Elena García Armada es creadora del primer exoesqueleto biónico para niños, que estará disponible en hospitales públicos

Elena García Armada, investigadora del CSIC, ha creado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños que podrá utilizarse en algunos hospitales públicos de la Comunidad de Madrid
Elena García Armada


25 mar. 2023 15:30H
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Volver a caminar. Esto es lo que pueden y podrán hacer cada vez más niños con enfermedades neurodegenerativas gracias al exoesqueleto pediátrico creado por Elena García Armada. Una simbiosis perfecta entre la máquina y el humano. Las numerosas demandas para cerar un dispositivo adaptado a niños fue lo que llevó a su grupo de trabajo en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a crear un prototipo que ocho años más tarde vería la luz en el mercado bajo el paraguas de la empresa Marsi Bioncs.

El camino para llegar hasta aquí no ha sido tarea fácil, explica, debido a las dificultades para conseguir financiación pública o privada, y al largo proceso de apribación por parte de las autoridades sanitarias. Aun así la recompensa sigue siendo muy alta: ofrecer a los más pequeños un despertar cognitivo. Orgullosa del impacto real que tiene su vocación ingeniera en la calidad de vida de los pacientes, García Armada ve crucial equilibrar el número de hombres y mujeres en el sector si se pretende hacer funcionar los engranajes a la perfección. 

En 2009, los caminos de Daniela y Elena se cruzaban. Lo que entonces no sabía esta niña de nueve años, es que su caso de paraplejia inspiraría a la ingeniera industrial, de 38, en la lucha contra los efectos de las enfermedades neuromusculares degenerativas. Y así fue como, una década después surgía ATLAS 2030, el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños . Hasta su fábrica hemos trasladado los micrófonos de Redacción Médica para conocer un poquito más de cerca a la ‘inventora europea del año’ y responsable del proyecto, Elena García Armada, en esta entrevista para el pódcast 'Líderes Sanitarias'

¿Qué significa que este invento lleve su propia firma?

Bueno, evidentemente es un orgullo tremendo. Por un lado como investigadora, como científica, para mí no hay nada que pueda tener más sentido que los resultados de una investigación realmente puedan puedan llegar a utilizarse. Sobre todo cuando hablamos de una investigación que se enfoca en resolver los retos sociales, evidentemente esto tiene que llegar a la sociedad y tener un sentido. Entonces, como investigadora científica, desde luego es un orgullo y un colofón para mi carrera

¿Cómo funciona exactamente este dispositivo?

Pues el exoesqueleto es un robot que se acopla al cuerpo de una persona que no puede caminar. Es, digamos, la integración perfecta entre humano y máquina, cada uno aporta lo mejor de sí mismo. En este caso, los robots lo que aportan es la fuerza y la precisión de movimientos y se acoplan a una persona, la que precisamente tiene un déficit de movilidad o de fuerza. Es un robot con unas articulaciones motorizadas, capaz de interpretar la intención de movimiento y generar ese patrón de marcha. Y la principal diferencia con otros dispositivos es que en esas articulaciones -que funcionan en paralelo a las humanas-  no tenemos simplemente motores, sino que tenemos músculos artificiales que son como pequeños robots en sí mismos que imitan el funcionamiento versátil del músculo natural. A simple vista, lo que se percibe es que las articulaciones son elásticas: tienen elementos elásticos a modo de tendones, y esto es lo que nos permite realmente que el dispositivo sea adaptable a enfermedades complejas con una sintomatología compleja típica de, por ejemplo, las parálisis cerebrales espásticas

¿Y qué beneficios tiene para la recuperación del paciente

El primer beneficio es que, al estar indicado a este tipo de pacientes, estos pacientes van a poder caminar. Caminar es una terapia en sí misma, y de hecho el entrenamiento de la marcha se utiliza normalmente en enfermedades de origen neurológico y neuromusculares. Al caminar se tonifica la musculatura, para aquellas patologías que causan degeneracióno debilidad muscular, la están ejercitando, se están ampliando los rangos de movimiento articular... O sea que todo esto es el efecto de caminar. Luego ya podemos hablar de que además tonifican una musculatura no solo en las piernas, donde va el dispositivo, sino la musculatura torácica que sustenta la espalda. Eso tiene ya efectos en los problemas de escoliosis, que son típicos en el 80 o 90 por ciento de estas patologías. Pero más allá de todo eso, el exoesqueleto además es una herramienta que permite al paciente interaccionar con su entorno, con lo cual va a poder realizar otro tipo de actividades bimanuales utilizando sus brazos, sus manos, ejercitando brazos, tronco... Y luego el impacto psicológico que tiene todo esto en una persona, que directamente está generado por una motivación del paciente. Esa motivación afecta muchísimo a la neuro-rehabilitación.

