Guido Rasi, director de la EMA.
La Junta Directiva de la
Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha celebrado su última reunión de 2017, un encuentro en el que
la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y cómo la ha de afrontar el órgano, que tiene sede en Londres, ha jugado un papel protagonista.
Durante el encuentro,
Guido Rasi, director general de EMA, reconoció que el alcance del impacto del
‘Brexit’ sobre la agencia es “incierto”, y que su futuro estará supeditado a la relación que acaben teniendo Reino Unido y la UE. “Dependiendo del resultado de las negociaciones, la situación podría causar perturbaciones significativas en las operaciones y continuidad de la actividad del organismo”, según un comunicado de la Agencia.
Por ello, sus responsables ya están llevando a cabo evaluaciones para identificar los principales riesgos y proponer posibles medidas para atenuar los efectos que pueda tener el Brexit “en la capacidad de la Agencia para
proteger la salud pública”.
Con todo, al menos de forma pública, no se ha debatido en esta reunión la posible futura sede de la agencia o hablado sobre preferencias respecto a todos los candidatos que se están ofreciendo para serlo,
sobre todo desde España
Con este nubarrón por delante, los responsables de la EMA también han aprobado su nuevo
presupuestos de cara a 2017, que será de unos 322 millones de euros, un 4,4 por ciento más que el año pasado, un incremento que servirá los trabajos que quiere desarrollar el órgano en resistencia antimicrobiana, desarrollo de herramientas de acceso a la innovación en medicamento humano y veterinario y transparencia.
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