Theresa May, primera ministra de Reino Unido.
Reino Unido está presionando para seguir bajo la
regulación farmacéutica de la Unión Europea cuando se produzca el
Brexit. Así lo indica el
Financial Times, que apunta que varios responsables políticos del gobierno inglés están moviendo la negociación en esta dirección.
De esta manera, el ejecutivo británico quiere dar respuesta a las reclamaciones realizadas por la industria nacional, que ha pedido permanecer dentro de los estándares y agencias regulatorias europeas, así como bajo el régimen de seguridad y legal del Tribunal Europeo de Justicia.
Concretamente, tres altos cargos del gobierno que dirige
Theresa May dijeron al medio inglés que el Reino Unido espera ser regulado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), incluso después de que el
órgano se mude a Ámsterdam en 2019.
Las propuestas que se están poniendo sobre la mesa pondrían partes de la economía británica bajo la jurisdicción indirecta de la Justicia europea, amenazando con violar "líneas rojas" establecidas por May en octubre de 2016.
Si no se logra la armonización regulatoria, puede haber un gran impacto para el acceso al medicamento inglés. Alrededor de 45 millones de fármacos se suministran desde el Reino Unido a otros países europeos mensualmente, mientras que otros 37 millones llegan de Europa al Reino Unido.
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