María Río, directora general de Gilead en España.
14 mar. 2016 20:40H
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Más de 160 médicos especialistas en enfermedades infecciones, medicina interna e instituciones penitenciarias, han abordado y debatido este fin de semana en el II Foro Anual de Co-infección VHC-VIH, las últimas evidencias en el tratamiento de la Hepatitis C en el paciente co-infectado. El encuentro, organizado por Gilead, ha contado con el patrocinio científico de Gehep y Gesida y ha sido coordinado por Antonio Rivero (Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba), Miguel García Deltoro (Hospital General Universitario de Valencia) y Josep Mallolas (Hospital Clinic i Provincial de Barcelona), contando además con Stefan Christensen del Centro de Enfermedades Infecciosas de Münster (Alemania).
Como se ha recordado en el encuentro, con más de 40.000 pacientes tratados en nuestro país, es momento de corroborar si en vida real se obtienen los mismos resultados que los demostrados en los ensayos clínicos por los nuevos AADs. Por ese motivo, esta segunda edición se ha centrado en la experiencia en vida real en pacientes coinfectados, los beneficios que está suponiendo el tratamiento de la hepatitis C en estos pacientes, los siguientes pasos para caminar hacia la eliminación de esta enfermedad y los retos que aún quedan en su manejo.
En la reunión los expertos han destacado la alta prevalencia de hepatitis C dentro de los pacientes infectados por VIH, llegando a ser alrededor del 30 por ciento. Además, la progresión de la fibrosis hepática es más rápida en esta población, haciendo especialmente relevante iniciar el tratamiento en todos estos pacientes.
Por otro lado, se resaltaron los beneficios que aporta la curación, más allá de la propia enfermedad hepática. En los pacientes infectados por VIH, la respuesta viral sostenida reduce no solo la progresión de la fibrosis, la mortalidad, las descompensaciones y el carcinoma hepatocelular, sino también la progresión del VIH y las muertes no relacionadas con el hígado ni con el VIH como por ejemplo las debidas a eventos cardiovasculares o tumores no relacionados con el VIH .
Uno de los principales retos que sigue existiendo en el tratamiento de la Hepatitis C de estos pacientes es el manejo de esta medicación con la terapia antiretroviral de gran actividad (TARGA), donde es fundamental determinar la relevancia de las interacciones y evitar así riesgo de toxicidades. En este sentido, los fármacos como Harvoni, que no son metabolizados por el CYP3A4 tienen una clara ventaja.
Según la directora médica de Gilead, Marisa Álvarez, “El tratamiento con Harvoni en los pacientes coinfectados por VHC y VIH ha supuesto una revolución debido a sus altas tasas de eficacia contrastadas en práctica clínica real, su buen perfil de tolerabilidad y buen perfil de interacciones con la terapia antiretroviral para el VIH, y la comodidad de tomar un único comprimido una vez al día durante 8 o 12 semanas sin ribavirina para la mayoría de pacientes”.
Los resultados corroboran que el paciente co-infectado responde igual que el mono-infectado La posibilidad de conseguir con Harvoni tasas de hasta el cien por cien de respuesta sostenida acortando el tratamiento a tan solo 8 semanas en pacientes genotipo 1 sin cirrosis, naïve y con niveles< de 6 M UI/ml de carga viral supone un claro beneficio en la adherencia terapéutica como en la mejora de la calidad de vida del paciente.
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