Adrian van der Hoven y Nathalie Moll, directores general de Medicines For Europe y Efpia.
El
terreno de las patentes vuelve a dividir a la industria farmacéutica innovadora ya la de los genéricos. La Comisión Europea ha confirmado su propuesta de permitir la
fabricación de medicamentos protegidos por propiedad intelectual siempre y cuando se vayan a
exportar a países donde su patente haya caducado, una idea que ha provocado reacciones contrarias, dependiendo del bando.
El de los genéricos y los biosimilares expresa su alegría ante esta idea (que todavía tiene que cumplir el proceso legislativo correspondiente),
una actitud que ya había mostrado cuando Bruselas lanzó a consulta pública su propuestas para cambiar el entorno legislativo en materia de patentes, particularmente en lo que respecta a la
cláusula bolar, como contó
Redacción Médica. De hecho, la patronal del sector,
Medicines for Europe, asegura que esta exención en el marco de la protección intelectual impulsará las exportaciones de medicamentos fuera de patente.
Concretamente, las empresas establecidas en la Unión Europea podrán fabricar una versión genérica o biosimilar de un medicamento
protegido por un certificado complementario de protección (CCP), que permiten ampliar la protección durante cinco años, durante el periodo de validez del certificado si lo hacen exclusivamente con fines de exportación hacia mercados extracomunitarios en los que la patente haya expirado o no haya existido nunca.
Disgusto innovador
En cambio, la idea no ha gustado en el seno de la industria del medicamento innovador. La principal patronal de este sector, la
Efpia, “está
profundamente preocupada por la propuesta de la Comisión Europea de abrir la legislación”.
Considera que “
reduce los derechos de propiedad intelectual y pone en peligro el acceso de los pacientes a tratamientos innovadores. También envía una señal global de que Europa está debilitando su compromiso con la propiedad intelectual, poniendo en grave riesgo esta inversión, los empleos, la oportunidad de crecimiento económico y el avance de la atención al paciente en Europa”, una valoración que también comparte
Farmaindustria.
Este duro alegado lo ha rematado
Nathaly Moll, directora general de Efpia: “La propuesta de la Comisión
devalúa el marco de incentivos a inversores y compañías en la región y pone a Europa en una seria desventaja en la carrera mundial por atraer inversiones en ciencias de la vida ".
Equilibrio
En cambio,
Bruselas considera que este cambio es necesario. “La propuesta logra un equilibrio entre la necesidad absoluta de preservar el atractivo de Europa para las empresas farmacéuticas innovadoras y la urgencia de que los medicamentos genéricos y biosimilares de empresas establecidas en la UE puedan competir en los mercados mundiales”, ha indicado
Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad.
Ha considerado que “esto contribuirá a
impulsar el crecimiento y la creación de puestos de trabajo altamente cualificados en la UE y podría generar mil millones de euros netos de ventas adicionales al año y hasta 25 000 nuevos puestos de trabajo en los próximos diez años, lo que beneficiará especialmente a las pequeñas y medianas empresas, numerosas en el sector. A medio plazo,
un aumento de la competencia mejorará el acceso de los pacientes a una mayor variedad de medicamentos y aliviará los presupuestos públicos”.
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