Un médico de familia con paciente
Los médicos de
Atención Primaria han visto cómo sus salarios han perdido valor año tras año. Entre 2009 y 2024, su poder adquisitivo ha caído en picado. Así lo constata el último informe elaborado por la
Fundación Vicente Matas-SIMEG, que analiza la evolución retributiva del colectivo en los últimos 16 años. El balance es claro:
las subidas salariales no han sido suficientes para compensar ni la inflación acumulada ni los recortes que arrastran desde la última gran crisis.
El informe toma como referencia la inflación entre enero de 2009 y septiembre de 2024, que se sitúa en el 36,6 por ciento. Para que un médico de
Familia mantuviera el mismo nivel de vida que entonces, su sueldo debería haber aumentado al menos en esa proporción. Pero no ha sido así.
En los mejores casos, los incrementos salariales no llegan al 28 por ciento. Y en los peores, no alcanzan ni el 10 por ciento.
Más horas y menos salario real
En el caso de los
médicos que no realizan guardias,
el aumento medio de salario ha sido de entre 3.961 y 10.203 euros brutos al año, lo que supone subidas de entre el 9,7 y el 15,6 por ciento. Muy lejos del umbral mínimo que exige el encarecimiento general de la vida en España durante la última década y media.
Esta diferencia se traduce en
pérdidas reales de hasta 18.077 euros anuales en el caso de los médicos con mayor antigüedad. En
perfiles intermedios, la pérdida de poder adquisitivo alcanza el 25,1 por ciento.
Además,
muchos facultativos trabajan ahora más horas que en 2009: de 35 a 37,5 horas semanales en varias comunidades autónomas. Esta ampliación de jornada equivale a un recorte indirecto del 6,7 por ciento del salario anual, lo que representa entre 3.400 y 5.000 euros que no se han recuperado.
Las guardias no salvan el sueldo
Los médicos que realizan guardias, unas 50 horas al mes, según el estudio, tampoco escapan al deterioro económico.
Aunque sus sueldos han subido entre 5.131 y 21.569 euros anuales (entre un 16,9 y un 19,9 por ciento), la pérdida de poder adquisitivo sigue presente.
En el perfil más afectado, la merma alcanza los 21.520 euros anuales.
En todos los casos analizados, los médicos con guardias han perdido más del 14 por ciento de su capacidad de compra desde 2009.
El informe destaca, además, que las guardias no computan como tiempo trabajado y muchas veces no cotizan, al superar la base máxima.
Su fiscalidad también penaliza: la retención del IRPF puede llegar al
45 por ciento si los ingresos anuales superan los 60.000 euros. En la práctica, buena parte del esfuerzo extra acaba en Hacienda.
A esto se suma un problema adicional: en muchas comunidades se han suprimido turnos o centros de urgencia, lo que ha reducido el número de guardias mensuales. Según SIMEG,
una sola guardia menos al mes puede suponer más de 5.000 euros de pérdida anual.
El agravio de las pagas extras
La discriminación salarial no se limita a la nómina ordinaria.
El informe también denuncia el agravio comparativo que supone el sueldo base en las pagas extraordinarias, fijado en 818,82 euros. Esta cifra está por debajo de la asignada al grupo A2 (836,78 euros), en el que se encuadra el personal de
Enfermería.
Este detalle, aparentemente menor, pone de relieve
el escaso reconocimiento institucional hacia un colectivo al que se le exige más formación, más responsabilidad y más carga asistencial. Desde la Fundación Vicente Matas se insiste en que "no puede mantenerse esta brecha cuando el médico de Familia es la piedra angular del sistema sanitario".
Revisión urgente del sistema
Ante este escenario, la Fundación SIMEG reclama una
reforma estructural del modelo retributivo de los médicos del
Sistema Nacional de Salud. Entre sus propuestas se incluye la recuperación del poder adquisitivo perdido, un tratamiento fiscal más justo para las guardias, compensaciones reales a la sobrecarga asistencial y la aprobación de un estatuto propio para el colectivo.
El informe lanza un mensaje de advertencia:
si no se toman medidas urgentes, el éxodo de médicos hacia otros sectores, o directamente hacia otros países con mejores condiciones, no hará más que crecer. Mientras tanto, las plantillas envejecen, las plazas MIR se quedan sin cubrir y los pacientes se enfrentan a listas de espera cada vez más largas.
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