Flora Kisuule señala los retos de este modelo en sus primeros meses como presidenta de la Sociedad Americana

Flora Kisuule, presidenta de la Sociedad Americana de Medicina Hospitalista


7 jun. 2024 10:00H
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Perder a una paciente que no podía permitirse un tratamiento de diálisis por ser inmigrante indocumentada fue lo que hizo que Lilia Cervantes, una facultativa de Colorado comenzara a apostar por el hospitalismo. Un propósito, el de eliminar barreras en el acceso sanitario, que todavía a día de hoy sigue inspirando a Flora Kisuule como presidenta electa de la Sociedad Americana de Medicina Hospitalista (SHM según sus siglas en inglés) y máxima representante de este movimiento dedicado a "mejorar la atención de los pacientes más allá de las cuatro paredes del hospital". 

Ante la falta de equidad en la prestación de servicios sanitarios que existe en Estados Unidos, debido en gran parte a los determinantes sociales, Kisuule ve en la Medicina Hospitalista una poderosa plataforma para brindar una asistencia igualitaria y establecer mecanismos de control al ser los hospitalistas los que "en su mayor parte" atienden a la población más desfavorecida, tal y como ha expresado en una entrevista concedida a Redacción Médica

No obstante, los objetivos de este movimiento, acuñado oficialmente en 1996 por Robert Watcher, se extienden más allá del funcionamiento del sistema de salud norteamericano. En sus inicios, los médicos hospitalistas buscaban mejorar la atención y la prestación de servicios a los pacientes hospitalizados. Ahora, con una Medicina Hospitalista "en plena evolución", el objetivo de sus promotores es optimizar el cuidado dentro y fuera de los centros hospitalarios.

Transformación de la atención médica 


"Estamos empezando a pensar en los pacientes con enfermedades graves y cómo podemos brindar esa atención de la mejor manera. Y eso no necesariamente tiene que ser siempre en el hospital. A veces puede ser en su hogar, en instalaciones de cuidados postagudos, en un ambulatorio...", ha argumentado Kisuule, quien también desempeña el cargo de directora adjunta de la División de Medicina Hospitalaria en el Centro Médico Johns Hopkins Bayview. 

De hecho, este modelo ha conseguido "transformar la atención médica" desde su eclosión en Estados Unidos hace casi tres décadas, al ofrecer un nuevo enfoque de los pacientes hospitalizados y un sistema de "ingresos hospitalarios basados en la calidad" pese a no contar con una asistencia sanitaria universal. Lo más parecido, apunta Kisuule, serían los programas sociales como Medicare y Medicaid, regidos actualmente por parámetros básicos de calidad para "garantizar que los pacientes permanezcan ingresados una cantidad de tiempo que tenga sentido, reducir los reingresos y mejorar la experiencia del paciente."

"Durante los últimos 25 años, se ha hecho evidente que este modelo de práctica clínica promueve la calidad y la seguridad. Brinda una atención médica de alto valor, en cierta medida, al reducir, además, los costes. Es un modelo que tiene sentido", ha aseverado la facultativa y también profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Atención compartida como catalizador


Cuando habla de barreras, la especialista en Medicina Interna no solo se refiere a las que presenta un hospital sino que recalca la importancia de crear redes internacionales que posibiliten el intercambio de conocimiento y formas "diferentes y quizá mejores de hacer las cosas". 

"Sin la creación de redes, es posible que no sepa lo que mi compañero en otra institución ha descubierto sobre cómo hacer mejor algo en lo que yo ando perdido. Y creo que todos estamos de acuerdo en que podemos aprender de la práctica más allá de nuestras fronteras aquí en los Estados Unidos", ha recalcado, antes de señalar como ejemplo el modelo de hospitalización a domicilio que ofrece España desde hace años y que recientemente "está empezando a crecer en Norteamérica". "Si España ha descubierto cómo hacerlo bien, podemos aprender mediante networking de lo que está haciendo, para adoptar ese modelo y pasar a resolver el siguiente problema."

Sin embargo, frente a la cada vez mayor integración de esta metodología en territorio estadounidense con cerca de 50.000 hospitalistas, los países europeos avanzan a diferentes marchas. En España, amparada bajo el paraguas de la Medicina Interna, esta práctica asistencial ha ido cristalizando a través de la atención compartida o comanegement.

Kisuule ponía como ejemplo el caso de un paciente de 70 años con un episodio de sincope que se desmaya y se rompe la cadera al caer. A pesar de ser derivado al Servicio de Ortopedia, la directiva cree conveniente mejorar sus resultados con la ayuda de un profesional de Medicina Interna que colabore en el proceso y ayude a entender la causa del desmayo. 


"Veo un futuro en el que tengamos más ejemplos internacionales de Medicina Hospitalista y que los internistas que ejercen como hospitalistas reconozcan que son hospitalistas y se autodenominen así"



Por esta razón, al ver que algunos internistas se están formando como hospitalistas, considera que el punto de entrada de esta corriente en España debe ser, precisamente, la asistencia compartida, tal y como se está haciendo de "forma brillante" en algunos centros.  

De hecho, alentar este modelo en otros países donde todavía resulta minoritario es uno de sus objetivos prioritarios como presidenta, dada la gran cantidad de "médicos que ejercen como hospitalistas a nivel internacional". Dentro de Estados Unidos, donde la Medicina Hospitalista figura ya como la especialidad de más rápido crecimiento, Kisuule tiene como propósito superar los 15.000 miembros con los que cuenta actualmente la sociedad que preside. "Veo un futuro en el que tengamos más ejemplos internacionales de Medicina Hospitalista y que los internistas que ejercen como hospitalistas reconozcan que son hospitalistas y se autodenominen hospitalistas", ha especificado la dirigente. 

Referente femenino en liderazgo 


Elegida como presidenta electa en el pasado congreso de la SMH celebrado en abril en San Diego, Kisuule asegura sentirse "agradecida" al ser, desde ahora, el rostro de la Medicina Hospitalista. "Como inmigrante nacida en Uganda, poder venir aquí a los Estados Unidos y representar a la especialidad de más rápido crecimiento es emocionante", ha asegurado. No solo eso. El hecho de llegar a la presidencia ha hecho de ella, explica, un referente para "otras niñas africanas y "otras jóvenes en todo el mundo" al demostrar "que ellas también pueden lograr grandes cosas y que todo es posible". 

En este sentido, la experta valora el papel de este modelo en la promoción del liderazgo femenino. A los ejemplos vigentes, con la dirección de ciertos comités a nivel nacional y los puestos de presidencia en distintas secciones de la SMH, se unen las oportunidades que brinda este campo para que las mujeres participen en sus puestos de responsabilidad, ya que cada vez hay más "líderes hospitalistas" como responsables en la estructura sanitaria.  
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