Alfredo García Layana, Rocío Amezaga, Patricia Alonso, José Roca y Carolina Varela.


29 may. 2024 7:00H
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La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) o el edema macular diabético (EMD) son algunas de las principales causas de ceguera y discapacidad visual. Es por ello que durante el simposio ‘Mejorando el abordaje de las patologías retinianas’, enmarcado en las XIII Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y con la colaboración de Roche, varios expertos han querido valorar el impacto que suponen dichas afecciones no solo en los propios pacientes, sino en el equipo sanitario y en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en su conjunto. Por ahora, los tratamientos más ‘punteros’ consisten en inyecciones intraoculares periódicas a las que los afectados deben someterse con frecuencias comprendidas entre semanas o varios meses, según el grado de su enfermedad.

En palabras de Patricia Alonso, vocal de la Junta Directiva de Sedisa y moderadora del encuentro organizado en el Palacio de Congresos de Valencia, el objetivo principal del mismo ha sido “poner sobre la mesa” un grupo de enfermedades que, pese a carecer de un riesgo implícito de mortalidad, tienen “mucho más que vidas” en juego, desde las propias “limitaciones funcionales” que sufren los pacientes hasta sus ‘estragos’ en términos de gestión sanitaria. “Son enfermos que entran al sistema pero no salen por los tratamientos periódicos que reciben, a los que condicionamos de manera muy importante durante años. A eso hay que añadir cuestiones como el consumo de recursos, las listas de espera, la sostenibilidad, el impacto medioambiental o la equidad en el acceso a estas terapias”, apunta. 

 Patricia Alonso, vocal de la Junta Directiva de Sedisa.



Listas de espera en Oftalmología


Alfredo García Layana, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV) y director del departamento de Oftalmología de la Clínica Universitaria de Navarra, conoce de primera mano el abordaje que recibe este grupo de afecciones en el SNS. A su parecer, es necesario “reestructurar el modelo organizativo” de manera que el sistema garantice intervenciones de esta índole a los pacientes que así lo requieran. No obstante, el sistema actual cuenta con “barreras económicas y de acceso a la salud visual”, tal y como ha remarcado este mismo especialista.

Alfredo García Layana, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV) y director del departamento de Oftalmología de la Clínica Universitaria de Navarra.

Y es que esta rama de la Medicina es la segunda con mayor demanda asistencial -tanto en consulta como en quirófano- en España y, por ende, una de las que acumulan mayores listas de espera. “El 80 por ciento de los casos de ceguera son previsibles haciendo un tratamiento a tiempo, tenemos que priorizarlo”, sostiene García Layana. De lo contrario, prevé que “puede ir a peor” dado el envejecimiento progresivo de la población y la condición geriátrica de muchas de estas patologías, como las cataratas. Como solución, la máxima autoridad de la SERV alude al trabajo en equipo de todos los perfiles profesionales necesarios en los Servicios de Oftalmología y la correcta distribución de los mismos. “Los oftalmólogos en España no podemos hacer todo el trabajo solos, necesitamos optometristas y técnicos de imagen que nos ayuden en la atención especializada”, señala. “Además, la Enfermería tiene una alta rotación que hay que reducir para que se especialicen”, añade.






"Sin colaboración público-privada no seríamos buenos actores del SNS"




Para Rocío Amezaga, miembro de la Subdirección de Atención Hospitalaria y Salud Mental del Servicio de Salud de las Islas Baleares (IB Salut), todas estas cuestiones ponen de manifiesto que “la Atención Primaria es el sitio donde hay que diagnosticar a estos pacientes, donde se les trata en muchos casos y donde se les hace un seguimiento”. De hecho, entre un 80 y un 90 por ciento de los pacientes que acuden al primer nivel asistencial por problemas oculares, no son derivados a un Servicio de Oftalmología. “Valorando los años de evolución, si está bien controlado y los resultados lo permiten podemos decidir cómo hacemos los controles y si lo hace Primaria u Hospitalaria, el oftalmólogo tiene que hacer lo que no puede hacer nadie más”, ha declarado.

Rocío Amezaga, miembro de la Subdirección de Atención Hospitalaria y Salud Mental del Servicio de Salud de las Islas Baleares.

Una vez que el paciente es derivado a la atención especializada, el sistema balear apuesta por el acto único para reducir visitas prescindibles para el paciente y la carga asistencial para el oftalmólogo. “En Baleares está instaurado en todos los hospitales, y en algunos de ellos además se trata la patología como un conjunto. Los pacientes no dependen de un médico sino de todo el sistema, por lo que siempre se prioriza su bienestar y los tiempos para administrar las dosis”, explica.

