener mediante la
asistencia compartida.
La sociedad médica celebra este viernes su segunda y última reunión de las
VII Jornadas de Asistencia Compartida y Medicina Hospitalista, en la que han congregado a varias decenas de internistas y residentes en el Hotel AC Atocha de Madrid, lugar que la propia SEMI ha escogido para
reflexionar y profundizar sobre la asistencia compartida.
“Nosotros, como internistas, tenemos que identificar la anemia para intentar tratarla, porque si no, los
resultados en salud tras la operación serán peores”, recalca
Héctor Mejide, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud A Coruña (Galicia). Para ese abordaje adecuado, ha solicitado tanto a los residentes como a los profesionales sanitarios a que apliquen en su día a día clínico lo estudiado en la teoría y lo que la evidencia científica muestra. “Tenemos que reflexionar sobre si podemos
ir más allá en nuestros hospitales respecto a la
anemia perioperatoria”, apunta el especialista.
Para ello, el internista aboga por que se implementen programas que permitan desarrollar las líneas de actuación pertinentes para
tratar la anemia antes y después de la operación. Según los datos recopilados de diferentes estudios, ha puesto de relieve que el 40 por ciento de los pacientes con anemia, en el perioperatorio, tienen
más posibilidades de morir. Para hacer bajar esta cifra, Mejide opta por “estandarizar” los programas y estrategias para hacer frente a la mortalidad relacionada con la anemia. “Esto es multidisciplinar, todos los actores debemos estar comprometidos, pero hacemos lo que podemos ya que dependemos de nuestros recursos”, critica.
La asistencia compartida, “despegando” en Oncología
En esta mesa redonda los internistas han remarcado la importancia de controlar el nivel de la sangre en el perioperatorio, pero también en el postoperatorio, para lograr mantener ‘a raya’ a la anemia.
Adrián García Villa, internista en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia (Castilla y León) y
Ana García Reyne, internista del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), han sido los otros dos ponentes de la mesa redonda. Ambos han recalcado la importancia de la
asistencia compartida en la Oncología y Neurocirugía, puesto que afirman al internista en el papel diagnóstico del cáncer y en el apoyo del profesional oncólogo y neurocirujano. Se trata de una
colaboración profesional que debe ser estrecha por el bien del paciente, según los internistas.
El hilo conductor del papel del internista en los pacientes con cáncer, los intervenidos mediante neurocirugía y los que sufren anemia es que, gracias a la asistencia compartida, se ven beneficiados en el abordaje de su enfermedad. Sin embargo los ponentes argumentan que, hoy por hoy, la
sanidad española no puede ofrecer este servicio a todos esos pacientes.
No obstante, esta disciplina está “empezando a despegar” en la Oncología española, tal y como ha explicado García Villa. “Los oncólogos son especialistas que faltan en muchos centros sanitarios. Su labor la están asumiendo los internistas en algunos hospitales. Y, esta colaboración entre internistas y oncólogos da lugar a
sinergias muy positivas, que no se solapan, sino que se complementan”, recalca el internista. Situaciones como estas hacen, según García Villa, que el papel de la asistencia compartida cale cada vez más en los servicios oncológicos.
Control del riesgo de sangrado por el internista
García Reyne, por su parte, destaca que los pacientes neurocirujanos son enfermos que tienen “
mucho riesgo de coagulación y trombos”. Una característica que hace que el
SNS deba poner especial énfasis en la vigilancia de la anemia. “El control de la glucemia es muy importante, pero tenemos que ir paciente a paciente. Es decir, ver cuál es la
causa del paciente de alto riesgo. Por ejemplo, tenemos que poner
anticoagulación cuando vemos que el hematoma es estable y empezar despacio con un control estrecho del paciente. Y a la mínima, debemos volver para atrás”, añade la internista.
Además, la especialista del 12 de Octubre apunta a identificar las diferentes complicaciones que surgen dependiendo del tipo de cirugía, así como a fijar el tipo de paciente que se va a tratar. “Cuanto más compleja sea la
cirugía y el paciente sea más
pluripatológico, más complicaciones habrá. Y entre ellas, el
sangrado”, añade. Por lo que en la SEMI, además de ser conscientes de la importancia de un buen control de la sangre y de la anemia, piden la implementación de la asistencia compartida para poder abordar el problema de una mejor manera.
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