Alberto Freire, responsable de Neurología de la SEMG.
20 sept. 2017 10:40H
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El responsable de Neurología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Alberto Freire, ha aprovechado el Día Mundial del Alzhéimer para recordar que no todo trastorno de la memoria deriva en esta enfermedad, a pesar de que en el 95 por ciento de los casos éste es su síntoma inicial.
Lo que diferencia al alzhéimer de otras demencias, así como del envejecimiento normal, es la afectación de las actividades de la vida diaria. Por ello, Freire explica que cualquier queja sobre fallos en la memoria en una persona mayor de 65 años “debe ser estudiada con detenimiento”.
De esta forma, se podrán distinguir aquellos fallos asociados al envejecimiento normal o fisiológico de los que podrían ser un deterioro cognitivo leve, “un estado transicional entre el envejecimiento normal y la demencia leve”.
Las personas con un envejecimiento normal pueden tener déficits leves debido a que “la velocidad del proceso mental y memoria para los mismos disminuyen con la edad”. Si se realiza un seguimiento a lo largo de los años de las personas con un envejecimiento normal, “vemos que estos pacientes muestran escasos cambios y que estos no llegan a suponer un deterioro funcional”.
No hay una separación nítida
La separación entre envejecimiento normal y demencia no tiene una línea nítida. En el deterioro cognitivo leve existe una disminución discreta de algunas áreas que no afectan a las actividades de la vida diaria como, por ejemplo, hacer compras, manejo de dinero, conducir, vestirse, higiene personal, comer sin ayuda, etc. y no produce, por tanto, incapacidad social.
SEMG recuerda que los médicos de Primaria disponen de métodos de cribado rápidos y sencillos que, en pocos minutos, permiten identificar de una manera objetiva a los pacientes con probabilidad de padecer una alteración patológica de la memoria.
Entre estos instrumentos se encuentra el fototest o test de las fotos, que utiliza imágenes para eliminar el factor lectura y poder ser administrado a pacientes iletrados. “Su brevedad, facilidad de uso e interpretación por parte del médico de Familia y su buena aceptación por el paciente, lo convierten en uno de los más recomendables y útiles en Atención Primaria, tanto para el cribado de deterioro cognitivo leve como de la demencia”, concluye Freire.
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