Redacción. Madrid
La multinacional farmacéutica israelí Teva ha anunciado que ha recuperado los derechos de venta de Azilect (rasagilina) de manos de Lundbeck, por lo que comenzará a comercializar en exclusiva este fármaco contra el parkinson a partir del 1 de enero de 2016.
Carlos Teixeira, director general de Teva en España.
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Según Carlos Teixeira, director general de Teva, “la compañía sigue focalizándose en el área de Sistema Nervioso Central, y el regreso de Azilect a casa es el claro exponente de nuestra apuesta constante en el abordaje de enfermedades neurológicas”.
Con una única dosis diaria de 1mg, este fármaco (que había sido desarrollado por la propia Teva) combina el efecto modificador de la enfermedad con la eficacia en síntomas motores y no-motores. “Los pacientes tratados con él durante 12 meses mostraron un deterioro funcional menor que aquellos a quienes se les retrasó el tratamiento”, ha explicado Rainel Sánchez de la Rosa, director médico de la compañía, quien ha resaltado la importancia del tratamiento precoz con Azilect, “ya que produce un beneficio clínico a largo plazo”.
El código nacional del producto seguirá siendo el mismo (CN: 651152.7) para Azilect 1MG. 30 COMP. En cambio, sí que cambia su precio, que baja al mismo nivel que el genérico de rasagilina, con efecto inmediato desde el 14 de Diciembre de 2015, (aparecerá en los sistemas informáticos el 1 de Enero de 2016). El nuevo precio de Azilect 1 mg 30 es el siguiente: PVL, 58,5 euros, PVP, 87,81 euros, y PVP con IVA, 91,32 euros.
Situación del parkinson
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurológica crónica más frecuente en adultos de edad avanzada, después de la enfermedad de Alzheimer. Está clasificada como trastorno del movimiento derivado de la pérdida de células cerebrales productoras de dopamina.
Su prevalencia mundial se estima en cerca del 2 por ciento de las personas mayores de 65 años. Aunque tradicionalmente se ha asociado a síntomas motores (como temblor, rigidez, enlentecimiento motor, desequilibrio, marcha festinante o pérdida de la expresión facial), los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson, como síntomas depresivos, dolor, deterioro cognitivo y trastornos del sueño, pueden ser significativos. Aun no existe cura para la enfermedad, pero se disponen de distintas estrategias terapéuticas para el control motor y no motor de los síntomas. La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo y crónico, por lo que uno de los retos en un tratamiento antiparkinsoniano debe ser el efecto modificador de la enfermedad.
Lea la carta informativa que el laboratorio ha dirigido a los neurólogos españoles
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