Redacción Médica visita las instalaciones de Kite y Gilead en Ámsterdam, punto clave de fabricación de estos fármacos

Exterior de las instalaciones de Kite Pharma de Ámsterdam.
Exterior de las instalaciones de Kite Pharma de Ámsterdam. Foto cortesía de Kite Pharma.


29 may. 2024 7:00H
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POR MARÍA ALCARAZ
Una planta de 19.000 metros cuadrados y 900 trabajadores para producir 20 medicamentos al día. Son cifras que se tornan extrañas, pero todo tiene una explicación, pues estos no son 20 fármacos cualquiera: hablamos de la fabricación de terapias hiperpersonalizadas para el tratamiento de ciertos tipos de linfomas, es decir, las CAR-T.

Kite Pharma, compañía 'hermana' de Gilead, da soporte a toda Europa, Oriente Medio y Brasil desde la mencionada planta, situada en Ámsterdam. Un amplio edificio abierto 24 horas que fabrica, los 365 días del año, terapias celulares dirigidas para los pacientes que cumplen los requisitos para este tipo de tratamientos. Situada estratégicamente cerca del aeropuerto, la planta de Kite recibe entre 10 y 20 muestras celulares al día, y reparte por todo el mundo 20 medicamentos, cada uno de ellos fabricado exclusivamente para cada paciente.

Redacción Médica ha tenido oportunidad de visitar las instalaciones de Países Bajos, donde la compañía, en 19 días, tiene capacidad para fabricar una terapia personalizada. Un viaje que se alarga alrededor de un mes entre que un médico español solicita el medicamento y este es infusionado en el paciente.


Terapia personalizada en 19 días 


"Cuando empezamos a fabricar estas terapias, los días de fabricación rondaban los 24. Ahora estamos en 19, y nuestro objetivo último es alcanzar los 10", asegura Marc Obrador, director de la unidad de Terapias Avanzadas de Kite Pharma/ Gilead España. Para este año 2024, asegura Chris Crowell, VP Manufacturing & Site Head de la planta de Kite en Ámsterdam, el plan es reducir el tiempo en dos días y afianzarlo en 17.

Desde que la primera terapia CAR-T de Kite fue aprobada en Estados Unidos, en 2017, la compañía ha tratado a más de 21.300 pacientes, y trabajan en 25 países del mundo con cinco terapias aprobadas. Uno de los puntos más destacados es que la planta de Ámsterdam tiene capacidad para trabajar en red con las otras dos fábricas de la compañía, ambas situadas en Estados Unidos. Según explica Crowell, si un paciente requiere un tratamiento, y en ese momento la sucursal europea no tiene capacidad para asumir su fabricación, sus células rápidamente son trasladadas a otra fábrica, donde se preparará el medicamento.



Cada terapia necesita tres personas para fabricarse "aunque pasa por las manos de muchas más", indica Crowell. De media, unas 15 personas están implicadas en la fabricación, distribución y movimiento de cada medicamento por la fábrica, hasta que finalmente llega a su contenedor frigorífico, donde es enviada al paciente. Ese recipiente está preparado para conservar el medicamento hasta 10 días, aunque la media de entrega es de dos.


Entrenar tres meses para fabricar una CAR-T


"Tenemos un abordaje diferente a lo tradicional, pues nosotros solo nos centramos en terapias celulares", recuerda el Site Head de la fábrica, que hace hincapié en el crecimiento constante de la fábrica. En poco más de un lustro, la planta holandesa ha pasado de contar con 50 personas a casi llegar a las 1.000. Según explican a este periódico durante la visita, todos los trabajadores de la fábrica, incluso el personal de limpieza, necesitan un entrenamiento de tres meses para poder empezar el trabajo. Por ello, cuentan con unas instalaciones propias para realizar este entrenamiento.


"Somos una planta de fabricación diferente a lo tradicional, pues solo nos centramos en terapias celulares"



Además, la planta, en pleno funcionamiento, cuenta con un gran espacio, y otro edificio contiguo, todavía "vacío" pero preparado para asumir la ampliación de la planta. "Construimos estas instalaciones hace unos años, y no sabíamos cómo íbamos a pensar en el futuro. Por ello hemos ido dejando espacio disponible para una posible ampliación", explican durante la visita. Las instalaciones han estado preparadas para la evolución y ampliación desde su primera piedra para, en el futuro, llegar a todos los pacientes que lo necesiten.


Terapia genética para los pacientes españoles 


Alejandro Martín, adjunto de la Unidad de Citometría de Flujo y coordinador de la Unidad de Linfomas y del Hospital de Día de Hematología de Salamanca, y Mariana Bastos, hematóloga del Gregorio Marañón, son dos de los médicos que forman parte de uno de los hospitales españoles que ofrecen estas terapias a sus pacientes.

Ambos ponen de relieve la importancia de acortar tiempos en el proceso de creación de una CAR-T, pues esa reducción es esencial para aumentar la supervivencia de los pacientes. Ambos explican que, en la actualidad, desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) están centrados en crear una guía para acelerar la detección de estos pacientes en los centros más pequeños. "Si el paciente está en mi hospital, y lo detecto yo, el proceso es muy rápido. Ahora tenemos que acelerar ese proceso si el paciente está en un hospital más pequeño", pone de manifiesto Bastos.

En España ahora mismo hay dos tratamientos CAR-T disponibles en España, que han recibido la aprobación de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIMP), axicabtagene ciloleucel, denominado Yescarta, el fármaco de Kite, y tisagenlecleucel, de nombre comercial Kymriah y desarrollado por Novartis.


La reducción de tiempo de fabricación de una CAR-T es "esencial" para los pacientes



"Desde que podemos utilizar estos tratamientos, en los hospitales españoles lo hemos notado mucho", asegura Mariana Bastos. Los fármacos, con 'luz verde' por parte del CIMP desde este año, no solo suponen una diferencia para los pacientes ahora sino que, asegura la hematóloga "son el futuro, pues es un tipo de terapias que tendrá aplicación en otras patologías".


España, a la vanguardia de las CART-T


Aunque hablamos de un tratamiento más efectivo que otros tradicionales, Alejandro Martín recuerda que las CAR-T tienen una toxicidad alta, sobre todo en la fase precoz. "Hay que ingresar al paciente, y las complicaciones son frecuentes, pero también reversibles; se suelen superar", indica. De esta manera, pone en relieve que desde que se empezó a aplicar este tipo de tratamientos "la supervivencia de los pacientes está mejorando".

"Los profesionales cómo están aplicando en lo asistencial estos tratamientos son reflejo del éxito. En España estamos mostrando mejores resultados que los ensayos clínicos; estamos a la vanguardia", concluye Marc Obrador.
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