María Río, directora general de Gilead España.
5 oct. 2022 18:25H
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Un estudio realizado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (Seisida) ha observado que no se están identificando adecuadamente las preocupaciones y síntomas de los pacientes. De hecho, lo que percibe el paciente sobre su enfermedad y lo que evidencia el médico, en muchos casos, no es lo mismo. Los médicos, en algunas ocasiones, pueden llegar a infravalorar algunos síntomas molestos, como ansiedad, tristeza y fatiga, en comparación con lo que expresan los pacientes, por lo que es fundamental mejorar la comunicación entre ellos.
Por ello, fomentar e implementar herramientas que favorezcan la comunicación entre la PVIH y su equipo médico es clave para profundizar en las preocupaciones que afectan a su salud y calidad de vida. Estas han sido algunas de las principales conclusiones del Simposium "La Comunicación Médico-Paciente en VIH: ¿Puede mejorar la calidad de vida?" que, con la colaboración de Gilead Sciences, se ha celebrado en Bilbao en el marco del Congreso de Seisida.
Mejorar el abordaje terapéutico
Ante la falta de indicadores concretos es más necesario que nunca aprovechar las herramientas disponibles, como cuestionarios validados o PROS (Patient-Reported Outcomes), que favorezcan una comunicación fluida entre el paciente y su equipo médico para comprender los síntomas y percepciones que impactan en la persona con VIH y que, así, el equipo médico pueda mejorar su abordaje terapéutico. Algunos de los problemas que presentan las PVIH podrían estar infradiagnosticados y son complicaciones que disminuyen su satisfacción e inciden y merman su calidad de vida. Por eso, los pacientes reclaman en muchos casos esa mejora en la atención, ya que para ellos es clave poder preparar la consulta con su médico y que se puedan detectar esos síntomas.
Este desequilibrio en la comunicación es especialmente relevante en los síntomas asociados a la salud mental, que presentan una importante prevalencia en las personas que viven con VIH. De hecho, se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes con esta infección presentan algún tipo de trastornos neuropsiquiátricos, siendo los más habituales el insomnio, la depresión, la ansiedad o el sentimiento de estigmatización asociado a la infección, entre otros, influyendo negativamente en su calidad de vida.
Relación con trastornos mentales
Así lo explica el moderador del Simposium, Esteban Martínez, del Hospital Clínic de Barcelona: "Es fundamental atender al paciente desde un punto de vista multidisciplinar, logrando la integración de distintas especialidades en un mismo equipo médico que trate holísticamente a la persona con VIH. Así, los profesionales especializados pueden detectar ciertos efectos que la persona con VIH presenta, y quizás no sabe reconocer, y que inciden negativamente en la calidad de vida de los pacientes. Y tratarlos. Ejemplo de ello es que cerca del 40 por ciento de las personas con VIH padecen un trastorno relacionado con la salud mental y no son del todo conscientes y que hasta un 28 por ciento estaban tomando psicofármacos por decisión propia".
Lograr una atención médica efectiva permite mejorar la comunicación y la intervención, aportando beneficios que el paciente percibe rápidamente. En este abordaje, los tratamientos también desempeñan un papel fundamental y los esfuerzos se encaminan hacia tratamientos que vayan más allá de la supresión viral y se adapten a la realidad de cada persona. Las altas tasas de eficacia gracias al avance en la innovación del tratamiento antirretroviral (TAR) permiten centrar esfuerzos en intervenciones que mejoren la adherencia al tratamiento antirretroviral gracias a un manejo multidisciplinar que no se olvide del envejecimiento precoz y de la aparición de comorbilidades.
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