Martín Sellés, presidente de Janssen en España.
26 jun. 2017 13:10H
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Janssen ha dado a conocer datos de seguimiento a tres años del estudio fase 3 RAY en pacientes con linfoma de células del manto en recaída o refractario. Estos resultados demuestran que el subgrupo de pacientes tratados con imbruvica (ibrutinib) en la primera recaída después de una primera línea de tratamiento consiguió una mediana de supervivencia libre de progresión de más de dos años (25,4 meses), lo que representa una tasa cuatro veces mayor que el obtenido con el tratamiento con temsirolimus. En este sentido, los datos muestran una mediana de supervivencia global con ibrutinib después de una línea previa de tratamiento de 3,5 años.
Los resultados del estudio internacional fase III, aleatorizado y abierto RAY, se presentaron durante una sesión oral en la 14ª Conferencia Internacional sobre Linfomas Malignos, celebrada en Lugano (Suiza). Según se indicó en la presentación, en la población total de pacientes del estudio, que incluía pacientes que habían recibido más de una línea previa de tratamiento (mediana de dos tratamientos previos), la mediana de la supervivencia libre de progresión también fue significativamente superior en los pacientes tratados con ibrutinib comparado con aquellos tratados con temsirolimus.
Se obtuvo una respuesta completa casi en una cuarta parte (23 por ciento) de todos los pacientes tratados con ibrutinib. La tasa de respuesta completa en los pacientes que habían recibido sólo una línea de tratamiento antes de ibrutinib (33,3 por ciento) fue más de dos veces superior a la conseguida en pacientes que habían recibido más de una línea de tratamiento antes de ibrutinib (15,9 por ciento). La duración de la respuesta en todos los pacientes que lograron una respuesta completa con ibrutinib fue casi de tres años (35,6 meses).
El perfil de seguridad fue concordante con el análisis principal del ensayo y los datos de seguridad conocidos de ibrutinib. No se observaron nuevos acontecimientos de seguridad con ibrutinib. Las frecuencias globales de acontecimientos adversos fueron semejantes o inferiores en el grupo de ibrutinib, incluso con una exposición más larga al tratamiento. La tasa de discontinuación de tratamiento por acontecimientos adversos fue de casi el doble en los pacientes tratados con temsirolimus frente a aquellos que recibieron ibrutinib (31,7 por ciento frente al 17,3 por ciento).
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