En una ecuación de este calibre, no solo han de participar los sanitarios que atienden in situ a dichos enfermos, también aquellos que velan por “implementar asistencia sanitaria basada en valor”. Este es precisamente el propósito que persigue cada día Carolina Varela como especialista de área en la Unidad de Calidad Asistencial del Hospital Universitario Doce de Octubre. El mayor reto en dicha misión es adaptarse en tiempo y forma a un paradigma que cambia constantemente. “La tecnología sanitaria avanza tan rápido que la variabilidad se une a la capacidad tecnológica de cambiar la epistemología médica”, asegura. “Todo alrededor de la Oftalmología se confabula en una ‘tormenta perfecta’ para medir en tiempo real indicadores que nos permitan tomar decisiones clínicas muy acertadas en pacientes distintos”, expone. Para ello, hay que tener en cuenta indicadores PROM y PREM, que hacen referencia a los resultados nominales en salud de cada paciente y a la medición de parámetros relativos al propio proceso asistencial respectivamente. 


Nuevo paradigma para tratar patologías retinianas


Carolina Valera, especialista de área en la Unidad de Calidad Asistencial del Hospital Universitario Doce de Octubre.

Pero no todo han sido ‘malas noticias’. García Layana sostiene que “las nuevas terapias sí han supuesto un cambio” palpable en el abordaje de las patologías retinianas. “El paciente antes pasaba de inyectarse cada tres semanas a hacerlo cada seis, y los nuevos tratamientos permiten que se haga cada dos, tres o cuatro meses”, remarca. Estos reajustes no solo favorecen al paciente, sino que permiten asumir “la mitad de carga asistencial con el mismo esfuerzo”, por lo que el doble de enfermos podrá recibir dichas inyecciones en el mismo periodo de tiempo.

Si alguien juega un papel decisivo en esta parte del proceso es la industria farmacéutica. Tal y como ha señalado José Roca, Squad Lead de Oftalmología en Roche, el valor concreto que aporta el sector privado se concentra en la investigación. “Tenemos que asumirlo de una forma muy propia, desde Roche dedicamos el 20 por ciento de la facturación a la investigación y el desarrollo”, remarca. Tanto es así, que la afiliada española de esta firma apunta a seguir la estela de su proyección internacional y convertirse en un referente en la Oftalmología. “Venimos para construir un pilar muy importante dentro de la compañía. Se nos identifica por la oncopatología y las neurociencias, pero en el futuro cuando se hable de Roche en España se pensará en Oftalmología”, destaca.




"En el futuro cuando se hable de Roche en España se pensará en Oftalmología" 



José Roca, Squad Lead de Oftalmología en Roche.


Como ejemplos ilustrativos de esta proyección interna, Roca destaca algunos de sus proyectos actuales como el desarrollo de su primer fármaco biespecífico, destinado a esta especialidad. También están trabajando en un device o dispositivo intraocular del tamaño de un grano de arroz que contiene el fármaco necesario en su interior y lo libera de manera prologada. “Estamos investigando fármacos para este mismo device que podrían suponer un año sin tener que tratar al paciente”, expone. 

Instantes del encuentro organizado por Sedisa y Roche.


Colaboración público-privada en Oftalmología 


Para aunar esfuerzos e implementar todos estos avances en la sanidad pública, Roca destaca que “tiene que haber muy buena comunicación” con la esfera privada. “Si no hay colaboración público-privada, no estamos siendo buenos actores del sistema sanitario”, apunta. Roche apuesta por esta colaboración en Oftalmología a través de una iniciativa, Creasphere,  para impulsar startups y proyectos innovadores. “Afortunadamente, tenemos muchos sanitarios con vocación, y vemos ideas muy necesarias. Tenemos que intentar aterrizar esta tecnología en cosas útiles y prácticas”, remarca. “Si sumamos esfuerzos y deseos de clínicos, directivos, laboratorios… Seremos capaces de cambiar de forma disruptiva la vida de muchos pacientes”, concluye.

Varela concibe las dos esferas sanitarias como “un equipo”, y recuerda el papel de los perfiles “menos asistenciales” en la propuesta de ideas a la hora de cubrir necesidades. “Debemos ser un ecosistema y tenemos que colaborar”, asegura. Por su parte, García Layana ha terminado su intervención asegurando que la gestión sanitaria “salva vidas, y también la vista”, siempre y cuando los esfuerzos se dirijan de la manera adecuada. 

José Roca durante el coloquio organizado por Roche y Sedisa.


Alfredo García Layana en su ponencia sobre el abordaje de patologías retinianas


Rocío Amezaga en un momento de su intervención.


Carolina Varela durante su explicación sobre la Medicina de valor.


Aspecto de la sala durante el simposio 'Mejorando el abordaje de las patologías retinianas'.


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