En España se detectan al año 2,78 casos nuevos por cada 1.000 habitantes de insuficiencia cardiaca.
Un grupo de hospitales e instituciones catalanas se han sumado al proyecto para optimizar la
atención a la insuficiencia cardiaca impulsado por
Boehringer Ingelheim. En concreto, el
Hospital Clínic, el
Consorci Sanitari de Terrassa y Badalona Serveis Assistencials, entre otras instituciones trabajarán para impulsar
cadenas de valor en insuficiencia cardiaca que mejoren la calidad de vida de los pacientes, optimicen los resultados clínicos y avancen en la gestión integral de la patología.
Según los datos ofrecidos por Boehringer Ingelheim la insuficiencia cardiaca (IC) es una de las
enfermedades crónicas con mayor impacto sanitario y económico a nivel global. En España se detectan al año 2,78 casos nuevos por cada 1.000 habitantes, mientras que en Cataluña alrededor de 21.630 personas son diagnosticadas cada año.
La insuficiencia cardiaca, que pertenece al grupo de enfermedades cardiovasculares, impide que el
corazón tenga capacidad suficiente para bombear la sangre y, por lo tanto, de hacer llegar suficiente oxígeno y nutrientes al resto de los órganos, pudiendo generar dificultad para respirar o fatiga, entre otros síntomas.
Para dar respuesta a la necesidad de nuevas fórmulas que mejoren la incidencia de esta enfermedad, el
informe ‘Modelos Asistenciales de atención al paciente con IC’ (MAIC) impulsado por Boehringer Ingelheim, plantea la
creación de cadenas de valor en torno a la insuficiencia cardiaca, mejorando la calidad de vida de los pacientes y ofreciendo resultados clínicos para el avance en la gestión integral de la patología.
¿En qué consiste las cadenas de valor?
La creación de estas cadenas de valor permitiría superar varias de las dificultades existentes actualmente en la gestión de la insuficiencia cardiaca. Tal y como expone
Cristina Roure, adjunta a la Dirección del Consorci Sanitari de Terrassa, la
fragmentación de la atención entre los diversos niveles asistenciales es uno de los elementos que más complica el abordaje de la patología. En este sentido, Roure explica la importancia de apostar por “
un modelo con un enfoque transversal a lo largo de todo el recorrido asistencial, incorporando la
Atención Primaria y Comunitaria e involucrando a todos los profesionales que pueden ayudar a la persona con insuficiencia cardiaca”.
Por su parte,
David Font, director d’Estratègia de l’Hospital Clínic añade que “se debe impulsar la
creación de Unidades de insuficiencia cardiaca a nivel territorial, como espacios de colaboración entre profesionales médicos y de enfermería de las especialidades implicadas de los diferentes niveles asistenciales, incluyendo perfiles como fisioterapeutas y trabajadores sociales y contando con la participación activa de pacientes y cuidadores”.
Mediante este proyecto, todas las instituciones implicadas comparten el propósito de impulsar un modelo óptimo de gestión que mejore la situación de la insuficiencia cardiaca en Cataluña. “Con ello, conseguimos beneficiar la evolución de los pacientes y su calidad de vida, favorecer el desarrollo profesional, priorizando la dedicación a actividades que aportan valor, y reducir costes”, concluye Font.
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