El 'elitista' nuevo MIR de Familia lleva su reforma a las unidades docentes

La oposición de parte de las comunidades autónomas hace tambalear el programa formativo de Medicina Familiar y Comunitaria, que ya fue rechazado en la última Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud (SNS). Las administraciones piden al Ministerio de Sanidad que atienda a sus reivindicaciones, orientadas en esencia a flexibilizar los indicadores para la designación de unidades docentes, que, aseguran, hacen de este MIR un proceso 'elitista' que "beneficia a los grandes hospitales". 

Tal y como avanzó este periódico, los representantes autonómicos de la Comisión de RRHH se mostraron críticos en la reunión mantenida la semana pasada sobre el borrador del programa formativo de Medicina Familiar al considerar que el Ministerio había obviado sus pretensiones. El descontento de las consejerías compromete la aprobación de un texto que lleva casi dos décadas sin actualizarse.

Fuentes autonómicas consultadas por este periódico reconocen que existe un malestar generalizado, en primer lugar, por los rígidos criterios de acreditación de plazas, que suponen un lastre ante la “evidente necesidad de especialistas” de Familia. “Los apartados más complejos son los relativos a la actividad asistencial, ya que no se ha tenido en cuenta en los indicadores ni la dispersión geográfica ni la edad avanzada de los usuarios”, señalan.

Por otro lado, muchas comunidades critican el “enfoque” de los indicadores para establecer centros formativos. Denuncian en este sentido que, tal y como figura en el borrador, “se favorece a los grandes hospitales, que disponen de muchas unidades transversales especiales” (como Investigación, Gestión Sanitaria y Calidad) en detrimento de los de menor tamaño. “Paradójicamente”, añaden, son estos últimos “los más adecuados para la formación en Medicina Familiar y Comunitaria”.

“Contamos con centros para dar formación de calidad que sin embargo no cumplirían con todos los indicadores. Algunos de ellos consideramos que, modificándolos, no reduciríamos la calidad, por ejemplo con el indicador de 40 consultas diarias o los relativos a procesos asistenciales que tienen que ver con el residente”, destacan.

Las consejerías consultadas por este periódico subrayan que hay “disposición” a aprobar el texto “una vez se hayan valorado todas las alegaciones presentadas por las comunidades autónomas”, que piden al Ministerio un “trabajo más exhaustivo”.

“Evidentemente solicitamos que el Ministerio dé traslado a las comunidades autónomas de las modificaciones que se introduzcan para poder valorar el texto final”, concluyen.

Rotaciones rurales y un tutor por cada cinco residentes

Sanidad lanzó el pasado enero a audiencia pública el nuevo programa formativo de Medicina Familiar y Comunitaria, que se había convertido en una de las principales reivindicaciones del sector. La orden del departamento de Ordenación Profesional establece los criterios didácticos y docentes de la especialidad atendiendo a los “múltiples cambios demográficos, sociales y tecnológicos” de los últimos años, “a los que se ha sumado una pandemia mundial”. “Estas circunstancias han condicionado la necesidad de un nuevo perfil profesional del especialista en MFyC”, destaca el documento, que recoge algunas de las demandas de las sociedades médicas, como rotaciones en el ámbito rural y la “garantía” de que haya un tutor para cada cinco residentes como máximo.

El nuevo programa formativo de Medicina Familiar y Comunitaria mantiene en cuatro los años de residencia (48 meses) en diferentes dispositivos docentes. Sanidad ha considerado que las especialidades en Ciencias de la Salud que presentan un contenido que resulta de interés prioritario para la especialidad son Medicina Interna, Geriatría, Pediatría y sus áreas específicas, Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología, Ginecología y Obstetricia y Psiquiatría.