Ángel Luis Zorita y Óscar Duque, de la Universidad de Valladolid.
Un grupo de investigadores de los
Departamentos de Ingeniería Eléctrica y Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Valladolid (UVA) ha desarrollado un modelo estadístico “capaz” de detectar anomalías y “proponer” mejoras en la
eficiencia energética de los edificios, en este caso, de los hospitales, según ha explicado la institución académica.
El método ha sido probado con éxito en
14 centros hospitalarios públicos de Castilla y León y su fin es dotar a los gestores de los edificios de información objetiva para apoyar las decisiones en torno al control del consumo de energía. Al conocer los consumos de forma sistematizada, “se genera conocimiento útil a la hora de determinar dónde invertir para mejorar la eficiencia energética, por ejemplo, si es necesario
implementar medidas de sustitución y control de la iluminación”, explican la institución académica, que asevera que
todos los sistemas relacionados con la climatización y la circulación del aire en los hospitales, que debe cumplir una “estricta” normativa, son los que tienen un “mayor” gasto energético, “especialmente” en verano.
Según han explicado dos de los investigadores que han participado en el trabajo,
Ángel Luis Zorita y Óscar Duque, el modelo diseñado mide dos tipos de parámetros relacionados con el
consumo energético, unos de carácter constructivo -como los metros cuadrados totales del edificio, la superficie que requiere refrigeración, el número de camas, quirófanos o paritorios-, y otros referentes a la actividad propia del hospital, como
el número de consultas especializadas que se realizan, consultas de urgencia,
las camas ocupadas, el número de intervenciones quirúrgicas o el número de pruebas médicas que se practican, como las radiológicas-, variables a las que se une la temperatura.
“Incluimos toda la información que somos capaces de obtener de los hospitales y
desarrollamos un modelo de consumo de energía eléctrica a partir de técnicas estadísticas. También definimos un índice de eficiencia que permite al administrador controlar y supervisar la evolución de las instalaciones y detectar posibles desviaciones”, apuntan los investigadores, quienes en la actualidad, y en colaboración con la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y el EREN (Ente Regional de la Energía), siguen trabajando sobre este modelo y han creado una aplicación en la que se monitorizan estos parámetros en tiempo real.
Una investigación de más de diez años
El origen de esta línea de investigación se encuentra en la colaboración establecida “hace más de diez años” entre la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UVA, a través de un convenio y de distintos contratos para la realización de estudios. En este tiempo,
los investigadores han llevado a cabo diversos trabajos relacionados con los consumos energéticos en los hospitales públicos para apoyar a la Administración autonómica en el aspecto técnico.
Aunque el modelo se ha aplicado a los 14 hospitales públicos de Castilla y León, los investigadores subrayan que la metodología diseñada es genérica y que por tanto
podría aplicarse a otros conjuntos de edificios no residenciales como fábricas, centros educativos o edificios de la universidad, para “comparar objetivamente” el rendimiento energético de todas las instalaciones bajo la “responsabilidad” del mismo gestor y tomar medidas si fuera necesario.
Acceda al informe de los expertos de la Universidad de Valladolid
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