José Luis Cantarero, Beatriz Blanco, José Carlos Igeño, Agustín Ortega y Graciliano Estrada
Tras la
crisis sanitaria provocada por el
coronavirus Covid-19, la sanidad española necesita repensar e
l rediseño de las Unidades de Cuidados de Respiratorios Intermedios (UCRI) y establecer un
plan nacional que armonice esta obra de ingeniería en todos los hospitales que conforman el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Así lo ha puesto de manifiesto
Graciliano Estrada, jefe del Servicio de Neumología del Hospital General de Segovia, en el marco del
IX Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, evento organizado por
Redacción Médica con el auspicio de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), el patrocinio de
Carburos Médica y la colaboración de
Camfil,
Ferrovial Servicios y
Grupo Empresarial Electromédico (GEE).
Las UCRI han reformulado su papel tras la pandemia del Covid-19.
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De hecho, la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha considerado oportuno dedicar un año a las UCRI, en base a una serie de objetivos clave a seguir, según Estrada: dar a conocer a la sociedad qué son los cuidados respiratorios intermedios y el soporte no invasivo; subrayar
el papel del neumólogo, enfermero respiratorio y fisioterapeuta;
sensibilizar sobre la necesidad de las UCRI; favorecer la investigación científica y la publicación de conocimiento científico; así como convencer a la Administración de
la necesidad de formación de los especialistas en las UCRI y seguir protocolos estándar en su desarrollo en sanidad.
En su intervención, el experto ha expuesto
el valor de estas unidades y las ventajas que ofrecen al paciente, especialmente tras la pandemia del Covid-19. “Con la UCRI podemos observar al paciente, monitorizarle y darle un espacio físico más amplio para poder realizarle las técnicas que requiere”.
En cuanto a su ubicación en el hospital, Estrada apuesta por integrarlas dentro de la planta de hospitalización de Neumología y cerca de las zonas donde se sitúan las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y los quirófanos. Y, para ello, el jefe de Servicio reclama
la implicación de los ingenieros hospitalarios. “Con la pandemia, estas unidades han dado una rápida respuesta a los pacientes con Covid-19, adaptando sus espacios ante la saturación hospitalaria. Y en eso,
los ingenieros han tenido un papel clave”.
La mesa de debate 'Cómo adaptar un hospital a las nuevas UCRI' ha tenido como moderador a Agustín Ortega, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).
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El Covid-19 “ha empoderado” las UCRI hospitalarias
Por su parte,
Beatriz Blanco, jefa del Servicio de Ingeniería, Tecnología y Obras del Hospital Ramón y Cajal, ha puesto sobre la mesa la experiencia de su centro en la creación de este tipo de unidades.
En concreto, el Ramón y Cajal cuenta con
una UCRI desde el año 2018 pero no ha sido hasta la irrupción del Covid-19 cuando se ha podido
“redescubrir y empoderar” este tipo de espacios, ha manifestado. “Las UCRI han conseguido liberar las UCI durante la pandemia, gracias a sus espacios abiertos, y poder ver a más pacientes que han requerido oxígeno medicinal”.
De hecho, una vez superada la primera fase de la pandemia, la Dirección del hospital creó también una unidad de intermedios, para dar soporte a la UCRI, y
ofrecer mayor flexibilidad entre áreas. Esta unidad consta de
1.200 metros cuadrados, 30 puestos flexibles (con posibilidad de ampliación a 36 y de división), 12 de los puestos que integra son individuales, con la posibilidad de convertirse en críticos, y cada box cuenta con un panel táctil de control independiente, zona de lavabo,
tres sistemas de iluminación, grúa de movilización de pacientes, filtración HEPA y dos controles de Enfermería.
Los ingenieros han reflexionado sobre la importancia de la UCRI en el hospital, especialmente tras la pandemia provocada por el coronavirus Covid-19.
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La experiencia del Hospital Gregorio Marañón
José Luis Cantarero, ingeniero responsable de Instalaciones e Ingeniería del Hospital General Gregorio Marañón, ha explicado a los ponentes la experiencia de su centro sanitario con
la creación y rediseño de las UCRI. En este caso, fueron capaces de adaptar una biblioteca en una unidad de cuidado de respiratorio, pasando a sumar 24 nuevas camas en menos de dos días gracias a la rehabilitación de nuevos espacios como los gimnasios.
“Más adelante, fuimos capaces de remodelar esta unidad y, tras dos meses de obras, conseguimos hacer una UCI con todo lujo de detalles. Las
diferencias sustanciales entre la UCRI y la UCI realizadas fueron, principalmente, la instalación de climatización para zonas críticas y la
instalación eléctrica de seguridad”, ha asegurado.
Construir una UCRI como “si fuese una casa”
Finalmente,
José Carlos Igeño, médico intensivista y coordinador del Grupo de Trabajo de Planificación, Organización y Gestión de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), ha reclamado
“construir las UCRI como si fueran una casa”, ya que especialistas médicos como este perfil pasan muchas horas en su interior. “Acertar en el diseño de un servicio hospitalario pasa por preguntar a los profesionales que trabajan dentro de él. Si se preguntara antes de construir a los sanitarios,
ahorraríamos en costes y en disgustos”, ha aseverado Igeño.
De hecho, el experto ha reclamado ampliar el tamaño necesario de este tipo de unidades, de los 12 metros cuadrados que suelen tener las UCRI en la actualidad, a los 25 que necesitan. Pero no solo el tamaño. Estos espacios hospitalarios también deben contar con
una “infraestructura humanizada”: con sala de boxes de críticos, semicríticos o cuidados intermedios; boxes de aislamiento con esclusas, descanso para el personal, información para familiares, despachos de trabajo, control de Enfermería, zona de rehabilitación, dormitorios, salas de reuniones/docencia, Farmacia, etc.
“Recomiendo a la gente
pasar 24 horas como médicos o como pacientes para entender cómo son estas unidades y cómo se trabajan en ellas”, ha manifestado.
Juan Manuel Fernández, jefe de Sección de Nacional de Redacción Médica; José Luis Cantarero, ingeniero responsable de Instalaciones e Ingeniería del Hospital General Gregorio Marañón; Beatriz Blanco, jefa del Servicio de Ingeniería, Tecnología y Obras del Hospital Ramón y Cajal; Agustín Ortega, Graciliano Estrada, jefe del Servicio de Neumología del Hospital de Segovia; y José Carlos Igeño, médico intensivista y coordinador del Grupo de Trabajo de Planificación, Organización y Gestión de Semicyuc.
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