Montserrat Chimeno Viñas, Adriana Romaní, Lélita Santos y Juana Carretero.
Reflejar las
diferentes maneras en que las mujeres padecen las patologías y ajustar el diagnóstico y el tratamiento a sus características de género. Esta es la
demanda unánime que ha reflejado el
Foro Iberoamericano de mujeres internistas celebrado en el 43º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna tras mostrar, a través de las patologías autoinmunes, las enfermedades cardiovasculares e infecciosas, como existe una ausencia de estos factores de riesgos y hay una falta de adaptabilidad en las guías clínicas y la elaboración de fármacos.
"Existe una brecha de género y enfermedad”.
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“Debemos conseguir que las mujeres tengamos la salud que nos corresponde y no se vea agravada por nuestro papel fundamental como cuidadoras. Hay que conseguir la igualdad de género en sexo y conseguir la justicia social para las mujeres.
Existe una brecha de género y enfermedad”, ha reclamado Juana Carretero, presidenta de SEMI, durante el 43º Congreso Nacional.
Para la facultativa, se debe hacer una
“estrategia de salud de la mujer” que abarque desde el nacimiento hasta la muerte porque sus factores propios condicionan sus enfermedades.
“No podemos obviar la salud reproductiva y los condicionantes de género, la estrategia de abordaje debe ser global”.
A modo de ejemplo, Carretero ha mostrado como en
“ninguna guía de obesidad” vienen certificados de tratamientos por sexo. “Lo verán por estado cardiovascular, presencia de obesidad, control metabólico, pero ninguna guía dice que tenga que ser diferente el tratamiento de la mujer del varón. Somos completamente diferentes, como la noche y el día, caminemos todos juntos para conseguir una igualdad en la asistencia y poner a la mujer donde se merece”, ha reivindicado Carretero.
En el mismo sentido se ha mostrado la presidenta de la Sociedad Argentina de Medicina Interna, Adriana Romaní, quien considera que se deberían aplicar con premura estas estrategias. “En las anamnesis se nos olvida dar importancia a los antecedentes genéticos, no debemos tratar a todos igual, hay que cambiar el chip y diagnosticar con diferencia de género. Además,
cuanto antes toquemos estos temas mejor porque con la edad empeoran”, reclama la facultativa.
Estrategia específica en enfermedades autoinmunes
Por su parte, Lélita Santos, presidenta de la Sociedad Portuguesa de Medicina Interna, ha detallado el
“problema importante de salud en la mujer” que representan las enfermedades autoinmunes que se dan con mayor prevalencia en las mujeres. “Las mujeres tienen
cuatro veces más riesgo de tener enfermedades autoinmunes en comparación con los hombres. Por lo tanto, tenemos que ser tratadas de una manera más específica”, reivindica la especialista.
Lèlita Santos, presidenta de la Sociedad Portuguesa de Medicina Interna.
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Este mayor impacto se da, según Santos, por las diferencias provocadas por las
hormonas sexuales; el
cromosoma x (inactivación anormal del cromosoma x); el
microquimerismo; los genes VGLL3, Vestigial Like Family Member 3; las diferencias cualitativas o cuantitativas en los anticuerpos circulantes; los
factores ambientales que generan diferencias en las exposiciones como productos químicos cosméticos o la luz solar; y la
microbioma, ya que la evidencia científica apuntan a que los microbios intestinales de los hombres son más protectores.
“La susceptibilidad y la progresión de las enfermedades autoinmunes muestran diferencias sexuales, lo que requiere
estrategias de prevención y tratamiento específicas para cada sexo”, explica Santos, quien, además, considera que los aspectos fundamentales de las funciones inmunitarias y la homeostasis metabólica se regulan de manera diferente en hombres y mujeres. “Esto subyace a las diferencias sexuales en las enfermedades autoinmunes y su manejo”, concluye la internista.
Factores de género en enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares también representan uno de los grandes problemas de la salud de la mujer. “Es la primera causa de mortalidad en el sexo femenino. En concreto, son las responsables del 46 por ciento de las muertes de mujeres de edad avanzada en el mundo.
Hay diagnóstico y tratamiento insuficiente”, detalla Tatania Espinosa Espitia, expresidenta de la Asociación Colombiana de Medicina Interna, quien, además, detalla que la principal causa no es el cáncer de mama sino la cardiopatía isquémica.
Adriana Romaní, presidenta de Sociedad Argentina de Medicina Interna.
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Esta mayor prevalencia se explica en parte a los factores propios asociados a la mujer como el embarazo pretermito, la hipertensión en el embarazo, la diabetes gestacional, el impacto mayor de enfermedades autoinmunes, la menopausia temprana o el tratamiento del cáncer de mama.
“No solo debemos conocer los factores de riesgo tradicionales, también los propios de las mujeres”, reivindica Espinosa Espitia, quien considera que en la anamnesis del internista se deben incluir estas particularidades a la hora de tratar una mujer.
En ese sentido, la internista asegura que
es “hora de que hagamos un cambio de actitud”. “Necesitamos una definición más inclusiva de la salud de la mujer, que tenga en cuenta los aspectos sociales, culturales, espirituales, emocionales y físicos del bienestar, el impacto de la pobreza y la violencia. La concepción actual acepta que hay una compleja interdependencia de sexo y género y que la interacción de ambos es constante en todas las etapas de la vida de las personas”, reivindica la especialista.
Foro Iberoamericano de Mujeres Internistas celebrado en el 43º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna.
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