Ómicron ha puesto en jaque la situación epidemiológica. Ante la
nueva variante de Covid-19, las compañías farmacéuticas trabajan a contrarreloj para averiguar la eficacia de sus vacunas actuales frente a la nueva cepa y los gobiernos
refuerzan las medidas para contener el virus. En España, el Ministerio de Sanidad recuperó la semana pasada las
cuarentenas para los contagiados y sospechosos de tener la variante Ómicron, así como para los contactos estrechos con un positivo de la misma, estuviesen o no vacunados. Pero, ¿cómo averiguar qué variante corresponde a cada prueba positiva? ¿Tiene España recursos suficientes para hacer este tipo de cribado?
Mamen Sánchez, directora de la unidad de genética de Eurofins Megalab, ha declarado a
Redacción Médica que la sanidad pública “quizás sí podría afrontarlo porque no hay muchos casos positivos ahora mismo y podría hacer PCR después para poder identificarlo”. “Gente y equipos tienen”, ha añadido. No obstante, ha matizado que no podría hacerlo “tan rápido” como el sector privado. Por ello, se ha mostrado partidaria de una
colaboración público-privada para “dar soporte”. “No tiene mucho sentido que sean dos campos independientes y no sean comunicantes”, ha asegurado.
En este sentido, ha señalado que existen dos formas de averiguar qué cepa está detrás de cada contagio: secuenciar el genoma del virus o genotiparlo. Dos opciones disponibles en España, pero que por la diferencia de tiempo y costes una es más factible que la otra. De este modo, la especialista ha explicado que, en el primer caso -donde hay que leer todo el contenido de ácido nucleico-, hace falta un
equipamiento “muy caro” y unos profesionales “muy cualificados”. Por el contrario, para el genotipado -donde la lectura sólo se centra en hallar la mutación que interesa-, es suficiente con hacer
una PCR adicional después de que la anterior haya sido positiva.
"No puedes secuenciar todos los casos positivos porque sería inviable"
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Aunque Sánchez ha reconocido que “no hay que eliminar la
secuenciación porque la Salud Pública tiene que seguir buscando nuevas variantes”, sí considera necesario hacer “un cribado rápido”. Según la especialista, mientras que para el primero es necesario emplear maquinaria de nueva generación, que oscila los 500.000 euros aproximadamente, y que puede tardar dos días y medio en preparar la muestra y una semana en obtener los resultados, el
genotipado -herramienta que ella contempla- tiene
un coste inferior a los 100 euros y los resultados se pueden conocer en un día. “Lo que permite el genotipado es tener, de una forma rápida, sencilla y barata, una foto epidemiológica muy detallada de cada comunidad autónoma y poder actuar rápidamente”, ha defendido.
Así, ha enfatizado que, aunque la secuenciación aporta mucha información,
“sería inviable” secuenciar todos los casos positivos que hay en un país. Por ello, ha vuelto a apostar por el genotipado porque “es una prueba rápida, barata y a la que pueda acceder todo el mundo”.
Además, ha destacado en este sentido que
España dispone actualmente de laboratorios que pueden determinar si un contagiado se ha infectado de la variante Ómicron a partir de un genotipado. “Hay laboratorios que ya cuentan con este equipo porque hacen PCR, solo tienen que realizar una nueva PCR después para saber de qué cepa se trata”, ha señalado.
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