María Río, directora general de Gilead.
25 oct. 2019 20:00H
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“Tras la presentación de la experiencia clínica y sus datos, Yescarta (Axicabtagén Ciloleucel) se presenta como la terapia CART con datos de seguimiento a más largo plazo en su ensayo clínico. A día de hoy, esta terapia aún no ha alcanzado la mediana de supervivencia global tras 2 años de seguimiento”, han concluido los expertos participantes en el simposio “Entregando una nueva esperanza a los pacientes con linfoma agresivo de células B grandes recaídos o refractarios”, organizado por Gilead, que se ha celebrado en el marco del LXI Congreso Nacional de la SEHH.
Gracias a la transformación que están produciendo las terapias CART, “se está dando esperanza a estos pacientes con linfoma agresivo de celulas B y consiguiendo perspectivas muy optimistas. Se trata de una opción que consiste en la modificación genética de los propios linfocitos del paciente para que sea capaz de reconocer y atacar el tumor”, han explicado.
Yi Lin, de la Clínica Mayo, ha sido la encargada de trasladar su amplia experiencia a la hora de seleccionar a los pacientes candidatos a esta terapia, dado que “es una enfermedad muy agresiva y el proceso de fabricación de las nuevas células puede llevar hasta 30 días. Por eso hay dos claves para el éxito del tratamiento con los CART: la selección del paciente de manera precoz, cuando ya estamos viendo que el tratamiento anterior no está funcionando, y la comunicación entre el equipo multidisciplinar del hospital que administra la terapia y el de origen del paciente”.
A lo largo de la jornada, Armando López, del hospital Clínic de Barcelona, ha explicado que el CART es un proceso muy sofisticado, que ya es el presente del tratamiento en el linfoma difuso de células B grandes: “En la actualidad, ya se han comenzado a cualificar y entrenar a los primeros centros en nuestro país y se han empezado a tratar con resultados a los primeros pacientes. Además, se espera que el año que viene, este listado se extienda a más centros, pero seguirá siendo clave la comunicación entre los centros”.
En palabras Ran Reshef, del Irving Medical Center de la Universidad de Columbia: “la terapia celular es una de las áreas de tratamiento frente al cáncer con mayor potencial e interés. Se trata de medicina totalmente personalizada, ya que cada CART tiene unas características únicas desde su diseño que impactan en los resultados obtenidos en los pacientes. Esto supone un reto para el médico a la hora de seleccionar el CART más adecuado para cada paciente”.
Así lo ha explicado también Loretta Nastoupil, del MD Anderson Cancer Center en Houston, a lo largo de su ponencia. “Hace casi dos años se aprobaba la indicación para linfoma difuso de células B grandes y linfoma primario mediastínico para pacientes refractarios y hoy ya tenemos resultados de Yescarta en práctica clínica habitual que reflejan resultados similares de eficacia y tolerabilidad a los obtenidos en el ensayo clínico”.
Posibles toxicidades
Otro de los aspectos en los que más se ha incidido a lo largo del simposio es en las posibles toxicidades que puede acarrear este tratamiento al paciente. Dos de las más comunes son el síndrome de liberación de citocinas y la posibilidad de sufrir cierta neurotoxicidad. Por ello, es imprescindible la multidisciplinariedad en el abordaje de estos pacientes. No solo interviene el área de hematología, sino que también es importante que se involucren los especialistas de hemoterapia, servicios de inmunología, UCI, medicina intensiva y neurología.
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