Francisco José Sáez Martínez e Inmaculada Cervera Pérez.
Gran parte de la
carga burocrática está vinculada al concepto del médico de Familia en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Cuestiones como la renovación de la receta electrónica o la incapacidad temporal pasan por este profesional. ¿Podría, por tanto, la
figura del asistente médico ayudar a no estar tanto tiempo de la jornada pendiente de estas labores?
Francisco José Sáez Martínez, responsable del grupo de gestión de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), considera que, más que esta figura, lo que necesitarían es "
prescindir de esas cargas burocráticas o repartirlas entre todo el sistema sanitario".
Por ejemplo, Sáez explica que les toca
emitir informes a la ley de dependencia, cuando la valoración domiciliaria muchas veces la hace la enfermera. Sin embargo, es el médico el que tiene que realizar la
valoración legal de la situación de la persona para reconocerle una prestación y que le atienda una persona de servicios sociales.
"El problema que tenemos es que el médico de Familia asume unas funciones burocráticas que no tienen nada que ver con el contenido sanitario"
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Lo mismo ocurre con la
incapacidad laboral. Explica que la ley señala que la baja debe ser dada por el facultativo del sistema público que atiende al paciente. Pero, si está ingresado, debe ir un familiar al médico de Familia para que le dé el parte de baja. Todo ello a pesar de que está siendo atendido por otros especialistas hospitalarios.
También en algunas comunidades autónomas deben justificar que familiares de un paciente puedan hacer tareas para cobrar la pensión. O acuden pacientes que necesitan una
reclamación económica por una herencia. Y es, una vez más, el médico de Familia el que debe hacer un certificado de su situación. Y así con más tareas.
La figura no libera de la carga burocrática
"El problema que tenemos es que
el médico de Familia asume unas funciones burocráticas que no tienen nada que ver con el contenido sanitario, pero que se generan", señala.
"Que exista una persona que realice esa tarea burocrática no liberaría, porque de todas maneras el médico debe firmar esa situación y hacer esa valoración. Lo que pedimos es que esas cargas burocráticas no se ubiquen en Atención Primaria, sino que se vean en otro tipo de profesionales", afirma.
Inmaculada Cervera Pérez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), piensa lo mismo. "La
figura del asistente médico me parece un parche.
Se rompe la confidencialidad médico-paciente", señala.
"Sensibilidad" en todos los profesionales
Cervera, que señala que se ha avanzado bastante con la descarga de tareas durante la pandemia, por ejemplo con las interconsultas o la prolongación de bajas o recetas, explica que es necesario que todos
los profesionales sanitarios tengan "un poco de sensiblidad": que médicos de hospital y compañeros de equipo se hagan también cargo de estas tareas. Y que, en el caso de los primeros, "no les devuelvan" a los pacientes cuando hacen una consulta.
"La figura del asistente médico es un parche, se rompe la confidencialidad"
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"Todos tenemos que remar en la misma dirección.
Debemos tomar conciencia y que todo el mundo sume. La mayoría ya están al cien por cien, pero hay tareas -como los volantes de ambulancia para acudir a revisiones- que suponen poco tiempo a cada uno, por lo que se pueden repartir", asegura.
Como principal solución, Cervera considera que se necesitan más médicos de Atención Primaria a corto plazo, tanto para afrontar el trabajo diario que tienen como de cara a las jubilaciones que se esperan en estos próximos cinco años.
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