José Ramón Luis-Yagüe; Milagros Bada; Gustavo Cristóbal Rodríguez; Juan Miguel Campayo; Cristina Avendaño.
La
gestión clínica comenzó en Asturias en 2009. Se definía como un proceso de rediseño organizativo que incorpora al profesional en la gestión de los recursos utilizados en su propia práctica clínica, organizando toda la actividades alrededor de procesos asistenciales basados en las mejores evidencias. Desde entonces, el camino ha sido "una montaña rusa".
Milagros Bada habla de las críticas.
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Milagros Bada Sánchez, médica de Familia y responsable de Calidad de la Unidad de Certificación en Calidad del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), ha hablado del papel de la
Atención Primaria en la gestión basada en
resultados de salud en esta comunidad autónoma durante el
41 Congreso Nacional de Semergen.
El proyecto de 2009 pretendía delegar la
autonomía de gestión a los clínicos, "que verdaderamente son los que tienen el conocimiento", ha asegurado Bada. "Con respecto a los
ciudadanos, mejorar sus niveles de salud y abrir cauces de participación; con respecto a la organización aumentar su eficacia y eficiencia; y con respecto a la sociedad, contribuir a la
sostenibilidad del sistema sanitario público", ha proseguido.
Altos y bajos
Durante su intervención, Bada ha explicado cómo se inicia la gestión clínica, el sistema de evaluación de calidad que nace a su vez como herramienta que sirva como implantación y evaluación, y la experiencia en el Sespa, que ha sido discontinua. "Ha sufrido altos y bajos", ha asegurado.
"La gestión clínica se puede definir en esto: hacer correctamente las cosas correctas. No hacer más"
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Una de las críticas que se achacan a los bajos de este modelo es que los profesionales que están a pie de consulta no reciben
resultados de salud que bajen hasta ellos. "Además, desde la Atención Primaria parece que gestores y clínicos ven barreras muy diferentes. El médico de Primaria no tenía que hacer gestión cuando la gestión de los recursos sale de nuestro boli. Hay que intentar meter en la organización la idea de que la gestión clínica se puede definir en esto: hacer correctamente las cosas correctas. No hacer más, sino que lo que estamos haciendo se haga con calidad aceptable y con un
gasto sostenible".
"Si hacemos planes de mejora, pero no medimos, no se puede mejorar. Y lo que no se mejora, se degrada siempre", ha asegurado. Ahora, trabajan en la
formación de pacientes expertos que puedan auditar la actividad asistencial en ellos y ver cuáles son los resultados de valor para ellos. "Poniendo así al
paciente en el centro de la asistencia sanitaria".
"Desde fuera se puede medir. Pero desde dentro se puede medir y mejorar. Y la clave de nuestras evaluaciones es involucrar al profesional en la evaluación", ha añadido. Además, evalúan si la acción de mejora sirve para lo que se pretendió. También miran que haya una relación de causalidad y los impacto según en quién esté dirigida.
La gestión sanitaria
En esta mesa, que ha tenido lugar durante el segundo día del Congreso, también ha intervenido
José Ramón Luis-Yagüe Sánchez, director del Departamento de Relaciones con las Comunidades Autónomas de
Farmaindustria y que ha abordado, entre otras cuestiones, la
gestión sanitaria.
En este sentido el representante de Farmaindustria señaló que
medir de forma eficiente los resultados en salud permitirá recuperar una parte importante de los recursos, ya que ha cifrado las ineficiencias del gasto sanitario en un 20-30 por ciento del gasto sanitario. Sobre todo por la realización de intervenciones innecesarias, la duplicación de pruebas o la utilización de tratamientos o fármcacos con efectividad limitada.
Medir los resultados en salud “es una herramienta que nos permitirá poner verdaderamente al paciente en el centro del sistema sanitario, ya que será posible evaluar no solo los resultados desde el punto de vista de los indicadores clínicos, sino también desde las expectativas de los propios pacientes”, ha explicado.
José Ramón Luis-Yagüe Sánchez; Milagros Bada Sánchez; Gustavo Cristóbal Rodríguez Roca; Juan Miguel Campayo Pérez; Cristina Avendaño Solá.
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Por todo, el representante de Farmaindustria considera que un modelo enfocado en salud beneficia a todos los que forman parte del sistema sanitario. "El modelo sanitario español cuenta con varios elementos ventajosos que facilitan la implementación de modelos enfocados en resultados en salud y sin costes. Pero para seguir avanzando en esta dirección es necesario
reforzar las
métricas,
metodologías y
análisis de costes y de resultados en salud", ha concluido.
Menos portátiles
En la mesa también ha estado
Cristina Avendaño Solá, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica y coordinadora del Grupo del Medicamento de la Federación de Asociaciones Científico Médico Españolas (Facme), quien ha hablado sobre los indicadores del Sistema Nacional de Salud integrados en la asistencia; y
Juan Miguel Campayo Pérez, director de Integración de la Organización Sanitaria Integrada Ezkerraldea Enkarterri Cruces (Osieec), que ha explicado la experiencia de OSI Cruces en la gestión.
Campayo ha aprovechado su intervención para poner un vídeo emotivo que venía a decirles a los médicos que menos
utilizar los portátiles para apuntar datos y más mirar a la cara al paciente para preguntarles directamente cómo se sienten. Para ayudarles a estar mejor. La idea de medir los resultados en salud se trata también de eso.
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