Boehringer Ingelheim ha impulsado el informe
'Modelos Asistenciales de atención al paciente con Insuficiente Cardiaca' (MAIC), con el que pretende favorecer una mayor calidad de vida a los pacientes y, a su vez, promover
modelos asistenciales eficientes y sostenibles para el sistema.
El documento ha contado con el trabajo de un grupo multidisciplinar de expertos, que han considerado que la gestión actual de la IC puede reformularse para alcanzar una mayor eficiencia. En España, según los profesionales sanitarios y gestores clínicos,
el coste estimado de la IC se acerca a los 2.500 millones de euros al año; lo que representa el 3,8 por ciento del gasto sanitario total, un 1,3 por ciento por encima de la media mundial. Concretamente, los costes hospitalarios en España requieren
casi 470 millones de euros al año. Cada paciente con IC precisa de media una inversión de 6.500 euros anuales.
Así pues, el MAIC define las características fundamentales que debe tener un
modelo asistencial en IC para conseguir una gestión sostenible de la enfermedad. Entre ellas, se incluye un abordaje integral del paciente; la atención óptima, efectiva y adecuada a todos los perfiles de pacientes y con funciones desarrolladas según perfiles y recursos
; la continuidad asistencial, con herramientas y procesos que garantizan la coordinación entre niveles asistenciales; y que ofrezcan
mejores resultados en salud del paciente con IC extrapolables al conjunto de la población.
Atención "adecuada" al paciente con insuficiencia cardiaca
Para la compañía, estos aspectos deben aplicarse en los distintos niveles de salud y conseguir una alineación total entre ellos, que asegure una atención adecuada del paciente en todas sus etapas. A nivel macro, la gestión de la IC se contemplaría, por ejemplo, en los
planes de salud de las comunidades autónomas o en programas generales de atención al paciente crónico.
"Se debe apostar por modelos de gestión transversales con una perspectiva amplia que abarque todas las etapas de la IC, desde la prevención hasta la atención al final de vida, y que cuente con todos los profesionales que pueden ayudar al paciente (médicos, enfermeras, trabajadores sociales, farmacéuticos, etc.), así como con todos los niveles asistenciales", ha comentado la adjunta a la Dirección Asistencial del Consorci Sanitari de Terrasa,
Cristina Roure.
Por último, la profesional ha agregado que los gestores clínicos tienen que ser capaces de promover un consenso local entre los actores implicados y pactar circuitos asistenciales y modelos de atención inclusivos, adaptados a las necesidades y a la vida de los pacientes. "Así, se conseguiría un modelo óptimo de gestión, que aporte resultados de valor para los pacientes, más satisfacción para los profes
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