Ana Aparicio y Juan Carlos López.
31 ene. 2017 13:30H
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POR REDACCIÓN
La Unidad de Hemostasia del Hospital Universitario de Valme, perteneciente al servicio clínico de Hematología, ha implantado un programa de autocontrol dirigido a pacientes en tratamiento de anticoagulación de larga duración y con alto riesgo trombótico. Su objetivo es incrementar la calidad de vida de estos pacientes, obligados a acudir de forma frecuente a los centros sanitarios para el seguimiento de su patología.
El control de los enfermos anticoagulados lo lleva a cabo el médico de Familia desde el centro de salud o el hematólogo en el centro hospitalario. En el primer caso, se corresponde con pacientes cuyos niveles de anticoagulación son estables. Sin embargo, si los casos son inestables o constituyen un alto riesgo, son vigilados y tratados por el especialista hospitalario.
Como media, según un comunicado, cada paciente se realiza 14 controles al año y cada visita a su centro sanitario para este fin supone 2,5 horas, en las cuales el paciente está obligado a abandonar su actividad diaria. La alternativa al obligado desplazamiento de los pacientes al centro sanitario es el autocontrol desde sus domicilios a través de pequeños dispositivos portátiles (coagulómetros) bajo la tutela a distancia y comunicación con el hematólogo hospitalario.
8.000 pacientes anticoagulados
En el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla existen en torno a 8.000 pacientes con tratamiento de anticoagulación oral que requieren del correspondiente control periódico, dada la variabilidad de dosis y sus múltiples interferencias e interacciones (dietas, fármacos, etcétera). Las enfermedades más frecuentes que precisan este tratamiento son la arritmia cardiaca por fibrilación auricular, la enfermedad tromboembólica y las prótesis valvulares cardiacas.
Se trata de un control necesario para mantener la anticoagulación dentro del rango terapéutico y evitar tanto complicaciones tromboembólicas (el nivel de anticoagulación es inferior al adecuado) como hemorrágicas (nivel superior). En el caso del Área Sur de Sevilla, un 15 por ciento de los pacientes anticoagulados representan un alto riesgo por posibilidad de repetir trombosis y desencadenar accidentes cerebrovasculares.
Precisamente, el Hospital Universitario de Valme ha implantado la opción del autocontrol priorizando entre aquellos pacientes de mayor riesgo trombótico al objeto de potenciar sus beneficios y optimizar su calidad de vida. Al respecto, ya hay una docena de pacientes con un coagulómetro personal. Un dispositivo altamente fiable y fácil de usar que permite extraer una muestra en sangre capilar y su análisis es inmediato.
La alternativa permite que una vez formados los pacientes en la utilización del dispositivo y su autocontrol, puedan realizar semanalmente estos controles desde su domicilio sin perder el contacto con el hematólogo responsable de este programa de intervención asistencial Juan Carlos López. A través de un teléfono funcionante durante todas las mañanas, este profesional les ofrece a los pacientes atención personalizada en relación al autonálisis: resolución de dudas, dosificación de anticaogulante y traslación de información al paciente.
Al respecto, López destaca los notables beneficios del autocontrol domiciliario: "Se basa en una técnica mínimamente invasiva y sin dolor, optimiza el control del tratamiento reduciendo el número de complicaciones y mejora de manera muy significativa el grado de satisfacción del paciente y su calidad de vida, aspectos con un enorme valor añadido dado que se trata de pacientes con un tratamiento de anticoagulación de larga duración y en situación de riesgo".
Educación a pacientes
La implantación del autocontrol va acompañada de la constatación de la importancia de la implicación y educación del paciente en tratamiento con anticoagulación oral como elementos favorecedores del buen resultado de la pauta terapéutica. Al respecto, esta iniciativa asistencial de mejora de la calidad de vida de estos pacientes lleva parejo un plan de formación sobre la enfermedad, tratamiento y manejo de un coagulómetro personal.
Los monitores de este plan formativo en Valme son el hematólogo Juan Carlos López y la enfermera Ana Aparicio, ambos expertos en anticoagulación. Por su parte, el perfil del paciente para el autocontrol es: enfermo adulto de alto riesgo, tratamiento de larga duración con frecuentes desplazamientos al hospital y familiarizado con nuevas tecnologías.
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