La
pandemia de Covid-19 se ha convertido en un campo de prácticas en lo referente a la aplicación de la
telemedicina. Esta es una de las reflexiones compartidas entre los expertos de la
VIII reunión del Paciente Crónico Complejo a la hora de hablar del
pasado, presente y futuro de las herramientas telemáticas en la Medicina Interna.
"Hemos tenido que adaptarnos a una nueva Medicina como es la telemedicina", ha planteado, a modo de preámbulo,
Jesús Díez Manglano, médico del servicio de Medicina Interna del Hospital Royo Villanova de Zaragoza y presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi), organizadora del evento. "La
Medicina del futuro la estamos construyendo cada día y es lo que estamos practicando hoy", añade como moderador de la mesa de debate 'Best practices de adaptación de la consulta de Medicina Interna mediante telemedicina, en respuesta a la pandemia Covid-19'.
De forma previa a la pandemia, la telemonitorizacion de los pacientes ya dejaba ver beneficios en cuanto a hospitalización y mortalidad. El seguimiento mediante esta tecnología supuso no solo una
reducción de las visitas a Ugencias hospitalarias y de los ingresos, sino también "un
descenso importantísimo de los requerimineros asistenciales y una mejora de la calidad de vida", tal y como reflejan los datos del
ensayo clínico Atlan_TIC, llevado a cabo en 510 pacientes con enfermedades respiratorias y cardiacas avanzadas entre junio de 2016 y julio de 2019.
El estudio, realizado en cinco hospitales andaluces, mostró beneficios a los 45 días en el grupo de pacientes que había sido telemonitorizado y a los 180 días en los
pacientes pluripatológicos ingresados, los cuales representaban el 68,7 por ciento del total de la muestra.
Aunque sin una diferencia significativa con el resto de pacientes, también hubo un
menor número de fallecimientos en el grupo de pacientes en los que se utilizó la telemedicina. A nivel personal, hubo un
aumento del "empoderamiento del paciente", con incremento de la calidad de vida y
capacidad funcional, seguramente "por la seguridad que les daba estar controlados", explica Carlos Hernández, internista del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
"La Medicina del futuro es la que estamos consteuyendo cada día y practicando hoy"
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Hubo valoraciones muy buenas en cuanto a la
tecnología en la calidad asistencial, que aumentaban de forma proporcional uso que hacía el paciente de ella y a pesar de la negativa inicial a participar en este proyecto.
Una vez llegó la pandemia, hubo que adaptar todos esos sistemas a "pacientes no conocidos" y a un virus que también suponía una incógnita para la Medicina Interna, detalla Emilio Casariego, quien compartía su experiencia en primera persona como médico de este servicio en el Hospital Universitario Lucus Augusti, en Lugo.
Reducción del tiempo de hospitalización
Él y su equipo decidieron ajustar un sistema ya conocido para pacientes con insuficiencia cardíaca, como era el
IANUS, a la realidad de los enfermos Covid-19. En concreto, a través de una aplicación móvil, médicos y enfermeras podían hacer un seguimiento de la
saturación, la temperatura y la frecuencia de los positivos con PCR y de las altas hospitalarias producidas en Lugo.
Mediante un protocolo de trabajo, los profesionales revisaban la lista de pruebas positivas para seleccionar aquellos pacientes de "alto riesgo" como candidatos al seguimiento telemático y que suponían un grueso de entre el
18 y el 20 por ciento del total.
En el caso de los diagnosticados,
los ingresos se redujeron "de forma sensible" en comparación con el resto de centros de Galicia, donde el seguimiento se producía de forma convencional. Los pacientes con monitorización, unos 1.400 en total, también permanecieron
menos tiempo hospitalizados y se redujo la mortalidad.
La
estancia media hasta el alta hospitalaria también se redujo en aquellas personas controladas por los profesionales. "Si su médico sabe que está vigilado, es probable que sea dado de alta más pronto", detalla Casariego. Algo similar ocurrió con los
reingresos, los cuales se redujeron "significativamente" en comparación con el resto de unidades gallegas, así como la mortalidad, más baja en los casos de seguimiento a 60 días.
"Los
resultados son claramente mejores en los pacientes que han utilizado telemedicina", concluye el facultativo, al hablar de la buena "adherencia" a corto plazo de las técnicas y su mayor seguridad en tiempos de pandemia, aunque, matiza, "solo tiene validez si se aprovecha de manera adecuada".
Cuidado personalizado y continuidad asistencial
En este sentido, Javier García, médico del Hospital Costa del Sol, en Málaga, destaca la
capacidad de los internistas a la hora de "crear soluciones" y dibujar el que será "el futuro de los hospitales". Prueba de ello es el crecimiento del 57 por ciento que han experimentado los ingresos en los servicios de Interna desde 2005 a 2019, al contrario que en el resto de áreas, debido al agrupamiento progresivo de las enfermedades crónicas.
Esto, asegura García, ha ocasionado un
cambio en el perfil del paciente que exige el impulso de "cambios necesarios" como estándares asistenciales, contar con su experiencia, orientar los cuidados a la asistencia individual, generar una buena comunicación entre profesionales y enfermos y adaptarse a los cuidados y necesidades de cada uno de ellos.
Como profesional, también ve necesario el
autocuidado, la existencia de un plan asistencial de necesidades individuales o evitar los traslados de habitación.
Dado que la cronicidad derivada del envejecimiento puede suponer un reto, propone
orientar el sistema actual hacia la continuidad asistencial de los pacientes crónicos complejos, dando voz a la Enfermería y coordinando las acciones hospitalarias con las de los sistemas sociosanitarios. Así mismo, el facultativo aboga por
focalizar el enfoque ambulatorio de procesos agudos, con la presencia de
programas específicos de pluripatológicos y sin dejar de lado la colaboración con Atención Primaria. Así, considera que debe ser Interna la que lidere la coordinación de la asistencia aguda ofreciendo "atención de calidad" a los ingresados.
De cara a los pacientes, es importante "
propiciar una decisión compartida con herramientas de telemedicina que sean accesibles" por lo que invita a facilitar este tipo de competencias de forma igualitaria entre la población. Y es que uno de los retos que tienen como expertos es la de incorporar esa tecnología "que ha venido para quedarse" y que tuvo que implantarse de forma "acelerada" debido a la pandemia.
"La aportacion de los servicos de Medicina Interna en pandemia ha sido fundamental", remarca García. Durante el turno de preguntas, este internista señalaba la
importancia de la recertificación de los profesionales como algo "ineludible", al igual que la adaptación de las competencias de los internistas actuales al futuro.