Al final la plasticidad de nuestro cerebro está ahí, pero el potenciarla y el poder aprovecharla adecuadamente para una buena neuro-rehabilitación depende no sólo de un ejercicio físico adecuado y repetitivo, sino de una motivación del paciente, de que el paciente esté realmente inmerso en esa actividades, que ponga toda su atención y que tenga un significado para esta persona. Todo eso lo conseguimos con un exoesqueleto que permite al paciente interaccionar con el entorno y estar plenamente motivado. Al final los padres nos lo describen, en el caso de los niños, como un despertar cognitivo.


"La plasticidad del cerebro está ahí, pero potenciarla y aprovecharla depende de un ejercicio físico adecuado y de la motivación del paciente" 



Daniela ha sido la precursora de todo lo que ha venido después. ¿Cómo fue conocerla? 

Bueno, fue muy bonito el día que probamos el exoesqueleto por primera vez. Era un prototipo de investigación, no era el dispositivo comercial que tenemos ahora, lógicamente, pero fue muy bonito ese día. Vino  con toda su familia y experimentamos por primera vez aquello que venimos experimentando luego, cada vez que se sube un nuevo niño al exoesqueleto, esos momentos primero de sorpresa, después de felicidad y luego toda la familia con esos comentarios de: "ah mira, vemos cómo es de alta Daniela". La verdad es que son momentos muy emocionantes y que como digo se han ido repitiendo después, pero aquella fue la primera. 

¿Y ella ha podido probar el modelo actual de este dispositivo?

El dispositivo Atlas comercial no, porque Daniela ahora tiene 19 años. Ya es adulta y por tanto se le ha quedado pequeño. Probará los dispositivos para adultos que estamos desarrollando.

El proyecto comenzaba su puesta en marcha en 2013 y sin embargo no ha sido hasta 2021 cuando veía la luz el primer modelo, ocho años después. ¿A qué se debe este periodo tan largo? ¿Cuáles han sido las mayores dificultades en el proceso? 

Pues hay muchos factores que influyen en este proceso. Lo primero es que es una tecnología pionera, compleja, en el sentido de que no existía en aquel momento una industria que pudiera introducirla directamente en sus procesos productivos y por lo tanto teníamos que crear la empresa y todos sus procesos para poder transferir esta tecnología a la sociedad. La segunda es que además es un producto sanitario. Al ser un producto sanitario, hay una directiva internacional por la que se rige cualquier producto sanitario y por tanto habría que reindustrializar, rediseñar todo el prototipo que se había diseñado con una funcionalidad, pero no se había diseñado pensando en esa directiva. Para eso está el proceso de transferencia de tecnología. Eso hace que el proceso de transferencia sea un poquito más complejo y más costoso. Hay que crear un equipo multidisciplinar que no solo está formado por ingenieros, sino que tenemos que tener un equipo clínico, un equipo de calidad... Hay que certificar a la propia empresa como fabricante de producto sanitario e incluso también dentro de las normas de calidad.

Al final, todo ello converge en que hay que crear una empresa, tener un equipo suficientemente cualificado en cada uno de estos procesos, y para todo esto hace falta financiación, lógicamente, una inversión. Quizá ha sido, dentro de todas las dificultades que comento, la mayor de todas. La falta de financiación ha sido una constante. El hecho de ser un producto tan novedoso, con un mercado que todavía es un poco de nicho, pues hace que el capital privado lo perciba con un altísimo riesgo y entonces se espere a minimizar el riesgo de que el dispositivo llegue al mercado. Entonces hay un proceso desde que surge el prototipo inicial de la idea y se prueba con Daniela hasta que realmente obtenemos el marcado CEE y dispositivo empieza a comercializarse, hay un periodo en el que no hay financiació y tenemos que recurrir a financiación pública y alternativa. Y el problema es que las cantidades de financiación y de inversión que requiere una empresa de tecnología en el sector salud son muy elevadas para los procesos de financiación pública que existen en nuestro país.

Y finalmente fue la Comisión Europea gracias al instrumento PYME, que es uno de los programas que tiene la Comisión Europea precisamente para para potenciar y conceder a las pymes que van a conformar la Europa del futuro. Pues recibimos esa ayuda que no ha sido el total de todo lo que necesitamos, al final lo hemos ido completando con las diferentes ayudas, pero finalmente hemos conseguido completar el proceso. Pero ha sido quizá la parte más complicada de todo, la financiación. 


