El subdirector de Ingeniería, Inversiones y Mantenimiento del Hospital Virgen del Rocío, José Luis Arjona.
Parecen conceptos alejados, pero la Ingeniería Hospitalaria cada vez está más ligada a la humanización. Uno de los últimos casos ha sido el hospital Virgen del Rocío en Andalucía, donde el consejero de Salud y Familias,
Jesús Aguirre acaba de inaugurar
13 boxes infantiles más una sala de curas y de atención de emergencias separados por mamparas de cristal y decorados con motivos infantiles. Una sencilla solución para favorecer la luminosidad, aportar mayor intimidad, y conseguir un mejor control sanitario de los pacientes.
Redacción Médica ha entrevistado a
José Luis Arjona, subdirector de Ingeniería, Inversiones y Mantenimiento del Hospital Universitario Virgen del Rocío para que explique en qué ha consistido el proyecto así como la relación entre Ingeniería y humanización.
¿Cómo se aborda la relación entre la Ingeniería Hospitalaria y la humanización?
Todos los proyectos de reforma que se llevan a cabo en el Hospital Virgen del Rocío, tienen un diseño funcional que cuenta con toda la parte asistencial y técnica que puede ser de relevancia en el proyecto. Nos sentamos a la misma mesa arquitectos, ingenieros, el área de mantenimiento del hospital, así como los médicos y la enfermería, que son quienes empiezan a aportarnos la primera visión de qué es lo que necesitan los pacientes. Al final lo que buscamos todos es que el hospital se convierta en un entorno más amigable y parecido al ambiente familiar. De ahí surge el proyecto y las cuestiones que vamos a tener en cuenta. Después se pone en marcha el proceso de contratación y, durante la obra, lógicamente, hacemos un seguimiento de todos esos aspectos.
¿Y en este caso particular?
En cuanto a la situación de Infantil, queríamos tener áreas individuales en los box de Urgencias. Normalmente nos encontramos con áreas comunes separadas con cortinas, por ejemplo, pero en este caso queríamos tener unos boxes individualizados, pero a través de mamparas de cristal, que por un lado aportan mucha intimidad, pero no rompen con la luz ni con el entorno, logrando un ambiente mucho más amigable.
Uno de los box infantiles
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Después empezamos a trabajar el tema de los colores con los arquitectos. Buscamos qué colores son menos duros, menos agresivos, para los niños y buscamos una gama que fuera más neutra y con vinilos decorativos. Buscamos crear un ambiente más acogedor tanto para los familiares como para los pacientes.
Pasamos de una estructura antigua, basadas en paredes hechas de pladur, a unas separaciones de cristal, que permiten una mayor intimidad a la vez que una mayor seguridad al tener un control central de Enfermería que permite una visualización y una monitorización constante de los pacientes. Hemos integrado esos dos aspectos, la seguridad asistencial y los elementos que transforman el ambiente y lo hacen más acogedor. Ese es nuestro reto y nuestro compromiso, seguir apostando por la calidad y la seguridad a la vez que creamos un ambiente mejor.
¿De dónde parten estas iniciativas? ¿De los planes de humanización o de los Servicios de Ingeniería?
De ambas partes. Lógicamente el apoyo institucional es fundamental. Porque los ingenieros quieren ir introduciendo nuevos materiales, pero a lo mejor son un poco más costosos y requieren un análisis mayor. De ahí que tener el apoyo desde arriba para este tipo de proyectos sea fundamental. En todo caso, cada vez más, los estudios de arquitectura y las nuevas generaciones de arquitectos e ingenieros vamos pensando en que queremos un hospital más amable y que se parezca más a nuestras casas. Especialmente en un hospital infantil como en el caso del Virgen del Rocío, porque con los niños todo es más especial, aunque contamos con este punto de vista en todos los proyectos.
Imagen del proyecto "La azotea azul"
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¿Qué más proyectos de humanización hay ahora mismo en el Virgen del Rocío?
En el mismo Hospital Infantil tenemos ahora un proyecto colaborativo con una fundación sin ánimo de lucro que ha promovido la realización de una azotea de uso lúdico-terapéutico para los niños, que se llama “La azotea azul”. En muy poco tiempo vamos a poner en marcha el proyecto que hemos realizado con la Fundación El Gancho Infantil, puesto que ya han recabado la financiación. Con este paso adelante del Hospital para aprobar este tipo de iniciativas, se consigue crear un espacio más humano. Para eso necesitamos un apoyo institucional importante, sobre todo en los casos de colaboración con fundaciones, por ejemplo.
Dentro del Hospital General hemos llevado a cabo una serie de actuaciones individualizadas en pacientes de hematología o de oncología a los que les hemos cambiado el entorno de la habitación, utilizando una serie de materiales, de acabados y baños asistidos, que faciliten la accesibilidad.
También vamos a llevar a cabo una actuación en la plaza que cubre el aljibe del hospital, que es un terreno un que no tenía uso y se va a reconvertir en un espacio adaptado a los niños y sus familiares.
¿Hay ‘barreras’ para que la Ingeniería pueda desarrollar una labor de humanización?
Creo que ya es más bien al contrario: se promueven más iniciativas de reforma de zonas tendiendo a que haya cada vez zonas más humanas. De ahí que cada vez que se afronta la reforma de una zona antigua tengamos una nueva oportunidad.
Los nuevos boxes del Virgen del Rocío
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