Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la SEMG.
Ante la perspectiva de una tercera ola de coronavirus, echar la vista atrás para saber qué falló en la primera y segunda es un ejercicio necesario.
Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), responde a las preguntas de
Redacción Médica como parte del especial '
Lecciones del Covid-19', donde analiza pormenorizadamente los retos y oportunidades que tenemos delante para encarrilar la situación.
¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la primera ola ante el Covid-19?
Dada la gravedad de las consecuencias de la pandemia sobre la población, sobre los médicos y sobre todos los sanitarios en general,
resulta difícil destacar las medidas acertadas de la primera ola de la pandemia, pero es cierto que algunas de ellas fueron efectivas.
Aunque con tardanza, durante el estado de alarma, se creó un mando único operativo para coordinar las actuaciones, siendo el Gobierno la autoridad competente. Esto evitó situaciones de inequidad que podrían haberse producido de no existir, dada las distintas situaciones epidemiológicas, sus diferentes servicios de salud, e incluso de riqueza, existentes entre las comunidades autónomas.
El confinamiento llevó, con un gran esfuerzo y sacrificio de la población, del tejido empresarial, de la enseñanza en todos sus niveles, etc.; a que la curva de casos se fuese doblegando de una forma mucho más lenta de lo que se preveía, pero consiguiendo su objetivo.
Visto con perspectiva, ¿cuáles fueron los mayores errores ante la primera ola?
En la primera ola siempre se actuó de forma improvisada, y se fue por detrás de los acontecimientos. Se retrasaron en tomar todas las medidas que podían contener el crecimiento de la pandemia, y eso conllevó una situación dramática para la población, para los médicos para todo el personal sanitario.
Se fue improvisando a medida que la situación empeoraba a limites impensables, con situaciones dantescas, el país con mayor número de sanitarios fallecidos en muchos de los casos como consecuencia de la carencia de material básico de protección.
Hospitales colapsados, urgencias y UCI viviendo situaciones dantescas. Desmantelamiento de una Atención Primaria ya herida desde hace años, reconvirtiéndola para realizar otras funciones diferentes a las propias de su nivel asistencial, manteniendo una actividad presencial limitada, pero a la vez infradotada en medios de protección, ocasionando el mayor numero de médicos contagiados y fallecidos, en aquel momento.
"El objetivo económico de salvar el turismo relajó de forma anormal las medidas de seguridad"
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Un palacio de hielo convertido en una morgue. Uso partidista de los muertos prevaleciendo los intereses políticos a los sanitarios. Nula voluntad de coordinación con las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, demostrando de nuevo el escaso nivel de compromiso y de voluntad de servicio publico, de la política y de los políticos en nuestro país.
No hubo asoramiento científico y basado en opiniones expertas.
Por tanto, enumerar errores es más fácil que enumerar aciertos. Todo esto hubiese sido una enseñanza de gran valor para afrontar la segunda ola epidémica, si se hubiese tenido voluntad de cambio, algo que no existió y pos lo que pagamos sus consecuencias en este momento.
¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una segunda ola?
Una desescalada demasiado rápida, con una falsa sensación de seguridad y triunfalismo frente al virus, vendido desde el gobierno. El objetivo económico de salvar el turismo relajó de forma anormal las medidas de seguridad, sobre todo en ámbitos como el ocio nocturno, uno de los grandes focos de contagio.
Ha faltado información para interiorizar los mecanismos de protección, de este modo el ambiente familiar y de amigos cercanos, se convirtió en otro gran foco de contagios. Inhibición del Gobierno central en sus tareas de control y coordinación,
dejando en manos de las comunidades la responsabilidad de la gestión de la pandemia, actuando cada una de ellas de una forma diferente y descoordinada. Esta dejadez de funciones del Gobierno central ocasionó un sentimiento de desbordamiento en los gobiernos autonómicos.
Algunos de los criterios necesarios para salir del estado de alarma no fueron implementados, sobre todo los referidos a la capacidad de detección y respuesta, no se reforzó la Atención Primaria para conseguir un diagnostico precoz, es más, las bajas médicas, el verano, los descansos necesarios y reglamentarios, precarizaron aún más la Atención Primaria, ya de por sí desmantelada en los últimos años.
No se desarrolló un sistema de vigilancia que monitorizara casos, el rastreo no se adaptó a la situación epidemiológica, se volvió a caer en el error de ir por detrás de los acontecimientos no aprovechando el periodo de bonanza en el número de casos que tuvimos en los meses de mayo y junio. Los centros de seguimiento, de existir, seguían protocolos inconcretos, con lo que volvía a caer sobre la Atención Primaria el peso de la monitorización y notificación de casos. Los protocolos de las residencias de mayores fallaron ocasionando gran número de contagios en ellas.
Dudas en la información sobre determinados mecanismos de protección, como las mascarillas, adaptadas a su abastecimiento o desabastecimiento y no en la información científica disponible.
¿Qué medidas se deberían tomar para frenar la pandemia en nuestro país?
Rastreo suficiente, coordinado con Atención Primaria y Hospitalaria. Suficientemente preparado y profesionalizado para cumplir esta importante labor, adaptado en número a la situación epidemiológica y adelantado en previsión a posibles incrementos.
Refuerzo real de la Atención Primaria, en personal hasta
recuperar el nivel de dignidad suficiente para poder ejercer nuestro trabajo en las mejores condiciones. Refuerzo en medios de diagnóstico y seguimiento de los casos de asilamiento domiciliario, con posibilidad de hacer diagnósticos diferenciales y valoraciones de signos de alarma que precisen asistencia en otro nivel asistencial.
"Debemos seguir investigando en todos los campos, mecanismos de transmisión, medios de diagnósticos y secuelas"
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Información a la población para que se interiorice una cultura de seguridad basada en la concienciación individual y colectiva de los beneficios de las medidas, y no basado en medidas amenazantes de sanción.
Realización de pruebas diagnósticas que permitan identificación de casos asintomáticos pero provocadores de contagios.
Profundización en el rastreo, no solo para saber de los contactos, también para conocer el modo de contagio, proporcionado múltiples e importantes datos que a través de Big data y/o minería de datos, nos proporcionen una información de la que actualmente solo conocemos en parte
¿Confía en la vacuna como solución a la situación creada por este coronavirus?
La vacuna, en la variante que sea, siempre será una medida beneficiosa, pero las vacunas en están lejos de ser la solución definitiva, todas podrán contribuir a disminuir el número de casos o su gravedad, pero se tardará en que estas sean la solución definitiva. Actualmente generan incertidumbre en su efectividad, en su conservación, en su desarrollo, en la población a la que se dirigen, en sus efectos secundarios.
Pero debemos seguir investigando en todos los campos, en los mecanismos de transmisión, medios de diagnósticos de la Covid-19 y de sus secuelas y variantes como puede ser la Covid persistente/long Covid, investigación en tratamientos curativos y rehabilitadores y también, muy importante, en el seguimiento estrecho de pacientes y posibles reinfecciones.
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