"Plena capacidad" del médico veterano en una Primaria sin digitalizar

La especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) aboga porque sus médicos mayores sigan trabajando en la primera línea de la asistencia clínica, debido a que la Atención Primaria (AP) no cuenta con la implementación tecnológica que se está llevando a cabo en los hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esa es, justamente, la razón que las sociedades científico-médicas esbozan para argumentar que sus profesionales no tienen por qué ser desplazados a otros puestos, ya que no requieren de una adaptación y actualización constante sobre las nuevas tecnologías.

Hace escasos días este diario se hizo eco de un estudio americano que relacionaba la edad de los especialistas con el índice de mortalidad de sus pacientes, poniendo a aquellos médicos mayores en la diana de la investigación, pues los investigadores reflejaron que la tasa de mortalidad de las personas de más de 65 años alcanzó el 12 por ciento cuando fueron tratados por sanitarios de más de 60 años. Se trata de dos puntos porcentuales más en comparación con los profesionales de menos de 40 años, según el estudio publicado en el The British Medical Jounal (BMJ), que remarcaba entre sus factores la ‘mala’ adecuación a las renovaciones tecnológicas.

“La Medicina es una ciencia de práctica y experiencia, por lo que el saber clínico es fundamental. Las nuevas tecnologías son un apoyo para llegar, entre otras cuestiones, a un diagnóstico. Pero, con una buena exploración y examen físico, el médico experimentado transmite su conocimiento y sabiduría”, argumenta José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Concretamente, desde la entidad sanitaria especifican que, si bien un profesional de la Primaria más veterano puede ser la referencia de los residentes y nuevos médicos, debe seguir, también, en la primera línea asistencial: “Creo que en tanto en cuando el médico esté en un perfecto estado físico y mental, y una vez pasada la recertificación, lo único que puede hacer es transmitir su conocimiento a los más jóvenes”.

Misma opinión comparten en la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Francisco Ortiz, responsable del Grupo de Trabajo Seniors de la sociedad médica, recalca que el profesional sanitario de más edad juega un papel ‘vital’ en la asistencia sanitaria de la Atención Primaria. Ortiz subraya que un médico de 40 años puede tener una “mejor preparación científico-técnica” que uno de 60 o 65 años, pero que, ‘gracias’ a que el primer nivel asistencial no está ‘tecnologizado’, su papel en el SNS recibe una especial relevancia: “Un médico de esta edad (60-65), al menos en Medicina de Familia que la tecnología no es absolutamente determinante, está en la plenitud de capacidad profesional, aunando compresión holística, dedicación y experiencia”.

Jubilación activa en Medicina de Familia

El presidente de Semergen recalca que la Administración confía en los profesionales de la Primaria que quieran prolongar su vida laboral, pues, si no, el Gobierno no pondría encima de la mesa de Familia la posibilidad de retrasar la jubilación de esos trabajadores. “Si existiera una mínima duda de que la mortalidad va a aumentar con los médicos mayores, ocurriría lo mismo que con los fármacos; se retiraría rápidamente”, comenta Polo.

Ortiz, por su parte, subraya que para alargar la vida laboral de esos sanitarios, la Administración debería ‘reservarles’ plazas en los que el profesional médico no se sature: “Habría que exigir un cambio de las condiciones laborales en Atención Primaria para cualquier edad y una mayor flexibilidad para aquellos a los que se les proponga alargar su vida laboral con la adaptación de los puestos de trabajo a un horario más reducido, en plazas sin alta presión asistencial y con la exención de Urgencias y guardias”.

No obstante, el responsable del Grupo de Trabajo Seniors de la SEMG enfatiza que en cuanto a la Primaria en general y a Familia en particular, el sistema sanitario español “en absoluto” está preparado para alargar la vida laboral de los médicos, y que única y exclusivamente se plantea esta opción por “pura necesidad de mantenimiento del sistema”.