Marta Pastor, del Comité Antisida de Vizcaya; Francisco Rodríguez Arrondo, del Hospital Universitario Donostia; y Asunción García, del Hospital Galdakao-Usansolo de Vizcaya.
Gilead Sciences ha celebrado una
reunión sobre e
l VIH y el papel de la enfermería en el manejo de la infección. Actualmente, los pacientes con VIH, con un tratamiento apropiado, pueden vivir casi tanto tiempo como la población general. Sin embargo, tienen un riesgo más elevado de sufrir
comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad.
El número de
nuevos diagnósticos de VIH recogidos en 2016 fue de
3.366, lo que implica que la infección por VIH sigue muy presente en nuestro país. El diagnóstico tardío (46 por ciento de las nuevas infecciones) es uno de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día, siendo mayor en
hombres heterosexuales (61,1 por ciento) y
mujeres (55,7 por ciento).
Los expertos han debatido sobre la necesidad de reconocer las enfermedades indicadoras y el posterior test para el VIH. Hay estudios que mencionan la candidiasis esofágica, el síndrome debilitante y la neumonía por pneumocystis como las afecciones definitorias de SIDA más comunes. Aun así, los estudios apuntan que hay una serie de
especialidades donde, a pesar de haber
enfermedades definitorias de SIDA, no se recomendó el test del VIH como urgencias, atención primaria, neurología y ginecología.
Para el paciente con VIH es fundamental que el equipo asistencial sea accesible
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Equipo asistencial accesible
Para el paciente VIH es fundamental que su equipo asistencial
sea accesible, sobre todo al inicio del tratamiento o en los cambios de medicación. Aquí cobra gran relevancia el papel de la enfermería.
En palabras de
Asunción García , enfermera del Hospital Galdakao-Usansolo de Vizcaya “la primera consulta que tiene el paciente VIH en nuestro hospital
es con la enfermera. Le hablamos de la enfermedad, las vías de transmisión,
cómo funcionan los protocolos en el hospital, el médico que se le ha asignado y se le pide analítica completa. Después, pasados 15 días se le cita con el médico para que le ponga el tratamiento pertinente.”
Los expertos han destacado que es importante reflexionar sobre cómo se puede ir más allá del control virológico
y abarcar las diferentes situaciones a las que se enfrenta el paciente.
Esto obliga a considerar la infección por VIH
desde una nueva perspectiva, teniendo en cuenta que actualmente se ha convertido en una enfermedad con aspectos a destacar: su evolución es crónica, hay un aumento de la supervivencia y tiene un carácter de enfermedad inflamatoria sistémica que conlleva a la afectación multiorgánica con diferentes comorbilidades, a la aparición de neoplasias no definitorias de SIDA y al envejecimiento prematuro de los pacientes.
Aparición de comorbilidades
A medida que los pacientes con infección por VIH envejecen, determinadas
comorbilidades como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, eventos cardiovasculares, osteoporosis y disfunción renal son más prevalentes. Asimismo, diversos síndromes geriátricos como la fragilidad o el deterioro cognitivo pueden aparecer a partir de la séptima década de la vida.
Evitar las comorbilidades en el VIH
puede ser posible utilizando fármacos innovadores, eficaces, con menor toxicidad y en un solo comprimido que contiene el régimen antiretroviral completo. En la actualidad, la triple terapia, régimen preferente en todas las guías nacionales e internacionales, es el tratamiento de referencia para el VIH ya que ha mostrado una mayor eficacia y durabilidad en la supresión virológica.
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