Isabel Egocheaga, del Área Cardiovascular de SEMG, y el geriatra Juan Carlos Durán.
“Conforme los sujetos envejecen, acumulan más
enfermedades crónicas”, así lo ha indicado
Isabel Egocheaga, responsable del Área Cardiovascular de la SEMG que, junto al especialista en Geriatría
Juan Carlos Durán, han sido los encargados de profundizar en el
manejo del paciente crónico pluripatológico dentro del
II Foro de Cronicidad, organizado de forma conjunta en Sevilla por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y que se ha celebrado los días 26 y 27 de octubre en Sevilla.
Según la
Base Poblacional de Salud del Servicio Andaluz de Salud, “los pacientes pluripatológicos suponen un 4 por ciento de la población, pero consumen un 30 por ciento de los recursos sanitarios de la Comunidad andaluza”, ha informado Durán, que trabaja en el Servicio de Medicina Interna del Hospital San Juan Grande de Jerez de la Frontera, “donde el grueso de los pacientes (80 por ciento) son pluripatológicos, con enfermedades crónicas y necesidades complejas”.
Una parte importante del encuentro científico ha estado dedicada al
manejo del paciente crónico pluripatológico, que es aquel en el que coexisten dos o más enfermedades crónicas. El manejo de este tipo de pacientes, según los expertos, “supone un cambio en nuestra mentalidad, ya que a diferencia del modelo de medicina tradicional -en la que estudiamos al paciente para llegar al diagnóstico de su enfermedad-, los pacientes pluripatológiocos nos obligan a
realizar una valoración integral, en la que no sólo estudiemos los problemas médicos, sino que evaluemos la repercusión que estas enfermedades tienen en su capacidad funcional, en el desarrollo de sus actividades básicas de la vida diaria, así como en la capacidad cognitiva del sujeto”, ha explicado Durán.
Claudicación de la familia en los cuidados
Según han manifestado los especialistas, uno de los problemas que a nivel hospitalario se ven con mayor frecuencia es la
claudicación de la familia en los cuidados. “Esto suele ocurrir cuando el
cuidador principal es de la misma edad avanzada que el paciente y cuando las enfermedades llevan a un estado de dependencia avanzada, con complicaciones añadidas como agitación psicomotriz, dificultad en la ingesta oral o aparición de úlceras por presión que necesitan curas continuas”, ha detallado el geriatra.
Durante la celebración del II Foro de Cronicidad SEGG-SEMG 2018 Egocheaga ha hecho un repaso por el
abordaje integral de tres de las patologías crónicas más prevalentes en el anciano, como son la fibrilación auricular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y diabetes mellitus.
En lo que respecta al
paciente crónico pluripatológico, las enfermedades más frecuentes que presentan son cardiovasculares (hipertensión, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, arritmias); pulmonares (bronquitis crónica); metabólicas (diabetes mellitus); osteoarticulares (artrosis y osteoporosis) y neurológicas (neurodegenerativas: demencias: alzhéimer, párkinson; y vasculocerebrales).
Los dos expertos coinciden en afirmar que la coordinación entre los profesionales implicados en su asistencia es primordial, “tanto para la toma de decisiones en su proceso de atención, como para conciliar actitudes entre ambas partes y asegurar que el paciente recibe el tratamiento oportuno en cada momento”.
Al ser
pacientes con muchas necesidades de atención por las diferentes enfermedades que sufren, la figura del médico de Familia es la primordial para su asistencia. “A veces tiene que recurrir a especialistas del hospital, pero cuando el paciente es de edad avanzada, tiene muchas patologías, y requiere de diferentes especialistas, se convierte en un calvario para el enfermo, y precisa de un
especialista en Medicina Interna o en Geriatría, que coordine esa asistencia hospitalaria”, ha advertido Durán.
La comorbilidad
En este sentido, Isabel Egocheaga, ha señalado que “es importante distinguir otra situación, la
comorbilidad en la que se asocia cualquier patología a una entidad nosológica principal, tanto aguda como crónica, modulando su diagnóstico y tratamiento”. Además, se hace necesario
identificar al paciente crónico complejo, “aquel que presenta mayor complejidad en su manejo al presentar necesidades cambiantes que obligan a revalorizaciones continuas y hacen necesaria la utilización ordenada de diversos niveles asistenciales y, en algunos casos, servicios sanitarios y sociales”.
Otros de los aspectos señalados durante el Foro con respecto a los pacientes pluripatológicos fue la
necesidad de revisar sus tratamientos y la deprescripción razonada de fármacos, “cuando veamos que los riesgos de efectos adversos sean más elevados que los posibles beneficios. En estos casos es importante priorizar la seguridad a la eficacia. Muy especialmente en los momentos finales de la vida”, en palabras del geriatra.
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