Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de Astrazeneca España.
24 feb. 2022 18:50H
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Un grupo de especialistas en medicina respiratoria ha publicado el trabajo “Los siete pecados capitales de la EPOC en España”, un trabajo contrastado que identifica las siete principales problemáticas actuales en el manejo de la enfermedad en nuestro país. Además, el documento propone soluciones que pueden ser implementadas para beneficiar a los pacientes y mejorar el uso racional de los recursos sanitarios, destacando como prioritaria la reducción de las elevadas tasas de infradiagnóstico de la EPOC, una enfermedad crónica grave que afecta al 11 por ciento de la población adulta y que constituye la cuarta causa de muerte en España.
La elevada prevalencia de esta enfermedad y su creciente incidencia asociada el envejecimiento de la población hace que estemos ante un problema de salud pública con un gran impacto social y economico. Por ello, los expertos que han participado en este trabajo coinciden en que la concienciación a la población general a través de la puesta en marcha de campañas informativas en medios de comunicación y la mejora de la educación de los pacientes y sus familiares constituyen algunas de las principales soluciones para optimizar el abordaje de la EPOC.
Así, en palabras de Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de Astrazeneca España, “como compañía farmacéutica centrada en la salud de las personas, tenemos un firme compromiso con la mejora de la calidad de vida de los pacientes con EPOC. Por eso, trabajamos en campañas de concienciación que ayudan a fomentar el conocimiento de la enfermedad entre la población general, con el objetivo de que sus síntomas sean fácilmente reconocibles y favorecer así el necesario diagnóstico precoz e intervención temprana de la patología”.
Espirometrías: claves para reducir el infradiagnóstico
Y es que los especialistas destacan que, a pesar de la alta prevalencia y mortalidad de la EPOC, alrededor del 80 por ciento de los pacientes aún permanecen sin diagnosticar. Por este motivo, plantean una mejora de la formación, tanto de la población general, como de los profesionales, que conduzca a un correcto uso de la espirometría como principal herramienta para el diagnóstico de la enfermedad. “Para reducir las cifras de infradiagnóstico, necesitamos ampliar el uso de espirometrías, sobre todo, en la Atención Primaria. Esto tiene que ir unido a la formación del personal de enfermería, de atención primaria y de otras especialidades, así como de la población general”, explica el José Luis Izquierdo, profesor de medicina por la Universidad de Alcalá y jefe de Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara.
Yendo más allá, el trabajo plantea la necesidad de una actuación temprana, cuyo diagnóstico se adelante, incluso, a la aparición de los síntomas, con el objetivo de incidir positivamente en la progresión de la enfermedad. “Los estudios observacionales han detectado que la mitad de los pacientes diagnosticados de EPOC a los 65 años ya presentaban alteraciones de la función pulmonar a los 25 años. Por eso, proponemos la realización de estudios de espirometría en jóvenes menores de 30 años, que nos permitan identificar los factores de riesgo para la salud respiratoria a tiempo para su tratamiento”, afirma Izquierdo.
“Además, en los pacientes que han sido diagnosticados, la enfermedad no suele confirmarse mediante una prueba diagnóstica adecuada. En consecuencia, el tratamiento muchas veces no se ajusta a las recomendaciones científicas nacionales e internacionales”, añade este experto.
Equidad en el abordaje de la EPOC para una mejor atención
En la actualidad, el manejo de la EPOC en España difiere enormemente entre comunidades autónomas e, incluso, centros hospitalarios. Acabar con esta inequidad en la atención de la patología, a través de una mejor coordinación de su cuidado, garantiza los mejores resultados de salud para cada paciente.
Para ello, el grupo de especialistas en medicina respiratoria propone, como medida principal, “el fortalecimiento de la Estrategia Nacional de EPOC y los Planes Regionales, a través de la evaluación periódica de los indicadores cuantitativos y cualitativos de su implementación y efectividad”. Para ello, tal y como explica Izquierdo, “proponemos la creación de un Plan de Salud Respiratoria que vaya más allá de la EPOC y aborde la importancia de la salud respiratoria en general. Este ha de prever la financiación de programas de prevención y promoción de la salud respiratoria, el diagnóstico y tratamiento precoz de las enfermedades respiratorias y una apuesta decidida por las espirometrías como pruebas no invasivas, por la formación, la innovación y la investigación”.
Otra de las medidas clave para garantizar equidad en la atención es la eliminación de las diferencias entre guías de práctica clínica, “estas han de eliminar algunas discrepancias y han de ser actualizadas continuamente y difundidas adecuadamente, auditando su impacto clínico real”, según propone el doctor.
Por último, el documento analiza la gran capacidad de mejora que tendría un efectivo abordaje multidisciplinar sobre la atención a los pacientes y el sistema sanitario. “En el diagnóstico y el tratamiento de la EPOC intervienen varias áreas sanitarias y especialidades médicas, pero no existe ningún documento que defina sus funciones específicas, cómo deben coordinarse y quién es el responsable del seguimiento del paciente en cada fase del proceso. La creación de unidades funcionales multidisciplinares, lideradas por la medicina respiratoria, facilitaría el abordaje y la organización de todo el proceso asistencial de la EPOC, desde su prevención y diagnóstico precoz, pasando por las complicaciones y exacerbaciones intercurrentes, hasta la fase final de la vida”, concluye Izquierdo.
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