"La inversión que requiere una empresa de tecnología en el sector salud es muy elevada para los procesos de financiación pública que existen en nuestro país"




Podríamos decir entonces que pasado todo este tiempo, obtener financiación pública sigue siendo el mayor reto ahora mismo...

Bueno, ha cambiado muchísimo la perspectiva. Yo te hablo del año 2013 y han pasado diez años y las políticas públicas para la transferencia de tecnología han mejorado bastante y también el capital riesgo. Es decir, ahora existen fondos de inversión muy especializados precisamente en proyectos de nicho, en proyectos que nacen de base tecnológica. Nosotros no tuvimos esa suerte. ¿Es suficiente con lo que hay? Yo creo que todavía le falta un poquito, creo que se está trabajando en el buen camino. Todas las políticas, incluso el capital riesgo, tanto el público como el privado, se basan en estándares, y no todos los proyectos de base tecnológica ni todos los proyectos empresariales tienen las mismas necesidades ni los mismos recorridos. Yo diría que no hay dos proyectos iguales, realmente, pero aún así, si queremos establecer unos patrones, estamos hablando de empresas intensivas en capital, con lo cual, con un café para todos, probablemente lo que estemos haciendo es condenar precisamente a las empresas que curiosamente son las que tienen mayor potencial para generar el crecimiento económico del país. 

¿Todo este entramado financiero y burocrático sería motivo por el que creó Marsi Bionics o habría alguna otra razón?

La principal razón por la que creé Marsi Bionics fue porque hubo una demanda internacional de familias, de médicos, de pacientes de todo el mundo que querían comprar un producto que en ese momento no era un producto, era un prototipo de investigación. Y que tras intentar hacer una transferencia de esa tecnología utilizando las vías más convencionales, que es a través de la licencia de la tecnología a otras empresas, aquello no funcionó por lo que digo: había un gap importante entre la tecnología que teníamos y el tejido empresarial en ese momento. Y tenía dos opciones: cerrar ese prototipo en un armario y dedicarme otra cosa, mirar para otro lado, o intentarlo. Y decidí intentarlo.

¿Podríamos decir que la cadena está defectuosa, es decir, que todavía cuesta trasladar esos logros científicos al terreno clínico?

No me atrevería a decir defectuosa, en el sentido de que evidentemente son unos procedimientos que velan por la seguridad del paciente y por tanto tienen una razón de ser. Ahora, tiene que haber una manera de actualizarlo, modernizarlo y adaptarlo a la inclusión de nuevas tecnologías. Eso es totalmente necesario

Hablábamos antes de que este prototipo ayuda a los niños a caminar durante las sesiones de rehabilitación. ¿Es este el punto de partida hacia un sustituto de la silla de ruedas que se pueda utilizar en el día a día?

Es un punto de partida a la inclusión de esta tecnología en el día a día, que es la demanda real de las familias y la necesidad de todos estos niños: el poder incorporar el esqueleto en su día a día, en su casa, llevarlo al colegio y demás. ¿De ahí a sustituir por completo la silla de ruedas?Ya se verá. Creo que son dos ayudas técnicas a la movilidad que cumplen funciones diferentes: el exoesqueleto aporta una neuro-rehabilitación integrada en esa ayuda a la movilidad y además permite al niño valerse por sí mismo en actividades de carácter personal, como asearse, y en el 'tú a tú' con otras personas, que también tiene un impacto psicológico muy importante el estar de pie a la misma altura de otras personas. Quizá la capacidad de moverse de un lado a otro con una velocidad determinada pasa a un segundo plano en el caso de un exoesqueleto, digamos que tiene una faceta más de salud, más personal y de socializar, cosas que la silla de ruedas no tiene.

Yo creo que las dos principales carencias de una silla de ruedas son estas dos: el aporte en cuanto a la rehabilitación, que tiene el efecto contrario, una silla de ruedas lo que hace es tener a una persona en sedestación permanente e inmovilizado, con lo cual precisamente tiene el efecto contrario a lo que a lo que consigue el exoesqueleto. Y por otro lado, esa integración personal, la silla de ruedas por el estar sentado dificulta muchísimo esa interacción. Con lo cual digamos que mejora tremendamente y su principal característica es precisamente esa, incide en esos aspectos, pero bueno una persona no se va a poner un exoesqueleto para ir corriendo de un sitio a otro, para eso va a coger una silla de ruedas, que va a ser muchísimo más rápida. Entonces, probablemente la integración de ambas ayudas técnicas pueda ser lo óptimo. Ya se verá. 

Podemos hablar y hablamos de éxito en el primer año de Atlas en el mercado. ¿Cuál es el premio o el reconocimiento del que se siente más orgullosa?

