Europa quiere
cambiar las reglas de las patentes y mejorar su incorporación y acceso. Por ello, España quiere presentar sus propias opiniones y va a someter a consulta la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las
patentes esenciales para normas y por el que se modifica el Reglamento (UE) 2017/1001 del Parlamento Europeo y del Consejo. Concretamente, el plazo de observaciones y comentarios es de 20 días hábiles y finalizará el 27 de julio.
Esta propuesta está centrada en varias líneas. Por un lado, pretende garantizar que los usuarios finales (incluidas las pequeñas empresas y los consumidores de la UE) puedan
beneficiarse de productos basados en las últimas tecnologías a precios razonables; pero también que Europa se convierta en un lugar atractivo para la innovación y el desarrollo de normas.
Asimismo, esta propuesta también aboga por garantizar que tanto los titulares como los ejecutores de las patentes esenciales para estándares técnicos (SEP, por sus siglas en inglés, standard essential patents)
innoven, fabriquen y vendan productos en territorio europeo y sean competitivos en el mercado global. "El objetivo es facilitar las negociaciones para la concesión de licencias de SEP, tanto a los titulares como a los ejecutores, reduciendo las incertidumbres actuales sobre el nivel de exposición a las SEP (ejecutores) y sobre las ganancias derivadas de las actividades de investigación y desarrollo (titulares de las SEP); con lo que también se
reducirán los costes de transacción", se recoge en el texto.
Protección de la tecnología
Tal y como explican desde la
Oficina Española de Patentes y Marcas, la interacción entre las patentes y las actividades de normalización es "importante" para la innovación y el crecimiento económico. En este sentido, las normas son las que se encargan de garantizar el
funcionamiento de tecnologías complejas, la interoperabilidad entre productos y la difusión de estas tecnologías a empresas y consumidores.
Mientras que las patentes lo que hacen es
proteger la tecnología del titular correspondiente. "Que tiene el derecho legal de limitar o impedir el uso de esa tecnología, y elegir cómo y
a quién conceder licencias. Esta interacción entre ambas se origina en el seno de las organizaciones de normalización", sostienen.
Por lo tanto, para que una
norma contenga tecnología protegida mediante derechos de patente, habrá que aportar una
declaración de esencialidad pero también suscribirse a un compromiso de conceder licencias sobre sus patentes en
condiciones FRAND (Friendly, Reasonable and Non-Discriminatory). Según subrayan, en el momento en que el titular de la patente asume el
compromiso de conceder licencias en condiciones FRAND, "no puede rechazar la concesión de licencias de uso de su patente a cualquier interesado que esté dispuesto a ser licenciatario en dichos términos".
Así, la patente pasa a considerarse esencial, pero esto también crea a veces
"acusaciones cruzadas" entre titulares y ejecutores: "Por un lado, los primeros defienden que sus derechos son continuamente vulnerados por ejecutores que no participan en negociaciones de buena fe para la concesión de licencias. Por otro, los segundos acusan a los
titulares de patentes esenciales de aplicar unas regalías de concesión de licencias excesivas, con patentes poco sólidas".
En definitiva, estos
retrasos en las negociaciones lo que hacen que se dilate en el tiempo el uso generalizado de las tecnologías normalizadas clave, lo que a su vez podría obstaculizar el desarrollo de los productos interconectados en Europa y acabar afectando a la
competitividad económica de la UE, según opinan los expertos.
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