Javier Olivera y Meritxell Durán.
La
depresión que sufren las mujeres mayores es uno de los aspectos más
estudiados dentro de la
Psiquiatría, y el
XX seminario ‘
Depresión y género, en femenino y en plural’, celebrado en Sitges y organizado por la empresa farmacéutica
Lundbeck, ha dado luz a un escenario que a veces llega a ser olvidado o
banalizado por la
sociedad.
Javier Olivera, psiquiatra responsable del programa de Psicogeriatría y Medicina Psicosomática del Hospital Universitario
San Jorge de Huesca, analiza los aspectos más prioritarios dentro de la depresión que llegan a sufrir las mujeres mayores: “Este grupo de población llega a sufrir
ansiedad y a la vez
depresión en muchas ocasiones.
La depresión se asocia con otras patologías, y está comprobado que tener depresión de mayor aumenta las
enfermedades del corazón,
cáncer,
diabetes y la
demencia. La depresión no tiene una causa única, y es provocada por causas físicas, psicológicas y sociales”.
Causas de la depresión y el síndrome del cuidador
Las
causas físicas señaladas por el especialista son principalmente el “
envejecimiento del cerebro que llega a provocar en bucle dolor y depresión. Después, existen
procesos psíquicos en personas mayores, y el principal acontecimiento vital más estresante a lo largo de la vida es el
fallecimiento de un hijo, convirtiéndose en el duelo más complicado por una mujer”.
Los factores más importantes para determinar depresión geriátrica son enumerados por Olivera, destacando “el
propio género, la discapacidad funcional, tener enfermedad crónica, la soledad y aislamiento. Las mujeres
se deprimen más que los hombres por su rol de género, dependen económicamente de sus parejas y sufren distimia, más frecuente en mujeres. El
deterioro cognitivo conlleva a la demencia, la vivencia de acontecimientos estresantes, soporte y red social, la viudedad… son factores que debemos tener en cuenta”.
Olivera: "El 20% de mujeres mayores de 65 años sufren síntomas depresivos"
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El especialista llega a hablar del conocido como síndrome de
sobrecarga del cuidador, haciendo referencia al rol que la mayoría de las mujeres tienen, incluso siendo mayores: “Casi el 80 por ciento de las cuidadoras son mujeres y llegan a sufrir depresión, síntomas emocionales y cognitivos. La pseudodemencia depresiva también es propio de las personas mayores”.
La depresión, tal y como explica Olivera, va ligada a factores de
riesgo vascular, aunque también se asocia “a
enfermedades físicas como el hipotiroidismo, infecciones como el
coronavirus, enfermedades
reumatológicas,
neoplasias, enfermedades
neurológicas,
cuadros carenciales, etc”.
Otro aspecto puesto sobre la mesa durante el seminario ha sido el
suicido entre hombres y mujeres. “
Las mujeres mayores se suicidan más respecto a las jóvenes, aunque
la cifra e dispara mucho más entre los hombres. Existen factores protectores frente al suicidio en mayores como son tener hijos o vivir con alguno, amigos, aficiones, pertenecer a asociaciones, práctica religiosa, etc.”
Para terminar su intervención, Olivera recuerda que “la depresión es más frecuente en mujeres mayores que en hombres. El
20 por ciento de mujeres mayores de 65 años sufren
síntomas depresivos. Mejorar la
red social, hacer ejercicio físico, una dieta adecuada etc. Permite
prevenir de la depresión a las personas mayores.
Una experiencia de depresión en primera persona
Finalmente, conocer la experiencia de una persona que ha sufrido depresión es el punto final del seminario.
Meritxell Durán, escultora e ilustradora, comparte con los ponentes su propia vivencia entorno a esta enfermedad: “
Aún soy depresiva, pero vivo con una calidad de vida bestial. Vine a la tierra ya asustada, éramos cuatro hermanos y en casa había un estrés bestial. Teníamos miedo de mi padre, pienso que
confundía la familia con un cuartel militar. Un niño cuando es pequeño necesita la aprobación y el amor de sus padres, sentirse protegido. Yo generé una baja autoestima que me creó una inseguridad bestial”.
Durante los años de la posguerra, Durán afirma dentro de las
familias catalanas burguesas había emociones que no se podían explicar al exterior: “Al no gestionar las emociones mi padre se enfadaba, y esa falta de conocimiento provocaba que
muchos hogares fueran bombas”.
Durán: "El resentimiento es beber el veneno y esperar que el otro se muera"
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La
bebida, el
tabaco y las
drogas se convirtieron en un círculo vicioso del que Durán no fue capaz de salir durante tiempo: “Un día empecé a caer y tenía depresión. No podía levantarme por la mañana, era un horror de vida. Tenía una idea que era suicidarme. La gente que no es depresiva no lo puede endender”.
La terapia de grupo permitió a Durán salir del pozo en que estaba metida, permitiéndole “dejar las pastillas e iniciar una nueva vida con mucho sacrificio. Perdoné a mis padres por lo que ocurrió, el
resentimiento es beber el veneno y esperar que el otro se muera. Para los depresivos, con fuerza y valentía se puede salir del pozo”. En 2020 Durán publicó el libro '
Depresión o victoria: Crónica de una batalla', haciendo referencia a toda su etapa convulsa, en la que tuvó que luchar durante años contra la depresion.
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