Manuel Gómez, médico de Familia trabajando en Irlanda.
Las mejores
condiciones laborales fueron las razones que motivaron a Manuel Gómez, un médico de Familia catalán de 31 años, a
buscar oportunidades de desarrollo profesional en otro país. Lleva dos años y medio en
Irlanda y las diferencias que encuentra entre el sistema sanitario irlandés y el español están basadas principalmente en "
la carga asistencial y el nivel del salario", tal como reconoce a
Redacción Médica.
Terminó la residencia en mayo de 2022 y decidió que lo mejor era
buscar oportunidades fuera. "Veo la situación que hay en España y digo que no quiero trabajar de especialista ahí. Esta situación yo no la quiero para mí ni desde el punto de vista de carga asistencial ni salarial", explica. Así, inicia su
búsqueda de empleo en países cercanos, en este caso, en Irlanda. ¿Por qué ahí? "Forma parte de la Unión Europea, el idioma
es el inglés y está a dos horas en avión de mi casa", dice Manuel. Y es que la distancia fue un factor clave para su elección. "Con un avión me planto en mi casa en
Barcelona en dos horas. Tardo más en ir desde donde vivo a Dublín en coche", cuenta. Menos de cuatro meses después de iniciar el proceso, aterrizó en la isla y pese a que cuenta que existen
problemas de vivienda con escasas opciones de alquiler, su salario le permite asumir el pago sin complicaciones.
Una historia similar tiene Miguel Casalí, también médico de Familia afincado en Irlanda desde hace cuatro años con la intención de tener una
experiencia laboral en otro idioma, en este caso, el inglés. "A mí me apetecía profundizar para tener más posibilidades de moverme en el ámbito internacional", dice. Con
más de 25 años de experiencia especialmente en la Comunidad Valenciana, Casalí exploró en España no solo en la sanidad pública sino también en la privada y en cooperación internacional. "En España el condicionante político es tremendo. El día a día de los centros está
condicionado por la gestión política que llega a asfixiar la creatividad de los médicos", afirma a este periódico.
Transición en el proceso de adaptación
Empezar a trabajar en Irlanda tampoco fue un proceso de 0 a 100 para Manuel. Pasó por una transición que le permitió conocer el sistema poco a poco y adaptarse. "Yo iba
una semana o dos a sentarme con los médicos que trabajan allí, ver cómo funciona el ordenador, cómo funciona el sistema", indica. Además, en el caso de los
médicos de Familia, en dicho país son ellos quienes asumen también Pediatría y Ginecología de Atención Primaria, lo que difiere con el sistema en España. "En un mes ya
tienes todo lo que necesitas y la adaptación fue muy progresiva. Te ayudan mucho, saben que vienes de un sistema muy diferente y de un sitio donde hablas castellano, no hablas inglés, por lo tanto,
te ayudan en el proceso, es que te llevan de la mano", resalta.
A esto se suman las
jornadas laborales de cuatro días. "Trabajar cuatro días a la semana como médico ya lo consideran jornada completa", indica. Y con ello, las horas de trabajo también tienen un sistema de organización distinto: tres horas de atención a pacientes y una de "llamadas". Son dos bloques iguales, que completan las ocho horas laborales. "Yo, en total, trabajo
a la semana treinta y dos horas", insiste. En cuanto a las guardias, tampoco son similares a las que se realizan en España. "Básicamente es desde las 18.00 horas hasta las 22.00, son cuatro horas", detalla el médico. Y es que, incluso en estas jornadas, el
máximo de pacientes que atiende es de 16, con cuatro por hora, lo que denomina "urgencias citadas", ya que pasan previamente por el control de
Enfermería.
En el caso de Miguel Casalí, también tiene valor la "
enorme flexibilidad", la capacidad para moverse y cambiar de trabajo, es decir, la
flexibilidad del mercado es otro factor importante en cuanto a las condiciones. "Aquí el mérito cuenta, en el sentido de que si tú eres médico especialista de entrada, el mercado de absorbe con más facilidad, con mucho margen de remuneración a que si eres
médico no especialista", puntualiza.
Condiciones salariales y calidad de vida
"Ahora mismo estoy cobrando aquí en Irlanda
132.000 euros brutos anuales por trabajar cuatro días a la semana, sin guardias", dice, por su parte, Manuel Gómez. Las guardias se cobran aparte y
suelen oscilar los 100 euros brutos por hora. Pese a los altos precios del alquiler, esas
condiciones salariales te permiten ahorrar, tal como él lo plantea. "Hasta en Dublín, donde el alquiler es lo más alto del país, puedes encontrar apartamentos de una habitación y un lavabo por 2.500 euros al mes. Allí ahorrarías más de lo que cobrarías en España", agrega.
Para Miguel Casalí, la diferencia de estatus de los médicos "viene en el salario". "Yo últimamente hablo de
las seis cifras. Aquí está bastante más valorado llegar a ganar más de 100.000 euros en estas épocas de la vida", señala. A esto hay que añadirle la
calidad de vida que ofrece Irlanda, sobre todo para quienes quieren asentarse en familia. "Los colegios son muy buenos y la posibilidad de
conciliación dependerá también un poquito de las guarderías", enfatiza.
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