David Ricks, presidente de Lilly.
La farmacéutica estadounidense
Eli Lilly ha emitido un documento en que el que hace un
resumen de la situación actual de la compañía y en el que destaca que
ha suprimido el tres por ciento de su plantilla en solo un año.
De esta manera, de 2016 a 2017 la multinacional suprimió unos
1.320 puestos de trabajo, quedándose con un total de 40.655 empleados en todo el mundo (antes eran 41.975).
Sin embargo, esta cifra es solo la punta del iceberg de los planes de Lilly en el ámbito laboral. En septiembre, la compañía
anunció que se desharía de al menos un
8 por ciento de su plantilla laboral con el objetivo de reducir costes, una medida que, en aquel momento, significaba suprimir unos 3.500 puestos de trabajo.
Despidos y ahorros
Con esta estrategia, la compañia espera ahorrar unos
430 millones de euros (unos 500 millones de dólares) al año. La iniciativa forma parte de un plan para la mejora de la productividad que incluye racionalizar la estructura de costes y sus operaciones.
La multinacional estadounidense prevé que la
mayor parte del recorte provenga de un programa de jubilación anticipada voluntaria que ofrece en Estados Unidos. Además, también está cerrando una planta en Iowa y oficinas de investigación y desarrollo en Nueva Jersey y China.
De hecho, justo antes de este anuncio, la multinacional ya había informado de que
despediría a
unas 485 personas, obligada por el fracaso demostrado en ensayo clínico por solanezumab en alzheimer.
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