Raquel Tapia, vicepresidenta de Farmaindustria.
No es un secreto que la sanidad es un gran generador de gases contaminantes. Sin embargo, hace años que se están tomando medidas al respecto y ahora la
industria farmacéutica 'saca pecho' y fuentes cercanas a la misma aseguran que, en la actualidad, son
un "sector líder en medioambiente". Debido a esta fuerza, el Ministerio de Sanidad querría seguir impulsando esta situación a través de
modelos ya aplicados en otros países cercanos como Reino Unido.
De hecho, gracias al
Pacto Verde Europeo, adoptado en 2019, se han puesto en marcha una serie de políticas para abordar la protección del clima, la contaminación cero, el impacto de los productos químicos y la economía circular. La vicepresidenta de
Farmaindustria, Raquel Tapia, señaló hace unos días en una jornada sobre este tema que no prestar atención a la contaminación del medioambiente supone "una
amenaza acuciante para la salud mundial": "El aumento de las temperaturas incrementa los ingresos hospitalarios, socava los esfuerzos por erradicar las enfermedades infecciosas y
agrava las enfermedades cardiovasculares y respiratorias".
En esta misma línea, desde la
patronal de la industria española subrayan que hay un "ejemplo del compromiso sectorial" ya que la fabricación de medicamentos de uso humano de las
más de cien plantas instaladas en España se hace de forma sostenible, con altos estándares en materia de huella medioambiental y un uso optimizado de energía y en vanguardia en la denominada
economía circular. "Es uno de los
sectores más sensibles y desarrollados en este campo", aseguran.
De hecho, el estudio sobre
implantación industrial del sector muestra que la ratio de consumo de energía por empleado ha disminuido
más de un 8 por ciento en los últimos cuatro años, mismo porcentaje en que se han reducido los residuos producidos de media por cada empleado. A esto se suma que casi
el 70 por ciento de compañías farmacéuticas usan energía de origen renovable.
Sanidad mira al modelo inglés de fármacos sostenibles
El
Ministerio de Sanidad también ha mostrado su interés por seguir navegando hacia una fabricación de medicamentos que respete el medioambiente. Por ello,
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, ha expuesto que los criterios medioambientales pasarían a ser claves en la evaluación de fármacos y también a la hora de
determinar su precio y financiación.
Un país modelo en este sentido es
Reino Unido y parece que el departamento que lidera Mónica García podría estar mirando con lupa
cómo funcionan las medidas tomadas en el país inglés. Además de tener intenciones de actualizar su normativa farmacéutica, han creado un grupo de trabajo interministerial sobre productos farmacéuticos en el medio ambiente (PiE). El principal fin de este grupo es "reducir el
impacto de los medicamentos en el entorno".
Cuenta con un año de vida y tiene
representantes de la Agencia Medioambiental (EA), la Dirección de Salud y Seguridad (HSE), el Departamento de Asuntos Ambientales, Alimentarios y Rurales (Defra) y
su agencia reguladora (Medicines and Healthcare products Regulatory Agency (MHRA), entre otros. Por ahora, han especificado que se orientarán hacia el
desarrollo de una estrategia coordinada (en línea con el concepto OneHealth) para reducir el
impacto de los medicamentos en la biodiversidad y la salud humana. Entre sus primeros pasos estará el estudio de las fuentes potenciales de los niveles elevados de varios insecticidas en aguas de superficie del país.
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