Eso es muy difícil porque todos los premios que hemos recibido son de diferentes vertientes y de alguna manera reflejan la multidisciplinariedad de este proyecto. El impacto social que tiene se puede medir por los premios, por grandes fundaciones, como la Medalla de Oro de Cruz Roja o el disco del Discarnet de la Fundación Once y otros premios que nos han llegado de otras asociaciones de pacientes que reflejan ese impacto social tan importante y que es nuestra razón de ser, con lo cual son importantísimos. Luego están los premios desde la vertiente más tecnológica, como puede ser el premio de la Oficina Europea de Patentes, que reflejan el diferencial que tiene la tecnología respecto de otras tecnologías de exoesqueletos.

Hay personas que piensan que todos los esqueletos son los mismos. Igual que no es lo mismo un coche que otro, no es lo mismo un exoesqueleto que otro, son diferentes, aunque sean exoesqueletos. Y ese premio, por ejemplo, es importantísimo para nosotros porque está destacando nuestra tecnología respecto de otras tecnologías de exoesqueletos a nivel internacional, con lo cual es un premio muy importante, pero no lo puedo comparar con los del impacto social. Son premios diferentes y todos ellos importantísimos. Entonces es muy difícil realmente poner uno de ellos en valor respecto de otros. Estamos tremendamente orgullosos de cada uno de los premios que recibimos, porque todos tienen un significado para nosotros. 

Queríamos preguntarle por ese galardón de la Oficina Europea de Patentes, el Premio Inventor Europeo 2022. ¿Qué supone que en este caso lleve la firma de una mujer?

Como decía, supone por un lado un orgullo, porque recibimos un reconocimiento de una entidad tan importante como es la Oficina Europea de Patentes respecto del diferencial de nuestra tecnología. Yo pondría en valor eso tremendamente. Y luego el hecho de que lo reciba una mujer, pues es una forma de visibilizar, desde luego, y llegar a las nuevas generaciones. Precisamente ahora que la ingeniería va un poquito en declive en cuanto a los intereses o las elecciones por parte de las nuevas generaciones, tanto de chicas como de chicos, pero especialmente de chicas. Sí que es una manera de visibilizar dos cosas: primero, que la ingeniería también es femenina y segundo, y creo que es muy importante para estas nuevas generaciones, para qué sirve la ingeniería, el impacto que tiene la ingeniería en la mejora de la calidad de vida de las personas, en el cuidado de las personas y en el progreso de nuestra sociedad. Yo creo que eso es muy importante para las nuevas generaciones. 

¿Se necesitan entonces más mujeres ingenieras?

Se necesitan más mujeres en todos los ámbitos. Yo siempre digo que se nota muchísimo en los equipos cuando se consigue ese balance de género. Ese balance de género que a veces pueda parecer caprichoso, y yo tengo que decir que cuando se consigue el equilibrio se nota muchísimo porque los equipos de trabajo funcionan de forma óptima. Es algo totalmente independiente de las competencias y las capacidades, yodos tenemos competencias y capacidades estupendas, pero la forma en la que trabajamos es diferente. La forma en la que enfocamos el trabajo es diferente y por tanto, en el momento en que se consigue esa integración y ese balance, realmente es como si las ruedas engranaran perfectamente y se consigue un trabajo muchísimo más eficiente y óptimo. 

¿Ese desequilibrio numérico del que hablamos entre hombres y mujeres dificulta también el ascenso de las mujeres a puestos de altos cargos o de altos mandos?

Sí, desde luego,ahí están los techos de cristal, efectivamente. Tenemos que romperlos y conseguir que en las tomas de decisión exista ese equilibrio y ese balance de género, precisamente para poder interpretar y poder juzgar adecuadamente los nuevos ascensos. Cuando en un diálogo entre una persona, entre una mujer y un panel sólo de hombres, la información o la o la conversación no llega adecuadamente, es muy difícil que el otro lado pueda tomar una decisión adecuada, en todos los ámbitos es muy importante. Yo lo he notado por ejemplo, en los problemas de inversión que hemos tenido en la empresa: muchos de ellos han tenido mucho que ver con que los fondos de inversión están muy masculinizados. El lenguaje con el que una mujer cuenta un proyecto es completamente diferente al lenguaje con el que lo cuenta un hombre, y ellos están acostumbrados a eso, a un lenguaje diferente. Entonces no se evalúa adecuadamente el proyecto. Es necesario que en el otro lado haya mujeres que entiendan el lenguaje y la forma de comunicar el proyecto, en todos los ámbitos.

¿Qué inventos o medidas harían falta en el caso de la ingeniería y de la sanidad para avanzar en materia de igualdad? 

