El medicamento fue desarrollado por Sandoz y revolucionó los trasplantes

La ciclosporina cumple 35 años en el mercado
Federico Oppenheimer.


2 oct. 2017 18:40H
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POR REDACCIÓN
Sandoz  celebra el 35 aniversario de la aprobación y registro de la ciclosporina por las autoridades sanitarias suizas. Se trata de una sustancia producida naturalmente obtenida del microhongo filamentoso Tolypocladium inflatum. Este inmunosupresor fue diseñado específicamente para los receptores de trasplantes de riñón, corazón, pulmón, hígado e incluso de medula ósea. Una de las principales ventajas que aporta esta sustancia es que no suprime todas las células involucradas en la respuesta inmune de la misma manera, lo que implica que el sistema del paciente trasplantado sea capaz de combatir las posibles infecciones.
 
Décadas atrás, concretamente en 1962, se realizó el primer trasplante renal, y fue unos años después, el 16 de diciembre de 1966, cuando William Kelly y Richard Lillehei practicaron en la Universidad de Minnesota, el primer trasplante de páncreas. Poco después, el doctor Thomas Starzl, pionero en el trasplante de hígado, realizó el primero con éxito en 19673. Este mismo año, el Dr. Bernard realizaba en Sudáfrica la primera cirugía de trasplante cardiaco de forma exitosa.
 
La ciclosporina fue investigada por Sandoz como un antibiótico antifúngico, pero su espectro de acción era demasiado estrecho para tener un uso clínico. Sería en 1976 cuando el jefe del departamento de inmunología de Sandoz, Jean Borel, publicara acerca del efecto inmunodepresor observado en la ciclosporina.
 
Federico Oppenheimer, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, menciona al respecto que “el avance conseguido al incorporar la ciclosporina cambió radicalmente la visión de un tratamiento todavía en fase experimental como hasta entonces se venía considerando al trasplante renal por parte de muchos profesionales. La eficacia y seguridad aportadas por la ciclosporina contribuyó de tal manera a expandir la actividad de trasplante renal y a hacer realidad otras modalidades de trasplantes de órganos, que incluso observándolo desde la perspectiva actual, no deja de sorprendernos.”
 
Con la llegada de la ciclosporina se consiguió una mejoría considerable de las tasas de supervivencia de los pacientes trasplantados que, hasta ese momento, seguía siendo muy elevada, en especial por complicaciones infecciosas derivadas de una inmunosupresión excesiva e ineficaz. La potencia inmunosupresora de la ciclosporina revolucionó el mundo del trasplante obteniendo una acusada bajada en las tasas de rechazo de los órganos trasplantados.
 
Sería a partir de principios de la década de los 80 cuando este medicamento comenzara a comercializarse en diferentes países del mundo, haciendo que Sandoz acompañara el desarrollo de los trasplantes contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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