Ignacio Vallejo, coordinador del Grupo del Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El colectivo de
pacientes pluripatológicos y los mayores han sido de los grupos más golpeados por la
pandemia del Covid-19. Si bien, previamente se estaba trabajando en líneas para el control y el seguimiento de estos pacientes como en la 'Estrategia España 2020', el
Sistema Nacional de Salud se ha visto colapsado por la presencia del coronavirus y en la inmediatez ha tenido que
destinar prioritariamente los recursos en la atención de los
contagiados con el virus.
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Ante este escenario,
Ignacio Vallejo, coordinador del Grupo del Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI), explica a
Redacción Médica la
evolución del tratamiento de los pacientes pluripatológicos y mayores, las
estrategias de prevención y los
retos de la atención sanitaria para estos colectivos
ante la crisis del Covid-19.
¿Cómo ha sido el control de pacientes pluripatológicos a lo largo de la pandemia?
El control ha sido
bastante irregular. El problema de estos pacientes es que al tener problemas crónicos de salud son muy dependientes de la asistencia sanitaria del hospital y la Atención Primaria. En el escenario de la pandemia hemos tenido que destinar muchos recursos a la atención de los pacientes Covid, mientras que el grupo de los pluripatológicos se han visto
desprovistos de estrategias necesarias para que se mantengan
estables. Además, el
confinamiento a este colectivo le ha afectado en el deterioro de su salud. Ha sido una circunstancia que no nos ha permitido tener un buen control.
¿Cuáles han sido las principales estrategias de prevención en medio de la pandemia?
Hemos intentado mantener con los pacientes
líneas de comunicación. Al igual que en
Atención Primaria, hemos usado el recurso de la
llamada telefónica. Sabemos que tiene limitaciones, que no es una herramienta que vale para todos los pacientes, pero nos ha servido para tener contacto con aquellos enfermos
más inestables o para orientar a aquellos que se podían condicionar en los domicilios. También hemos intentado vehiculizar
consultas presenciales con aquellos que necesitaban venir a los hospitales. Hemos intentado contemporizar las dos cosas.
"Hemos tenido que destinar muchos recursos a la atención de los pacientes Covid, mientras que el grupo de los pluripatológicos se han visto desprovistos de estrategias"
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¿Qué enfermedades de pacientes pluripatológicos han sido las más afectadas por el Covid-19?
Todas las enfermedades de pacientes pluripatológicos han sido más o menos afectadas por igual. Nosotros vemos muchos pacientes con patologías crónicas como
insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la propia edad avanzada. Estos pacientes necesitan conocer constantemente sus síntomas de descompensación, establecer su medicación crónica y sus medidas higiénico dietéticas, y
les ha costado llevar un control durante la pandemia, sumado al
miedo de venir a los hospitales por el virus. Cuando la curva de los contagios por Covid empezó a estabilizarse, empezamos a ver la llegada de los pacientes crónicos muy desponsensados, muy deteriorados por las circunstancias y por la
imperfección del sistema sanitario.
Dada la situación actual de los pacientes mayores y pluripatológicos ya inmunizados ante el Covid, ¿cómo ha cambiado su tratamiento?
Afortunadamente como muchos de están
vacunados contra el Covid-19 han perdido el miedo a venir a los hospitales y a las urgencias. Gracias a ello ahora abrimos la atención de
consultas presenciales y eso nos permite recuperar la línea de trabajo que teníamos con ellos, tanto en
Atención Primaria, como en hospitales.
¿Qué retos ha dejado la pandemia de Covid en la atención de pacientes pluripatológicos y mayores?
Por una parte, el reto de la
atención sociosanitaria. El problema de las
residencias para mayores no se le escapa a nadie. Ha sido un frente delicado que nos tiene que plantear la necesidad de
reorientar la atención en estos centros. Por otra parte, tenemos que retomar las
estrategias de cronicidad que cada comunidad autónoma y el Ministerio desarrollaron hace años, con el fin de conseguir que esas líneas se implementen de verdad en todos los ámbitos asistenciales para que estemos preparados en un eventual repunte de la pandemia.
"Ahora los vemos llegando a las urgencias muy desponsensados, muy deteriorados por las circunstancias y por la imperfección del sistema sanitario"
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¿Qué valoración tiene sobre la Estrategia España 2050 que aborda, entre otros temas, la cronicidad?
Antes de la pandemia del Covid ya contábamos con otra pandemia que era la de los
problemas crónicos de la salud y las
enfermedades no transmisibles. Todas las estrategias que vayan de la mano con los
pacientes crónicos son favorables. Donde más tenemos que insistir es en
aumentar recursos en la Atención Primaria, más que en hospitales. En este contexto, el paciente crónico está habituado en su entorno con el seguimiento de un médico de Familia, esto es una herramienta muy potente para que este grupo pueda estar lo más
compensado y controlado.
En 2018 usted señalaba a este medio que los pacientes pluripatológicos “son responsables del consumo de hasta un 30 por ciento de los recursos de Atención Primaria y hospitales en España”, ¿cuál sería el porcentaje de consumo de hoy de este colectivo en medio de la pandemia del Covid-19?
Evidentemente esto ha cambiado. Actualmente no tenemos datos oficiales, pero sin lugar a dudas este año el consumo de
recursos se lo ha llevado prioritariamente el Covid-19. Estos son pacientes que no es que quieran consumir recursos sanitarios por sí mismos, sino que
nuestro sistema no está perfectamente organizado para su atención. Es muy probable que este año sean menor porque no han venido a los hospitales por miedo y porque también se ha priorizado la atención de pacientes Covid.
¿Ha habido una evolución en los casos de dolor crónico en la pandemia del Covid? ¿Qué estrategias se deberían abordar?
Hay dos condicionantes que están asociados a la pandemia en nuestros pacientes: el
dolor crónico y la salud mental. La inmovilización por el confinamiento ha incrementado ambos problemas, es por ello que tendremos que pensar cómo vehiculizar y reflexionar sobre las
estrategias para tratar a estas personas que llevan un tiempo esperando para ser atendidos. El problema es dónde encontraremos estos
recursos para atender estas urgencias, yo espero que la administración sea
sensible ante esta circunstancia.
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