Ricardo Gómez Huelgas es el presidente del comité científico del 38 Congreso de la SEMI.
21 nov. 2017 16:30H
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La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) está a punto de abrir las puertas de su 38 Congreso. Madrid es la ciudad de acogida, que recibirá a más de 2.300 asistentes que buscan actualizar sus conocimientos y resolver sus dudas sobre los aspectos más profesionales de su labor. Por ello hablamos con Ricardo Gómez Huelgas, presidente del comité científico del congreso, sobre las novedades y los atractivos para el MIR y el internista veterano.
¿Qué novedades hay en el programa científico del Congreso?
Destacaría cuatro. La primera: incorporamos por primera vez una mesa de pacientes, porque queremos que, a partir de ahora, el asociacionismo de los pacientes tengan una presencia fuerte en los congresos de Medicina Interna.
La segunda: hemos hecho un esfuerzo para poner las claves para definir el papel del internista del futuro, qué nos pide la sociedad. La asistencia compartida de los pacientes con otras especialidades médicas o quirúrgicas, la coordinación con Atención Primaria, el desarrollo de alternativas a la hospitalización clásica, etc. tendrán un papel relevante en el hospital.
El tercer aspecto ha sido la incorporación de temas novedosos que habitualmente no están en los congresos científicos pero tienen un impacto en la salud de las personas. Por ejemplo, el papel de la epigenética, los cambios ambientales en el genoma humano, el papel del cambio climático sobre la salud, la importancia de la Medicina psicosomática en la práctica clínica o la incorporación de la bioética en nuestra praxis médica. Además, hemos incorporando el uso de las redes sociales en Medicina y el del ‘big data’ en la investigación médica.
El último aspecto novedoso es una serie de cuestiones más relacionadas con la profesión, como la certificación y recertificación, y cómo afrontamos el reto de rescatar los valores de la clínica clásica.
Hablando de redes sociales, cada vez están más presentes en los congresos y se habla de ellas como una vía de formación e información científica.
Por un lado, las usamos como instrumento interno de formación y cohesión de la propia sociedad, y por supuesto una plataforma de comunicación y relación con los pacientes y la sociedad en general. Hay un factor cronológico para afrontar las redes sociales: la gente de más edad tiene un sentido diferente de la privacidad, pero es algo que se va generalizando.
¿Cuántas comunicaciones han sido aceptadas para el Congreso? ¿En qué áreas?
Hemos recibido unas 1.600, que han sido revisadas por más de 40 especialistas en una revisión ciega por pares, aceptándose unas 1.500. Estas cifras están un poco por encima de la media de los últimos años. Para una sociedad de 8.000 miembros no está mal. Las áreas más frecuentes son enfermedades infecciosas, autoinmunes sistémicas y paciente crónico pluripatológico. Hay muchas de riesgo vascular y enfermedad tromboembólica.
¿Cuál es el principal atractivo científico para el residente de Medicina Interna?
El MIR, por un lado, tendrá una visión muy panorámica de todos los grandes síndromes clásicos de la Medicina Interna (cardiovascular, infecciosas, autoinmunes, enfermo pluripatológico…) y a lo largo de los tres días del congreso puede hacer un itinerario que le permita una actualización docente. Además, tenemos una tarde del residente y hemos incorporado una mesa que trataremos aspectos profesionales desde la óptica del residente: el impacto de las guardias, los turnos, situaciones críticas de comunicación…
Hay una parte muy atractiva para ellos, el precongreso, que son talleres prácticos en los que se hace una formación básica en técnicas como la ventilación mecánica no invasiva, la ecografía clínica, la ecocardiografía, etc. Hemos incorporado una liga nacional de casos clínicos en diabetes, donde se presentarán los mejores casos de residentes de toda España.
¿Cuáles son los alicientes para el internista veterano?
El internista veterano se encuentra en muchas necesidades con el residente en el sentido de una actualización de una disciplina tan amplia como la Medicina Interna. Siempre se hace un esfuerzo por no dejar al margen ninguno de los grandes síndromes a los que se enfrenta en su día a día habitual.
Además, el internista veterano tiene la opción de reunirse con los más de 20 grupos de trabajo de la SEMI para desarrollar proyectos de colaboración, tanto desde el punto de vista de la investigación como docente.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la Medicina Interna en la actualidad?
Si por algo se caracteriza la Medicina Interna, que es la especialidad médica más antigua, es por su tremenda capacidad de adaptación y dar respuesta a los retos sanitarios que le plantea la sociedad. Así lo hicimos con la última epidemia de VIH, la respuesta sanitaria salió de los Servicios de Medicina Interna, y estamos dispuestos a aceptar el reto de dar una respuesta de calidad a las enfermedades crónicas ligadas al envejecimiento.
Es nuestro principal reto, y tenemos que aprender a desarrollar estrategias de asistencia compartida con otros servicios teniendo en cuenta, por ejemplo, que pacientes supervivientes de procesos oncológicos o cardiovasculares necesitan una respuesta global a su proceso. Otro reto en la línea de atención a pacientes crónicos es mejorar la coordinación con Atención Primaria.
El segundo punto es reforzar la presencia de la Medicina Interna en el pregrado, en las universidades, pero también en el posgrado, defendiendo la troncalidad como modo de formación para el médico generalista, algo necesario para el paciente crónico con pluripatología que tenemos actualmente.
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