Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Las negociaciones para el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) entre la Unión Europea y Estados Unidos siguen adelante, a pesar de que el tratado sigue generando desconfianza y recelos en la sociedad europea, representada por diferentes colectivos de presión europeos como el Corporate Europe Observatory o grupos políticos en el Parlamento Europeo, que han sido protagonistas de protestas en Bruselas y otras capitales del viejo continente.
Cecilia Malmström.
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Con todo, para Cecilia Malmström, comisaria de Comercio de la Comisión Europea, son más los aspectos que UE y Estados Unidos tienen en común que los que los separan. Como ejemplo de esta tesis ha puesto la regulación correspondiente a medicamentos y tecnología médica, “que es muy similar” en ambos territorios.
Y, de hecho, ha asegurado que en “algunos casos, los reglamentos estadounidenses son incluso más duros” que los europeos, ha indicado la comisaria. “Es algo que hemos aprendido bien durante las últimas semanas”. Por ello, al ámbito del medicamento y de la tecnología sanitaria (sectores que han sido los menos sujetos a polémica de la negociación durante los últimos meses), ha considerado Malmström, son de los que más se pueden beneficiar del TTIP.
Para ilustrar esta afirmación, ha puesto de ejemplo la comercialización de Gynius, un equipo de screening ginecológico que localiza señales tempranas de cáncer de cervix que produce una compañía sueca, a la que le fue difícil lograr la aprobación de la FDA en Estados Unidos. "El TTIP podría haber hecho esto mucho más sencillo, porque queremos que los datos que las compañías tengan que presentar para comercializar sus productos sean más compatibles":
Insiste en que no afectará a la atención sanitaria
Malmström ha abordado esta cuestión durante su intervención en la apertura de la 11ª ronda de negociaciones del TTIP, este lunes en Brujas . En sus palabras también ha reconocido la existencia de “las preocupaciones sobre si el tratado afectará a servicios públicos como la sanidad o la educación”.
Aunque ha indicado que la Comisión da la bienvenida a cualquier tipo de debate, se ha apresurado a asegurar que “ningún cambio que llegue por el TTIP cambiará como se tratan las enfermedades de los ciudadanos en la UE o restringirá cómo elegimos cómo abordarlas”.
En este sentido, ha afirmado que ningún tratado “disminuirá los niveles de protección laboral, medioambiental, social y del consumidor”, y en todo caso apuesta por mejorar las legislaciones correspondientes para endurecerlas más.
Asimismo, llama a concluir cuanto antes las negociaciones correspondientes tanto al TTIP, el acuerdo de libre comercio con Japón y la de inversión con China, y anuncia que su comisión va a pedir permiso para abrir conversaciones con Australia y Nueva Zelanda.
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