Pompeyo Viciana.
10 oct. 2016 13:50H
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Más de 120 infectólogos especialistas en VIH se han reunido este fin de semana para asistir a la reunión organizada por Gilead Sciences ‘Diálogos en VIH: La redefinición del éxito del tratamiento’, una sesión abierta donde expertos en la materia han participado y debatido sobre los últimos retos que supone la cronicidad del VIH y que afectan directamente al abordaje terapéutico de la enfermedad. Entre esos retos se encuentran la inflamación o el riesgo cardiovascular que sufren los pacientes infectados. Además, se ha puesto sobre la mesa la importancia que tiene establecer hacia dónde van las nuevas terapias ya que, a día de hoy, hay muchas alternativas posibles.
Si el diagnóstico temprano de la infección tiene beneficios individuales y de salud pública, el tratamiento lo más precoz posible aporta importantes beneficios inmunológicos y virológicos, tratamiento que, como apoyan las guías terapéuticas internacionales y nacionales, se basa en la triple terapia que sigue siendo el paradigma de eficacia clínica y seguridad.
“Llegar a la indetectabilidad en el VIH ya no es suficiente”, afirma Pompeyo Viciana, experto en enfermedades infecciosas y jefe de la sección de consultas de VIH del hospital sevillano Virgen del Rocío, quien añade que “tenemos que seguir insistiendo en que los tratamientos nuevos lo que han posibilitado es precisamente que las personas que se toman regularmente el tratamiento se mantengan sin virus circulando en su sangre. Esa indetectabilidad de los pacientes tiene dos consecuencias muy importantes: una a nivel personal del individuo, ya que estamos viendo que el hecho de tener virus circulando de forma intermitente o estar sin tratamiento va a condicionar no solo la progresión de su enfermedad sino que también se asocien otros tipo enfermedades que disminuirían o no aparecerían en el caso de seguir el tratamiento. Todos los fármacos actuales tienen esta capacidad de hacer indetectable a las personas infectadas. Por otro lado, tenemos la indetectabilidad a nivel de la población: si tenemos una población que mayoritariamente está indetectable pero que inicia rápidamente el tratamiento con este tipo de fármacos inhibidores de la integrasa, estaremos consiguiendo algo muy importante que es evitar la transmisión en el grupo de la población ya que la eficacia de estos fármacos se produce nada más tomarlos”.
“Se ha investigado personas que siguen el tratamiento y, a pesar de estar indetectables, presentan ciertos parámetros que producen una mayor incidencia, por ejemplo, de infartos, tumores no relacionado con el VIH y otras enfermedades que en principio no pensábamos que este tipo de pacientes podrían presentar a lo largo de los años a causa del VIH”, explica Viciana. “El problema es que a pesar de que la enfermedad esté indetectable, se mantiene un estado inflamatorio de baja intensidad pero persistente. Por este motivo estamos buscando qué tipo de estrategias seguir no solo para dejar el virus indetectable sino también para dar respuesta a esa inflamación que va a generar las enfermedades que inicialmente se pensaba que no estaban asociadas al VIH”.
Según Luis López Cortés, también del hospital sevillano Virgen del Rocío, “la utilización de la triple terapia en el tratamiento del VIH es la clave de la situación actual de la epidemia, la clave de cómo están viviendo los pacientes, cómo se controla la infección y de cómo la supervivencia se puede estimar igual que la población general. Se trata de todo un éxito, gracias a fármacos cada vez más potentes y con menos efectos secundarios”.
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