Tras enfrentarse a la pandemia mundial del Covid-19 y sufrir en otoño los efectos de la gripe A, España se encuentra ahora sumergida en
una segunda ola estacional de gripe. El aumento de casos de las últimas semanas está asociado a la
circulación de la gripe B, siendo los
menores de 15 años los más afectados, según el último informe del Instituto de la Salud Carlos III (ISIC). Pero, ¿qué diferencia hay entre gripe A y gripe B? ¿Cómo podemos saber qué tipo de virus tenemos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C, D. Pero los causantes de las epidemias estacionales son los virus gripales de tipo A y B. En el caso de España, al ser un país de clima templado,
las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno.
Síntomas de la gripe A y gripe B
La gripe estacional
se propaga fácilmente y se transmite con rapidez en entornos como las escuelas y las residencias de ancianos. El virus
se traslada al toser o estornudar, cuando las personas infectadas dispersan en el aire, hasta a un metro de distancia, gotículas infecciosas. También se puede transmitir por las manos contaminadas.
Los virus gripales de tipo A y B tienen síntomas similares:
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Inicio súbito de fiebre
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Tos (generalmente seca)
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Dolores musculares, articulares, de cabeza y garganta
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Intenso malestar
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Abundante secreción nasal
La OMS indica que la tos puede ser intensa y durar dos semanas o más, pero
la fiebre y el resto de síntomas suelen desaparecer en la mayoría de los casos en una semana, sin necesidad de atención médica. El periodo de incubación de la enfermedad es de dos días, pero puede oscilar entre uno y cuatro, informan desde el Ministerio de Sanidad. La transmisión del virus se produce desde un día antes del inicio de síntomas hasta entre tres y siete días tras el comienzo de estos. Pero puede prolongarse durante más de siete días en la población infantil.
Cómo diferenciar gripe A y gripe B
La OMS no identifica diferencia de síntomas entre la gripe A y la gripe B. Únicamente señalan que
los virus de tipo A se pueden encontrar tanto en animales como en personas, mientras que los virus de tipo B solo afectan a los humanos.
Estudios analizando los tipos de virus A y B concluyen que, aunque las epidemias de virus tipo B son menos comunes, hace falta más investigación en profundidad. Los síntomas y la gravedad de las enfermedades que producen ambos tipos de virus son similares, haciendo falta pruebas clínicas para diferenciarlos.
Diferencias con el Covid-19
Tras la aparición del Covid-19 en 2020,
se han establecido comparaciones con los virus de la gripe, ya que los dos causan enfermedades respiratorias. Pero la OMS advierte de “
importantes diferencias” entre ambos y en cómo se propagan, con el Covid-19 teniendo una propagación más rápida.
Los síntomas del Covid-19 son similares a los de la gripe, pero también pueden incluir las siguientes dolencias:
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Pérdida de olfato y gusto
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Dificultad para respirar
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Fatiga
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Ritmo cardíaco elevado
Con la vacunación y la evolución del virus del Covid-19, los síntomas han ido cambiando y se ha vuelto más complicado diferenciarlo de una gripe corriente. Por ello, la opción más fiables es realizar un test. Desde el pasado mes de septiembre,
podemos adquirir en farmacias test de antígenos que diferencian entre gripe y Covid-19. El funcionamiento es parecido al de las pruebas de Covid-19, tan solo hay que tomar una muestra nasal, mezclarla con el reactivo y poner tres o cuatro gotas en los dos orificios del casete de la prueba.
Grupos de riesgo de la gripe
El Ministerio de Sanidad señala que las
complicaciones más frecuentes de la gripe son: neumonía, otitis, sinusitis, rabdomiólisis y empeoramiento de la enfermedad crónica de base. Otras menos frecuentes, pero graves, son encefalitis o síndrome de Reye. Según la OMS,
las personas con mayor riesgo de enfermedad grave y complicaciones son:
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Las personas mayores
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Las embarazadas
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Los menores de 59 meses (menores de cinco años)
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Las personas con enfermedades crónicas (cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas)
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Las personas con inmunosupresión (cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas)
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Los profesionales sanitarios
Prevenir la gripe
La mejor forma para prevenir cualquiera de estos virus es la
vacunación, recuerda la OMS. La organización recomienda la
vacunación anual de las personas embarazadas, los niños de seis meses a cinco años, los mayores de 65 años, los pacientes con enfermedades crónicas y el personal sanitario. En España, la campaña de vacunación suele dar comienzo en octubre, cuando empieza a aumentar la actividad del virus.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, podemos esperar una
actividad significativa de los virus de la gripe hasta finales de mayo, aunque su periodo de mayor actividad transcurre entre diciembre y febrero.
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