Mariya Gabriel, comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud.
La
Comisión Europea ha dado un nuevo paso en su política para
liberar patentes cuando se produzca una crisis de
salud pública de grandes magnitudes. Tras la experiencia adquirida durante la pandemia de Covid-19, ahora Bruselas ha publicado una Recomendación en la que plantea la posibilidad de que se concedan
licencias no exclusivas a las empresas para que puedan explotar los productos o servicios necesarios para hacer frente a una “emergencia pública”.
El texto publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea ha recogido esta propuesta para hacer frente a situaciones vinculadas con la
salud, la seguridad o el orden público en las que los proyectos de investigación hayan sido financiados con fondos públicos, como ocurrió con buena parte de las
vacunas contra el coronavirus que se desarrollaron. Aunque ha advertido que la explotación de estos bienes deberá hacerse siempre
en condiciones “justas y razonables”.
La medida forma parte de un
código de buenas prácticas que Bruselas ha publicado para tratar de mejorar la gestión de los activos intelectuales en el
Espacio Europeo de Investigación. “Las actividades conjuntas de investigación constituyen un entorno ideal para que los socios pongan en común conocimientos e ideas y desarrollen conjuntamente nuevas tecnologías, productos y servicios”, reza el texto.
Además de esta nueva fórmula de licencias, la Recomendación también va dirigida a mejorar las disposiciones en materia de
propiedad intelectual, especialmente en aquellos proyectos de investigación conjuntos, fijar directrices para la explotación eficaz de los resultados o facilitar a la industria los
derechos de acceso preferente en proyectos ligados a organismos públicos.
Propuestas europeas de investigación sanitaria
Paralelamente, el texto también reconoce el valor de nuevos mecanismos de concesión de licencias como los
consorcios de patentes o las
cámaras de compensación, la importancia de realizar seguimiento de las investigaciones en marcha para limitar posibles infracciones o el
análisis de riesgos asociados al desarrollo de algunos productos y de su comercialización.
La Comisión Europea también ha pedido a los estados miembros que inviertan en
educación, formación y sensibilización para fomentar aspectos como la ciencia abierta, la promoción de historias de éxito, el desarrollo de competencias para la negociación o el respeto a
los derechos de propiedad intelectual e industrial.
El objetivo pasa por dar forma así a una
estrategia conjunta en el continente que tenga en cuenta aspectos como la valoración de la propiedad intelectual, la sostenibilidad, la
creación de empresas emergentes, las colaboraciones, los conflictos de intereses o la inteligencia empresarial.
La Recomendación llega en un momento en el que cerca del
20 por ciento de la producción científica y tecnológica mundial ya se genera en la Unión Europea, donde se han disparado las empresas innovadoras dirigidas a activos intangibles. Por eso, desde el órgano de gobierno comunitario se han marcado como objetivo lograr una “gestión eficiente” de estas investigaciones para crear
una cartera "valiosa".
“La creación de un entorno en el que las prácticas de gestión de los activos intelectuales estén claramente definidas, comunicadas y aplicadas es
el primer paso para facilitar su valorización en el ecosistema de la I+i”, han concluido.
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