Cecilia Caetano (derecha) en el Bayer Pharma Media Day 2024.
Bayer ha puesto el foco en la salud femenina en su ampliación de cartera de productos. Principalmente, en el
manejo de la menopausia sin terapias hormonales. “Siempre estamos trabajando en identificar las áreas donde se necesita más innovación para las necesidades no cubiertas de las mujeres”, afirma
Cecilia Caetano, jefa de Asuntos Médicos Globales de Salud de la Mujer en Bayer AG, en una entrevista con
Redacción Médica.
La directiva destaca que, en el ámbito de los anticonceptivos, están trabajando en tratamientos no hormonales “para responder a las necesidades de las mujeres que no quieren o no pueden tomar hormonas”. “Se trata de poder elegir. Estamos muy comprometidos con ampliar nuestras opciones terapéuticas y
ofrecer más alternativas a las mujeres”, destaca Caetano.
En este sentido, la especialista en Ginecología y Obstetricia subraya el compromiso de
Bayer para que, en 2030, 100 millones de mujeres de países de ingresos medios y bajos tengan acceso a
métodos anticonceptivos modernos. “Estamos colaborando con diferentes ONG y proveedores para asegurarnos que las mujeres tienen acceso a algo más que a la anticoncepción, sino también a la información, y así puedan, de nuevo, elegir y ser capaces de ser dueñas de su salud”, explica.
Innovaciones en salud femenina
Sobre el tratamiento de la menopausia, Caetano indica que fue un área donde identificaron que se necesitaba innovación. “Tenemos nuestra cartera de tratamientos hormonales, pero eso no está cubriendo las necesidades de la mayoría de las mujeres que está siendo tratadas actualmente por sus
síntomas menopáusicos”, señala. “Ahora estamos investigando estos nuevos tratamientos no hormonales para tratar específicamente síntomas que son especialmente molestos para las mujeres:
sofocos, trastornos del sueño…”, explica.
Recientemente, Bayer anunció resultados positivos de primera línea de los
estudios pivotales de fase III OASIS 1 y 2, que evaluaron la eficacia y seguridad de
elinzanetant. Es un primer antagonista dual del receptor de neurocinina-1,3 (NK-1,3) y está en una fase avanzada de desarrollo clínico para el
tratamiento no hormonal de los síntomas vasomotores (SVM) moderados o intensos asociados a la menopausia, que se administra por vía oral.
“Esperamos lanzarlo el año que viene”, asegura Caetano. Sobre su funcionamiento, explica que es un tratamiento hormonal “que actúa en el origen de los síntomas” en el cerebro. “Se dirige directamente a un grupo de neuronas, que se convierten en hiperfuncionantes durante la menopausia cuando los niveles de estrógeno son bajos, y normaliza su acción”, señala. “Es por eso que vemos en nuestros ensayos clínicos un inicio de acción muy rápido, porque al actuar específicamente en el origen, los resultados son muy rápidos y significativos para las mujeres”, afirma la especialista.
Dejar de normalizar el sufrimiento de las mujeres
Durante su intervención en el
Pharma Media Day, la directiva destacó que para 2030 se prevé que la población mundial de mujeres menopáusicas aumente a 1.200 millones. Sin embargo, más de un tercio de las mujeres menopáusicas presentan síntomas graves, que pueden durar 10 años o más tras el último periodo menstrual, con un impacto relevante en su calidad de vida, señaló. En este sentido, Caetano subraya a
Redacción Médica la importancia de
romper el “silencio” y la “normalización” del dolor femenino.
“La menopausia no tiene que ser un problema”, afirma. “Es importante no medicalizarla, pero los problemas graves no pueden ser considerados ‘normal’”, indica la especialista, en referencia a la “normalización” del sufrimiento femenino. “
Cuando algo afecta a la calidad de vida, las mujeres no deberían aceptarlo de ninguna manera. Si las mujeres tienen que cancelar eventos o están completamente agotadas porque no pueden dormir debido a la menopausia, o no pueden tener energía debido al sangrado abundante o necesitan estar cerca del baño todo el tiempo y no pueden salir de casa durante el periodo, por ejemplo, es entonces cuando lo normal deja de serlo y necesitan ayuda”, explica.
"Se tiene que defender a las mujeres dentro del sistema sanitario y plantear cuestiones que afecten a su vida"
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Sobre cómo cambiar estas situaciones, Caetano señala que, en primer lugar, “se necesita mostrar a las mujeres que parte de ser mujer no significa aceptar sufrir en silencio”. “Eso es algo que nos viene desde muy pequeñas, inculcadas por la sociedad de que tienes que sufrir para ser mujer”, afirma. “Eso es algo contra lo que tenemos que luchar, desde la sociedad y la educación, pero también desde la sanidad.
Se tiene que defender a las mujeres dentro del sistema sanitario y plantear cuestiones que afecten a su vida y realizar acciones para que se tomen medidas en contra de que sufran en silencio. Muchas veces los propios profesionales sanitarios dicen: ‘Oh, no, eso es normal. Ya se te pasará. Está todo en tu cabeza’”, manifiesta la directiva, destacando la importancia de que las propias mujeres aboguen por sí mismas en estos escenarios.
Sin embargo, la especialista se muestra optimista sobre el futuro de la salud femenina:
“Tenemos muchas oportunidades por delante”. “Es un momento maravilloso para mostrar a la generación más joven de mujeres que pueden atreverse a ser lo que quieran y ser dueñas de su salud y sus decisiones”, señala, mencionando cómo el ecosistema de la atención sanitaria está evolucionando para poner a las mujeres en el centro,
tener una atención centrada en las mujeres, considerar los prejuicios de género en los ensayos clínicos, desarrollar productos que realmente satisfagan y cubran las necesidades que tienen las mujeres, etc. “Es muy importante que también podamos abogar por nosotras mismas y avanzar en ese sentido”, indica, añadiendo que cada vez más mujeres se dedican a la ciencia. “Soy muy optimista”, sentencia.
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