Sede de Grifols.
Retomar los
eventos masivos, especialmente aquellos celebrados en espacios interiores, es algo que todavía genera reticencias entre los expertos cuando se trata de
levantar restricciones. Dos estudios llevados a cabo por investigadores españoles en
Cataluña, uno en diciembre y otro en marzo, confirmaron la
seguridad de los conciertos multitudinarios, lo cual, podría abrir la puerta a "reiniciar las actividades culturales paralizadas en pandemia".
En ambos experimentos se implementó una "intervención preventiva" mediante la
realización de test de Covid-19 de forma masiva a todos los participantes antes de cada evento. En la primera de ellas, llevada a cabo en la Sala Apolo, se combinaron
test de antígenos y el test molecular (TMA) desarrollado por
Grifols.
Al margen del número reducido de contagios que se detectaron en seguimientos posteriores, el estudio de la prueba, publicado en
The Lancet, sugiere que las técnicas de alta sensibilidad como el TMA "no son adecuadas como
herramientas de detección para crear entornos seguros en este tipo de eventos". ¿El motivo? Según los hallazgos del experimento, este tipo de test puede llegar a
excluir a las personas que han pasado el Covid-19 semanas o meses antes de la prueba. También demuestra un menor nivel de sensibilidad frente a aquellas que se han recuperado y ya no tienen el potencial de transmitir el virus.
28 'falsos positivos' de Covid con el test molecular
En la primera parte del ensayo, realizado por facultativos e investigadores del
Hospital Gemans Trias i Pujol y del Instituto Catalán de Salud, un 3 por ciento de los participantes dieron positivo en TMA a pesar de arrojar un resultado negativo en antígenos. Los resultados positivos de TMA, reportados entre las 24 y 48 horas posteriores al evento, se cotejaron con una
segunda PCR. Esta prueba fue positiva en un caso en cada grupo y el c
ultivo viral celular fue negativo en todos los casos.
A 24 horas de conocer los resultados, uno de los médicos del estudio se puso en contacto con todas las personas que habían dado positivo de TMA y examinó sus registros médicos para identificar la fecha exacta de una prueba de diagnóstico anterior de SARS-CoV-2 positiva.
Aunque los 960 participantes dieron negativo en la prueba de antígenos inicial, 28 de ellos, 13 en el grupo experimental y 15 en el grupo de control, salieron
positivos al realizarles el test de Grifols. La revisión de su historial reveló que todos ellos habían sido
diagnosticados de Covid en los 52 días previos al evento, y, por lo tanto, no tenían potencial de transmisión viral. Algunos de los participantes habían dado positivo, confirmado mediante prueba diagnóstica, hasta 5 meses antes, incluso.
Todos los hisopos con resultados positivos de TMA se evaluaron para el aislamiento viral en cultivo celular. También se visitó a cada uno de ellos 8 días después del evento para la recolección de pruebas nasofaríngeos y una segunda prueba de TMA. Los resultados revelaron
dos únicos contagios en el grupo de control y ninguno entre aquellos que asistieron al evento. En un cuestionario epidemiológico se averiguó que uno de ellos ya había sido diagnosticado 4 días después de que ocurriera la asignación al azar.
Antígenos, válidos para descartar contagios "en las horas posteriores"
A modo de conclusión, los investigadores señalan las múltiples ventajas que ofrece el uso de test de antígenos para la detección de contagios en este tipo de eventos multitudinarios frente a las pruebas de
amplificación de ácido nucleico (NAAT), más allá de la reducción en los tiempos de respuesta. No obstante, "la baja sensibilidad analítica de estas pruebas y la dinámica de la infección por SARS-CoV-2 sugieren que un resultado negativo con antígenos solo puede
descartar la posibilidad de transmitir el virus en las pocas horas posteriores a la prueba", advierten.
El problema de las pruebas NAAT, por tanto, tiene que ver con su baja capacidad de detectar positivos en muestras respiratorias de individuos que ya han padecido previamente la enfermdad, o que no tienen capacidad infecciosa. En el caso de los test TMA, el límite de detección es 83 veces menor que una PCR
a la hora de identificar el ARN del virus meses después de la infección.
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