Severin Schwan, CEO de Roche.
14 jun. 2016 18:55H
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Hasta un 37 por ciento de pacientes de melanoma metastásico continúa vivo al cabo de tres años cuando son tratados de inicio con la combinación de dos terapias dirigidas de Roche: un inhibidor de BRAF, vemurafenib, y un inhibidor de MEK, cobimetinib, según los resultados del estudio 'BRIM7' y del ensayo clínico fase III 'coBRIM', presentados en la 52 Reunión de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés).
En concreto, este doble bloqueo está indicado en pacientes con mutación BRAF V600, que son el 50 por ciento de todos los casos. Así, del estudio 'coBRIM', con pacientes no tratados antes, se han difundido varios análisis centrados en la seguridad y eficacia de la combinación en distintos subgrupos de pacientes a partir de distintos factores pronósticos.
En la investigación internacional, y en la que han participado ocho hospitales españoles, se ha comparado en 495 pacientes la seguridad y eficacia de la combinación de cobimetinib y vemurafenib frente a vemurafenib en monoterapia. "Los nuevos datos que aporta el estudio continúan confirmando que combinar de inicio, como primer tratamiento, un inhibidor de BRAF y un inhibidor de MEK es mejor opción que empezar con el primero y luego añadir o utilizar el segundo cuando hay progresión de la enfermedad. Cuando se hace esto último los resultados son limitados y en cambio actuar a la vez y de entrada con vemurafenib y cobimetinib permite duplicar la supervivencia", ha explicado la oncóloga del Hospital Clìnic de Barcelona, Ana Arance.
Asimismo, según se indica en las conclusiones del análisis, la combinación aporta mejorías en supervivencia libre de progresión (SLP) y en supervivencia global, tanto en los pacientes de mejor evolución como en los de peor pronóstico. Concretamente, en pacientes con buen pronóstico, bien porque presentaban niveles normales de LDH (una enzima en sangre denominada lactato deshidrogenasa), bien porque tenían baja carga tumoral la mediana de SLP alcanzó los 16,5 meses y los 14,9 meses respectivamente. Además, en otro análisis del 'coBRIM', se observó que, en los pacientes que lograban una respuesta completa la SLP ascendió a 19,8 meses.
Largos supervivientes
Por otra parte, el estudio fase Ib 'BRIM7' se ha diseñado para evaluar la seguridad y tolerancia de la combinación e identificar la pauta y dosis óptimas para su uso en posteriores ensayos clínicos.
"Se ha comprobado que al cabo de ese tiempo hay un 37 por ciento de pacientes que no ha fallecido, logrando una supervivencia que es el triple de la que se conseguía hace unos años cuando no se disponía de las terapias dirigidas. Es lo más parecido al concepto de 'largo superviviente' que se consigue en esta enfermedad cuando hay metástasis y mutación BRAF. Antes de que irrumpieran las nuevas terapias las medianas de supervivencia se cifraban en unos seis-nueve meses. Con los inhibidores de BRAF en monoterapia se llegó al año y ahora con la combinación ya se han alcanzado los dos años", ha aseverado la experta.
Respecto a la seguridad más a largo plazo, el análisis de los datos de la combinación para ver cómo evolucionan los efectos secundarios también es positivo. "Los efectos adversos, suelen aparecer en los dos o tres primeros meses de tratamiento. Se ha visto que se mantienen bastante estables y controlables con las modificaciones de dosis que requieren los pacientes. En la mayoría de casos, las complicaciones se manejan en las semanas iniciales y luego no suelen aparecer después toxicidades nuevas", ha zanjado Arance.
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