Pues desde la tecnología no se me ocurre realmente. Yo creo que todo lo que hay que avanzar tiene que ser más en materia sociopolítica, en la inclusión de una serie de soluciones que rompan esos techos de cristal, las barreras que nos encontramos las mujeres y, sobre todo, los temas de conciliación que no están resueltos ni de lejos. A día de hoy la conciliación se está convirtiendo en que tenemos que hacer absolutamente todo, más allá de entender y de amoldar y de flexibilizar toda la realidad. Yo creo que ahí es donde hay que trabajar, sobre todo, en el ámbito sociopolítico, más que en el tecnológico.

Hablábamos antes de esos proyectos paralelos para modelos en adultos. ¿En qué fase está este proceso?

Ya tenemos comercializado un dispositivo para adultos, un exoesqueleto para la rehabilitación de la rodilla  que se está utilizando, por ejemplo, para la rehabilitación después de una cirugía de prótesis de rodilla con unos resultados impresionantes. Se están acortando los tiempos de rehabilitación en un 60 por ciento, es decir, se están rehabilitando en solo nueve o diez sesiones pacientes que necesitaban antes tres meses para rehabilitarse y, sobre todo, con un postoperatorio increíblemente mejor de lo que había antes con ausencia de dolor, que es lo que a nosotros nos reportan los pacientes. Nos llaman para agradecernos precisamente que una rehabilitación que era dolorosa,  se ha convertido en algo muchísimo más asumible. Y estamos ahora desarrollando nuevos dispositivos, pensando en ehabilitración neurológica como el Atlas, pero para adultos y que ya se anunciara. Pero también tiene unos diferenciales tecnológicos significativos respecto de todo lo que hay ahora mismo en el mercado. 

Al final, dedicar horas y horas a todos estos proyectos no habrá sido tarea fácil...

Bueno, al final el éxito se mide en esfuerzo, dedicación, empeño y resiliencia. Todo es trabajo, trabajoy trabajo y bueno, pues repartir el tiempo de la mejor manera que uno puede entre familia, trabajo y sueño. 

¿A qué dedica ese poco tiempo libre que le queda? 

Bueno, yo tengo mis hobbys a los que no puedo renunciar de ninguna manera, porque además son lo que me da la energía para poder tener esta resiliencia que dicen que me caracteriza. Y uno de ellos es la música.

¿Tenía claro desde joven que lo suyo era la robótica?

Lo tenía claro desde los 17 años. Antes no tenía claro que la robótica fuera mi mi futuro, de hecho, iba más hacia hacia las artes. Pero sí, encontré en la robótica dónde podían converger por un lado mi faceta creativa y por otro lado, pues la lógico matemática, que también me gustaban mucho las matemáticas, la física y darle vida a algo que en principio no la tenía, la verdad es que me cautivaba. A partir de ese momento, sí que lo tuve claro y entonces ya busqué cuál era la carrera, cuál era la especialidad, cuál era el doctorado y todo lo encaminé muy dirigido.

¿Qué supone a nivel personal utilizar los conocimientos en este campo para hacer un bien social como es ayudar a niños con discapacidad motora por causas cerebrales o con una atrofia muscular espinal?

Pues realmente lo es todo: es toda la motivación y toda la energía para el desarrollo de la tecnología. Yo, como investigadora, ahora mismo no podría volver al mundo de la investigación científica sin este 'para qué', sin esta motivación. Para mí, ahora mismo lo es todo. El poder cambiar la vida de personas desde mi conocimiento, desde mi tecnología, desde mi trabajo y el trabajo de todo mi equipo, lo es todo.

¿Qué avances cree que podrán ver estos pacientes de aquí a diez años?

No lo sé. La tecnología va hacia estar cada vez más inmersa en el cuerpo para completar esas funciones de una forma cada vez más integrada y menos artificial, aunque seguirá siendo artificial, lógicamente. Yo veo la tecnología cada vez más integrada y menos perceptible, hasta introducirdédola dentro del cuerpo. Desde un punto de vista sensorial, el poder ser capaces de comunicarnos directamente con los propios receptores sensoriales y la propia actividad neurológica de la persona, hasta el punto de que una persona que ha perdido una mano sea capaz de, con una mano artificial, percibir perfectamente la sensación de tacto, no sólo poder manipular. Y desde un punto de vista de deambulación, pues que un exoesqueleto sea algo que si son músculos artificiales ahora mismo fuera del cuerpo, pues que lo puedan ser dentro. Esto se tropieza mucho con la con la ética, con con el transhumanismo y veremos un poco hacia dónde nos conduce la tecnología y la sociedad. 

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