Fernando María Navarro, experto en Enfermedades Tropicales de la SEMG.
El experto en
Enfermedades Tropicales de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (
SEMG),
Fernando María Navarro Pellicer, ha advertido de que “conviene estar preparados y en alerta ante la aparición de
casos autóctonos de dengue en nuestro país”, como los
cinco confirmados por el Instituto de Salud Carlos III.
En España, con condiciones de temperatura casi tropicales,
humedales (arrozales) y lluvias, es una evidencia el aumento de las poblaciones de
mosquitos, en especial en zonas costeras, donde “son insufribles las múltiples
picaduras de estos insectos”.
El uso de
larvicidas se reserva en caso de epidemias o brotes, pero Navarro señala que la lucha contra los vectores “debe ser más enérgica y sería conveniente la
fumigación, eso sí, selectiva, de zonas larvíferas”.
Turismo masivo y migraciones
El dengue se transmite por la
picadura de mosquitos Aedes aegypti y
Aedes albopictus, conocido como mosquito tigre. Lo importante es la
eliminación de las larvas en las zonas donde se crían: humedales, agua de macetas, pozas, vasijas para flores, aunque el agua sea limpia. Asimismo, también es importante la utilización de repelentes y mosquiteras.
"Debemos conocer si la persona ha viajado a zonas endémicas o zonas con otras enfermedades tropicales"
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El aumento del turismo y de las migraciones trae posibles portadores del virus que, al ser picados por el mosquito, pueden transmitir la enfermedad.
También pueden provenir de la importación de neumáticos usados, plantas tropicales o maderas, informa el experto de SEMG, que es máster en Medicina Tropical.
“Además de las medidas de autoprotección y del entorno, debemos saber de la existencia de enfermedad, pensar en ella y llegar a un diagnóstico certero para no confundirla con otras viriasis como la gripe u otras enfermedades tropicales importadas”.
El diagnóstico del dengue, en el laboratorio
El diagnóstico clínico es fundamental: “debemos conocer si la persona ha viajado a zonas endémicas o zonas con otras enfermedades tropicales, como la malaria, para descartarlas”. El diagnóstico definitivo es en el laboratorio, con la
búsqueda del antígeno viral o de anticuerpos, señala el representante de SEMG, quien advierte de que “para diagnosticar hay que buscar de forma selectiva la sintomatología”.
El cuadro clínico del dengue puede pasar desapercibido, pero en otras ocasiones mostrar manifestaciones típicas de una infección vírica:
fiebre de más de 38 grados, dolor de cabeza y artralgias parecido a un síndrome gripal.
Asimismo, Navarro informa de que pueden aparecer pequeñas erupciones e inflamación glandular. Por los dolores articulares que produce, se le conoce como ‘quebrantahuesos’.
Un proceso generalmente benigno
No tiene un tratamiento específico pero sí lo hay para su respuesta inmunológica
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Generalmente, el proceso es benigno y circunscrito, pero
en otras ocasiones afecta a las plaquetas y puede producir fenómenos hemorrágicos, es lo que se conoce como dengue hemorrágico, que es una forma grave de esta enfermedad.
El tratamiento en las formas leves es sintomático y se deben emplear analgésicos. Sin embargo,
las formas graves requieren vigilancia de constantes, analítica con recuento de hematíes y plaquetas, y los afectados deben ser tratados en el hospital. Las formas graves se deben a una segunda exposición al virus y esto da lugar a una respuesta exagerada.
Aunque no tiene un tratamiento específico, sí que lo hay de la respuesta inmunológica y, por tanto, se puede controlar. También se dispone de una vacuna de uso restringido para zonas donde la enfermedad es muy prevalente, concluye Navarro.
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