Hacienda e industria rompen por el ‘pacto del PIB’

Eduardo Ortega Socorro / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
Presentado como uno de los principales logros de 2014 con vistas a comenzar su aplicación en 2015, el esperado pacto entre la industria del medicamento y el Ministerio de Hacienda, con la intermediación de Sanidad, para vincular el gasto farmacéutico al crecimiento del producto interior bruto (PIB) ha quedado en agua de borrajas. Al menos, por lo pronto. 

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.

Así lo indican fuentes de la industria farmacéutica, que explican a Redacción Médica que la causa detrás del desencuentro que ha provocado el retraso de la iniciativa es la naturaleza o formato en la que se iba a materializar.

El departamento que dirige Cristóbal Montoro exigía que la idea se hiciera realidad en un real decreto que se publicaría en el Boletín Oficial del Estado (BOE), una fórmula que no encontró una buena acogida entre los laboratorios, que se han negado a ello dado que haría que la vinculación fuera de obligado cumplimiento a escala legal y a largo plazo.

De hecho, las compañías aseguran que el formato, en todo caso, tiene que ser el de un acuerdo entre ambas partes en el que no medie texto legislativo alguno, con el fin de que pueda ser dinámico y cambiado con el paso del tiempo, según las circunstancias económicas en las que se que se vaya encontrando España.

Esta ha sido la principal razón por la que la vinculación del gasto farmacéutico al PIB no se trató, ni aprobó, en el Consejo General de Política Fiscal y Financiera, aunque no se descarta que Montoro ya haya sondeado a las regiones respecto a esta idea.

Sin embargo, las negociaciones para llegar hasta el punto de bloqueo citado tampoco fueron fáciles. De hecho, en un principio, las compañías de medicamentos genéricos se negaron a participar en el pacto, dado que en ningún caso saldrían beneficiadas dada su naturaleza, que compensaría (cuando el crecimiento del gasto no superara la evolución del PIB) en todo caso a las compañías innovadoras. Pero finalmente cedieron, puesto que su participación es condición sine qua non para Hacienda.

Planteamientos positivos… y negativos

A día de hoy, aunque poco han pulido estas diferencias ministerio y laboratorios, las compañías aseguran que los responsables de las cuentas del Estado estarían inclinados a cambiar de opinión si el acuerdo se aprueba antes del maratón electoral. Es más: Alfonso Alonso, ministro de Sanidad, y su equipo habrían redoblado los esfuerzos para que la iniciativa llegue buen puerto.

Además, habría razones de peso a nivel económico, aseguran. Y es que la influencia que van a tener en el gasto farmacéutico público las nuevas terapias contra la hepatitis C a lo largo de 2015 no se va a quedar en una anécdota, teniendo en cuenta lo elevado de su precio. Desde este punto de vista, ligar la factura en medicamentos al PIB supone no pocos beneficios.

Sin embargo, esta opinión no es compartida por todos. Algunas voces del sector advierten de que la ruptura con Hacienda, de no cederse ante sus reclamaciones, podría ser total. E indican que el que Mato no esté ya al frente de Sanidad también influye, ya que ha sido la principal defensora del pacto en el Gobierno.

Dichas posturas también consideran que habría motivaciones de tesorería para no llevar adelante la iniciativa. Y es que el gasto farmacéutico podría seguir bajando en los próximos cursos (o al menos en 2015, según los datos de Farmaindustria), además de que la Comisión Europea sigue poniendo al medicamento en el foco de los recortes y medidas de eficiencia que España tendría que aplicar cuanto antes.

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