José Polo, presidente de Semergen; y Aurora García y Carlos Santos, miembros del Grupo de Trabajo Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular y de Vasculopatías de Semergen.
Los facultativos de Medicina de Familia en alguna ocasión son “reacios” a administrar nuevos fármacos hasta contar con una amplia experiencia previa. Un ejemplo de ello, es el paso de la administración del tratamiento anticoagulante con vitamina K (AVK) a los
anticoagulantes orales de acción directa (ACOD). Un transvase que desde la Sociedad Española de Medicina de Atención Primaria (Semergen) están investigando a través del estudio 'Registro de anticoagulación oral de vida real en pacientes con fibrilación auricular en Atención Primaria (Racovir)' y cuyos datos preliminares apuntan a una
errónea sensación de control de estos pacientes.
“Tenemos una falsa seguridad de que nuestros pacientes están bien controlados. Cuando pasamos al papel el Tiempo en Rango Terapéutico (TRT), lo cual se hace una vez al año, nos damos cuenta de que
pacientes que pensábamos que estaban controlados no lo están”, asegura Aurora García Lerín, vicepresidenta de Semergen, durante el
44º Congreso Nacional.
Un sentir que comparte el investigador principal de Racovir y presidente de Semergen, José Polo García: “Pienso que
no tenemos interiorizado el control anticoagulante de nuestros pacientes. Es cierto que el acceso al rango terapéutico tampoco es fácil en algunos sistemas, pero también que los médicos de Familia somos prudentes a la hora de prescribir nuevos fármacos.
José Polo García, presidente de Semergen.
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En ese sentido, Polo García asegura que en la mayoría de los pacientes con un mal control de INR el médico no toma ninguna acción concreta. “El 60 por ciento de los médicos piensa que su paciente está bien coagulado y
los datos nos dicen solo un 40 por ciento lo están correctamente. Al final, la percepción del facultativo es que el paciente está bien trabajando y además no se suelen cambiar la medicación”.
Datos preliminares de Rancovir
Estas conclusiones están ligadas a los p
rimeros datos preliminares del estudio Rancovir, la última investigación iniciada por Semergen, que aún se encuentra en fase de búsqueda de más investigadores que su sumen al proyecto, y cuyo objetivo principal es conocer el manejo de los pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV) con tratamiento anticoagulante oral en la práctica clínica de las consultas de Atención Primaria.
Carlos Santos, miembro del Grupo de Trabajo Hipertensión Arterial y Emfermedad Cardiovascular de Semergen.
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“Es un estudio en vida real, activo y vivo. Hasta el momento hay
432 pacientes, 54 hombres y 46 mujeres”, detalla Carlos Santos Altozano, miembro del Grupo de Trabajo GT de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de Semergen, quien, además, ha revelado las primeras conclusiones extraídas en base a los datos preliminares del estudio.
“El
tratamiento sigue siendo principalmente con AVK frente a los ACOD, aunque existen variaciones entre comunidades. Además, los pacientes con mayor edad y hombres suelen ser tratados con AVK”, detalla Santos Altozano.
El estudio también ha puesto de manifiesto que un alto porcentaje de los pacientes precisan de cuidados familiares; la presencia de
factores de riesgo cardiovascular fundamentalmente son la
hipertensión, la diabetes y la disilipenia; existe un buen control de las cifras de presión arterial, así como escaso índice de obesos; hay una alta prevalencia de diabetes; un tercio de pacientes tiene cierto grado de insuficiencia cardiaca en situación estable; los pacientes están
polimedicalizados con cinco fármacos; y el tipo de FANV más frecuente es el permanente.
Mesa 'Estudio Racovir' con Aurora García como moderadora.
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